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Los incentivos como elemento clave para hacer crecer los datos de investigación en abierto

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Mireia Alcalá
Técnica de Recursos de Información
Àrea de Ciència Oberta
Consorci de Serveis Universitaris de Catalunya (CSUC)


Eynden, Veerle van den [et al.] (2016). Towards open research: practices, experiences, barriers and opportunities. [London: Wellcome Trust]. 64 p. Disponible en: https://dx.doi.org/10.6084/m9.figshare.4055448. [Consulta: 23/10/17].

Jubb, Michael (2016). Embedding cultures and incentives to support open research. London: Wellcome Trust. 21 p. Disponible a: https://dx.doi.org/10.6084/m9.figshare.4055514. [Consulta: 23/10/17].


El Wellcome Trust, institución sin ánimo de lucro de investigación biomédica con sede en el Reino Unido, ha encargado una serie de informes y estudios para analizar los diferentes desafíos que comporta la Ciencia Abierta. Entre los diferentes informes donde se analizan las infraestructuras, las habilidades, la interoperabilidad o la equidad –entre otros–, Michael Jubb y Veerle Van den Eynden exploran los mecanismos culturales y de incentivos para hacer que la ciencia sea más abierta. Uno con una mirada más teórica y el otro a partir de la evidencia.

Jubb parte de los trabajos elaborados por el Expert Advisory Group on Data Access (EAGDA)1 del Reino Unido. En cambio, Van den Eynden extrae sus resultados a partir de una encuesta en línea realizada a 583 investigadores que habían recibido financiación del Wellcome Trust y 259 financiados por el Economic and Social Research Council (ESRC).

Jubb inicia su discurso remitiendo a diferentes encuestas relacionadas con la compartición de datos (Tenopir2, PARSE.Insight3 y Fecher4). En ellas se muestra cómo la gran mayoría de los investigadores creen que la falta de acceso a los datos supone un importante obstáculo para el progreso de la ciencia, a pesar de que menos del 50 % los publiquen. Un porcentaje similar (51 %) aparece en las respuestas de la encuesta de Van den Eyden. No obstante, informan que cada participante ha compartido una media de cuatro conjuntos de datos (datasets) en los últimos años.
Hay fuerzas clave que impulsan a los investigadores hacia una mayor apertura (Jubb): el crecimiento de las colaboraciones de investigación internacional, la gestión eficaz de la investigación a nivel institucional, las políticas de los gobiernos y las agencias de financiación. Los investigadores añaden, además, que los resultados deben permitir validar y replicar los resultados de investigación. En general, aunque no han experimentado ningún beneficio directo para abrir los datos, tampoco se han visto perjudicados.

Por lo que se refiere a las principales barreras que se indican para no publicar en abierto los datos, encontramos: la falta o deficiencia de infraestructuras o normativas, deficiencias en las habilidades y poca formación para los usuarios, la preocupación por la calidad de los datos y por temas legales y éticos, por el temor a la competencia y a la pérdida de control y, finalmente, por los costes de tiempo y dinero para preparar los datos (incluyendo la documentación asociada y los metadatos correspondientes). Así pues, en un contexto donde uno de los principales incentivos es publicar al máximo y lo más rápido posible, hace que compartir los datos quede en un segundo plano.

Tanto Jubb como Van der Eynden inciden en que el grado de apertura de datos varia mucho en función de la disciplina. Los investigadores biomédicos y clínicos son los que practican más activamente la investigación en abierto, dado que muchos de ellos –con diferentes niveles de conocimiento– trabajan activamente para analizar grandes volúmenes de datos complejos y/o porque se ha convertido en una norma cultural impulsada por la naturaleza o las necesidades de la investigación. Los primeros –los biomédicos– no reportan barreras para compartir ni necesitan motivaciones para hacerlo, en cambio, los segundos –los clínicos– aunque comparten los datos tienen el temor que se abuse de los suyos. En cambio, los investigadores de humanidades y ciencias sociales tienen menos experiencia en este campo; a la poca motivación en compartir los datos se suma el hecho de que necesitan permisos de terceros porque sus datos contienen información personal.

