Afegeix un nou comentari

Biblioteca Providència Tomàs Freixenet: más allá de Torrefarrera

Versió per a imprimirVersió per a imprimir

Maite Comalat
Facultat d’Informació i Mitjans Audiovisuals
Universitat de Barcelona (UB)

Eli Ramírez
Biblioteca La Bòbila
L’Hospitalet de Llobregat


Biblioteca Providència Tomàs Freixenet. C/Corts Catalanes, 27. 25123 Torrefarrera.  


Continuamos viajando por Cataluña para dar a conocer las bibliotecas que se han ido abriendo en los últimos meses. Hoy nos acercamos hasta Torrefarrera, un municipio de la comarca del Segrià, que inauguró su Biblioteca el 3 de diciembre de 2022. Torrefarrera no alcanza los 5.000 habitantes, pero ha ido experimentando un notable crecimiento demográfico desde la primera mitad de la década del 2000 como resultado, entre otros, de la llegada de personas de municipios cercanos o de la propia Lleida, situada a pocos quilómetros.

La Biblioteca, inaugurada con el nombre de Biblioteca Providència Tomàs Freixenet de Torrefarrera (maestra y vecina de la localidad), se estrenó con mucho éxito. Según Sílvia Sansa, directora del equipamiento, esto es debido a dos motivos: «Por una parte, porque en Torrefarrera no existía ningún espacio municipal que funcionara como equipamiento bibliotecario y, también, porque la biblioteca era un servicio reivindicado desde hacía muchos años por toda la comunidad». 

Este segundo aspecto lo remarca también Nati Moncasí, responsable de la Central de Biblioteques de Lleida: «En el año 2012, el Ayuntamiento inició conversaciones con el Departament de Cultura para impulsar la creación de la Biblioteca, dado que no constaba ningún antecedente de servicio bibliotecario. Esta propuesta inicial consistía en finalizar la construcción de una estructura existente para poder destinarla a biblioteca pública». Una vez precisadas las funciones y los servicios, se redactó el Pla funcional de la Biblioteca Pública que, con el Mapa de la Lectura Pública en la mano, correspondía a una biblioteca filial. Este Pla funcional se inició en 2013 y se aprobó por pleno municipal a finales del 2014.

Según palabras de Moncasí, el documento «se convirtió en una herramienta pedagógica muy útil para explicar a todas las instituciones culturales del municipio el modelo de biblioteca pública que se quería implementar y para contextualizar y visualizar la transformación que podía implicar este servicio bibliotecario en un municipio en expansión».

Pero ¿se acaba construyendo una biblioteca filial? A pesar del censo (menos de 5.000 habitantes) y el Mapa de la Lectura pública, Moncasí nos cuenta que se aconsejó optar «por una biblioteca con un programa de dimensionamiento de superficies, fondo, personal y horario, que el citado Mapa establece a municipios de 5.000 a 10.000 habitantes» sobre todo pensando en la previsión de crecimiento demográfico que ya evidenciaba que los centros educativos se estaban quedando también cortos. Ahora bien, «Esta decisión implicaba no solo aumentar la superficie destinada a usos bibliotecarios, sino también hacerse cargo de los costes del personal (de no tener personal a incorporar de golpe una plantilla formada por un bibliotecario y dos técnicos auxiliares de biblioteca), además del mantenimiento del nuevo equipamiento, entre otras partidas que habría que incluir anualmente en el presupuesto municipal».

Jordi Casadevall i Dalmau fue el arquitecto autor del proyecto ganador. La Biblioteca de Torrefarrera tiene dos plantas (992 m2), una ubicación muy céntrica y una cubierta que «se diseñó en forma invertida incorporando lucernas que mejoraban la calidad del espacio interior», afirma Moncasí.

Sansa remarca que tantos años reivindicando la biblioteca se han traducido en una participación muy activa por parte de los usuarios, tanto en uso de los servicios, en la consulta de fondos o la asistencia a las actividades: «algunos de los indicadores más destacados del año 2023 son la expedición de aproximadamente 1.000 carnets de biblioteca de donde destacan los 329 carnets infantiles de 0 a 11 años, los 10.786 documentos prestados de los que 2.000 se han prestado a través del servicio de préstamo interbibliotecario, las 42.470 visitas al equipamiento o las 75 actividades organizadas desde la Biblioteca entre las que destacan las visitas guiadas, las horas del cuento, las exposiciones, las conferencias y presentaciones de libros, las intervenciones en los medios de comunicación o los grupos de lectura entre muchas otras».