En todos los casos, se pueden aumentar significativamente la compartición de datos si se proporcionan incentivos. Los investigadores indican que estarían motivados en abrir los datos si recibiesen financiación para cubrir los costes de preparación, si se aumentara la reputación académica y se pudiera promocionar académicamente y, finalmente –pero no menos importante–, se tuviera en cuenta en futuras convocatorias de financiación. Y, en este terreno, existe la opinión generalizada, según Jubb, de que los agentes externos pueden ser influencias potentes sobre el comportamiento, dado que actualmente sí que se obtienen recompensas (de influencia, de mejor posicionamiento en los ránquings, etc.) a partir de la publicación de artículos pero no para publicar los datos.

El elemento clave del cambio es la estandarización por lo que se refiere a las infraestructuras que, actualmente, es heterogénea y fragmentada. Esto hace que surjan tensiones entre la demanda de una gran cantidad de disciplinas y subdisciplinas con sus prácticas, culturas y estándares, y también la necesidad ampliamente expresada para tener normas comunes y potenciar, así, la interoperabilidad de sus datos.

Según Jubb, hay diferentes medidas e incentivos que se pueden tomar para hacer crecer la cultura de la ciencia en abierto:

  • Los diferentes agentes (agencias de financiación, universidades, instituciones de investigación y editores) deben asegurar que cuentan con políticas claras para la gestión y el intercambio de datos.
     
  • Las agencias de financiación deben revisar sus políticas y prácticas relacionadas con las solicitudes de financiación.
     
  • Los diferentes agentes deberían trabajar conjuntamente para apoyar y promover medidas para ampliar el alcance de los datos y conseguir que sean citados para superar las barreras.
     
  • Las universidades y centros de investigación deberían trabajar conjuntamente con las agencias de financiación para establecer programas de formación de sensibilización en el tema y permitir a los investigadores desarrollar las habilidades adecuadas, en todas las etapas de su carrera.
     
  • Los agentes de financiación deberían trabajar con los centros de datos, las plataformas y los proveedores de servicios existentes, así como con las diferentes iniciativas internacionales como la RDA Alliance y DataCite, para solucionar los problemas de interoperabilidad.
     
  • Los diferentes agentes implicados deben trabajar para asegurar los costes completos de la gestión y de la compartición de datos.
     
  • Los editores, con una poderosa posición para influir en el comportamiento de los investigadores, deberían trabajar con el resto de agentes para intentar desarrollar pautas y metodologías para evaluar la calidad técnica y académica de los datos de investigación por medio de la revisión por pares (peer review).

Recientemente, el G7 Open Science Working Group (OS WG)5 formado por los ministros de investigación del Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, el Reino Unido, los Estados Unidos y el comisario para la investigación, la ciencia y la innovación de la Comisión Europea se reunieron en Turín (Italia) y aprobaron una declaración donde, en relación a la Ciencia Abierta, reconocen que los incentivos son uno de los aspectos para ayudar en la apertura del ecosistema de investigación y señalan que en la evaluación de los investigadores debería reconocerse y premiar las actividades de Ciencia Abierta.


1 Grupo de expertos conformado por miembros del Cancer Research UK, el Economic and Social Research Council, el Medical Research Council y el Wellcome Trust. Pueden consultarse sus trabajos aquí: https://wellcome.ac.uk/what-we-do/our-work/expert-advisory-group-data-ac....

2 Tenopir, Carol [et al.] (2011). «Data sharing by scientists: practices and perceptions». PLoS ONE, vol. 6, no 6.

3 Insight into digital preservation of research output in Europe: survey
report
(2009). PARSE.Insight.

4 Fecher, Benedikt [et al.] (2015). «A reputation economy: results from an empirical survey on academic data sharing». DIW Berlin discussion paper, no. 1454. Deutsches Institut für Wirtschaftsforschung.

5 G7 Science Ministers Communiqué (2017). Turin, Italy, September 28.