Hay que destacar también el seguimiento y liderazgo del alcalde, Jordi Latorre que, durante tres legislaturas seguidas, fue moviendo el tema a pesar de los infortunios que se iban poniendo por delante (y las preguntas de los vecinos causadas por las demoras en el proyecto). Moncasí los resume en tres crisis: crisis económica (decrecimiento de inversiones públicas), crisis institucional (en el Gobierno central y en el de la Generalitat) y crisis sanitaria (COVID-19). También destaca las dificultades de ejecución del proyecto a causa de la desvinculación inicial del arquitecto. Moncasí remarca el papel clave, en este momento, del asesoramiento desde el Servei de Biblioteques del Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya y, concretamente, del asesoramiento arquitectónico para la distribución de los espacios, mobiliario y señalización, así como el papel de la Central de Biblioteques de Lleida que se hizo cargo «de la selección y procesamiento del fondo básico y en la fase final de la obra de incorporar la tecnología RFID». Esto hace que la «Biblioteca de Torrefarrera sea una de las primeras bibliotecas públicas de la zona en incorporarla», apunta Sílvia Sansa.

En general, Sansa está muy contenta del recibimiento del equipamiento en el municipio y las cifras son muy positivas. A pesar de todo, ella misma confirma que todavía hay trabajo por hacer: llegar a los públicos menos frecuentes, como los adolescentes, los mayores de más de 65 años o las personas inmigradas. Así y todo, tienen usuarios muy habituales: «las familias y el público infantil, los estudiantes de bachillerato y universitarios que utilizan la Biblioteca como punto de estudio y, sobre todo, la población femenina que participa de forma muy activa en las diferentes actividades y propuestas organizadas desde la Biblioteca». 

Uno de los puntos fuertes es la ubicación de la Biblioteca y sus dimensiones. En palabras de la directora, «La Biblioteca es un referente cultural para los vecinos y vecinas de pequeños pueblos cercanos como Torre-serona o Vilanova de Segrià que no tienen ninguna instalación bibliotecaria o para poblaciones como Benavent que no dispone de una biblioteca integrada dentro de la red de bibliotecas del Sistema de Biblioteques Públiques de Catalunya». 

Otro punto fuerte, destaca Sansa, es la participación activa de los usuarios: «existe una muy buena predisposición para participar en las diferentes actividades organizadas desde la Biblioteca como se ha demostrado en los recitales de poesía celebrados con motivo del Día Mundial de la Poesía, las inscripciones y participación en los tres clubs de lectura de adultos (dos de ficción y uno de no ficción) y en los siete clubs de lectura infantil y juvenil, las inscripciones a las horas del cuento o los laboratorios de lectura entre otras actividades». Ella misma comenta que uno de los objetivos que tienen como equipamiento es convertirse en referente cultural de la comunidad, por lo que están siempre predispuestos a escuchar propuestas. Con algunos equipamientos ya han tejido alianzas, como por ejemplo con el jardín de infancia, la escuela y el instituto, pero también con la técnica de Juventud y con la dinamizadora de Cal Jove, un punto de referencia entre los jóvenes de la población; con el centro Ginesta, que atiende personas con discapacidad intelectual o con centros de formación como el Aula d’Extensió Universitària o la Escola Municipal de Música. Sansa admite que existe mucha complicidad creada, pero todavía puede hacerse mucho más: «es imprescindible conocer muy bien la población a la que sirves para poder satisfacer sus necesidades culturales, sociales, educativas y lúdicas reales. Es necesario estar atento a sus necesidades, pero también es importante ofrecer propuestas innovadoras o proyectos alternativos».

Torrefarrera dispone, pues, de una biblioteca que se proyectó hace más de diez años, pero que, tal y como dice Moncasí, «hoy en día se ha convertido en una de las señas de identidad del municipio, referencia para nuevos proyectos en nuestras comarcas y un polo de atracción para muchos usuarios de los municipios cercanos que, actualmente, en lugar de ir a Lleida van a Torrefarrera».

Sansa también quiere destacar que «uno de los principales éxitos del buen funcionamiento de la Biblioteca reside en el equipo que trabaja en ella desde el primer día. Por una parte, las tres personas que formamos parte de este equipo tenemos una experiencia laboral vinculada al mundo de las bibliotecas y al sector del libro, pero de ámbitos diferentes que se han complementado a la perfección. Y, también, el hecho de ser un equipo de generaciones diferentes aporta unas perspectivas más transversales y plurales». 

 

Nota: Agradecemos especialmente la colaboración imprescindible para la elaboración de esta reseña de Esther Farrés, directora de la Biblioteca, y de Nati Moncasí, responsable de la Central de Biblioteques de Lleida. 

© Imagen inicial de la Biblioteca Providència Tomàs Freixenet.