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Ese antídoto contra la "exclusión digital" llamado biblioteca pública necesita mediciones actualizadas

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Fernando Juárez
Responsable de la Biblioteca Municipal de Muskiz (Vizcaya)


Bertot, John Carlo; Real, Brian; Lee, Jean [et al.]. 2014 Digital Inclusion Survey: Survey Findings and Results Extended Summary. [College Park, Maryland]: Information Policy & Access Center (IPAC), 2015. Disponible a: http://digitalinclusion.umd.edu/sites/default/files/uploads/2014DIExtend... [Consulta: 31/01/2016]


Las bibliotecas públicas desempeñan un importante papel en el desarrollo de la sociedad de la información. Instituciones como la Comisión Europea recurren a ellas para canalizar muchos de sus esfuerzos en materia de inclusión digital (como atestiguan los programas HARMONICA, ECUP, CAMILE, LIBECON 2000, etc.) y no es casual que nuestras bibliotecas se impliquen en su desarrollo. La Biblioteca Pública del Estado-Biblioteca Provincial de Huelva representó a España en los proyectos PULMAN (Public Libraries Mobilising Advanced Networks, 2001-2003) y CALIMERA (Cultural Applications: Local Institutions Mediating Electronic Resources Access, 2004-2005)1; el Servei de Biblioteques de la Diputació de Barcelona lo hizo en el programa PuLLS (Public Library in the Learning Society)2.

Conscientes del potencial de las nuevas tecnologías, así como del consiguiente riesgo de la exclusión digital (muchas personas no tienen un ordenador conectado o tienen problemas para rellenar los datos de la oficina de empleo, imprimir un trabajo escolar o usar el Wi-Fi), en nuestras bibliotecas públicas son mayoría las que facilitan el acceso a dispositivos y a Internet y muchas las que ofrecen formación digital. Para canalizar ideas y esfuerzos se creó un grupo de trabajo sobre Alfabetización Informacional3 (con representantes del Ministerio de Cultura, del Ministerio de Educación y Ciencia, de la Biblioteca Nacional, de los departamentos con competencias en materia de bibliotecas de las Comunidades Autónomas y de REBIUN). Por su parte, la Gerencia de Servicios de Bibliotecas y el Servicio de Planificación y Evaluación de la Diputación de Barcelona en su estudio El valor de las bibliotecas en la sociedad: el caso de la Red de Bibliotecas Municipales4 destacan los beneficios sociales de las bibliotecas públicas en cuanto a la alfabetización informacional (ALFIN), la inclusión digital y las sociedades más y mejor informadas aportando un marco conceptual sistematizado y útil para todo servicio bibliotecario interesado en generar valor social en su entorno y/o en comunicar el que ya generan.

A los profesionales, desde dentro, nos parece innegable el protagonismo de las bibliotecas en la mejora de las competencias digitales y en el avance hacia una sociedad más inclusiva, pero carecemos de herramientas estándar que permitan medir la efectividad de los servicios que ofrecemos para defender la financiación de los proyectos, la necesidad de nuevo personal o la de nuevos espacios. El tradicional recuento de asistentes, ítems almacenados y números de préstamos, más si es recogido de manera fragmentaria por cada sistema bibliotecario, no es suficiente para respaldar unos argumentos que permitan definir y financiar nuevas estrategias de futuro; sí poner de relieve la relación de los resultados obtenidos con el número (cuantificable de manera estandarizada) de nuestras actividades. Ser “esa” herramienta que permita a las bibliotecas seguir avanzando en este campo y llamar la atención de políticos y legisladores sobre los beneficios sociales de las bibliotecas en la sociedad de la información es la intención de la 2014 Digital Inclusion Survey, cuyo resumen extendido reseñamos a continuación.

La encuesta, financiada por el Institute of Museum and Library Services (IMLS), y gestionado por la American Library Association (ALA), el Information Policy & Access Center (IPAC) de la University of Maryland y el International City/County Management Association (ICMA), mide y analiza el papel de las bibliotecas públicas de EEUU en cuatro áreas clave de la inclusión digital:

  • el libre acceso a las tecnologías,
  • servicios relacionados con la difusión de contenido digital,
  • la alfabetización digital que ayuda a las personas a navegar, entender, evaluar y crear contenido digital,
  • los programas y servicios destinados a la comunidad (en áreas como la salud y el bienestar, la educación, el empleo y el desarrollo del personal, y el compromiso cívico).

La encuesta aborda cuatro grandes bloques de estudio. En el primero se documentan las condiciones de acceso a la red (número de ordenadores, condiciones de mantenimiento y renovación, personal dedicado a mantener la infraestructura, calidad de la banda ancha). El segundo trata la importancia del espacio físico para acometer programas y servicios, en especial actividades con tecnologías nuevas y emergentes, y si constituye o no una barrera a la innovación. El tercer bloque se centra en la alfabetización digital y el cuarto analiza los programas de formación en educación y aprendizaje, empleo, salud y bienestar y las actividades que mejoran la socialización de la comunidad, el compromiso social y el e-gobierno.

De los resultados se desprende que prácticamente todas las bibliotecas proporcionan de manera generalizada y gratuita tecnología, conexión de banda ancha, ayuda puntual y capacitación digital básica (mediante programas de formación de carácter formal o informal dependiendo del grado de especificidad del conocimiento a impartir). Las bibliotecas con más recursos ofertan acceso a tecnologías más avanzadas y formación en conceptos más complejos. Las bibliotecas satisfacen estas necesidades con su propio personal cuando poseen conocimientos y habilidades que puedan beneficiar al público y contactan y se asocian con organizaciones locales e individuos cuando se necesita un conocimiento especializado.

La encuesta muestra divisiones entre bibliotecas que merecen mayor estudio: el tamaño de la población a la que sirven, el espacio disponible y el año de construcción y/o renovación inciden en la programación ofrecida por las bibliotecas. Algunas diferencias son previsibles:

  • las bibliotecas rurales tienen menos probabilidades que las de la ciudad para ofrecer formación tecnológica formal,
  • las bibliotecas más pequeñas y/o más antiguas tienden a ofrecer menos servicios, recursos, capacitación formal y programas que llevan a las comunidades a ser más inclusivas digitalmente,
  • las bibliotecas que se han construido o reformado en los últimos cinco años son significativamente más propensas a ofrecer más variedad de servicios a los usuarios que las más antiguas.

Independientemente de estas limitaciones, las bibliotecas públicas comenzaron a ofrecer acceso a Internet tempranamente cuando la web era una nueva innovación que ofrecía una cantidad relativamente limitada de información, han mejorado este acceso y sus correspondientes servicios a medida que Internet se ha convertido en un elemento esencial y siguen experimentando con nuevas tecnologías que necesitan ser probadas y refinadas antes de su adopción a nivel generalizado por el público. La 2014 Digital Inclusion Survey trasciende la simple recogida de datos y se convierte en una herramienta que ayuda a demostrar que la biblioteca pública, “ese gasto a veces no tan necesario en cultura”, es un agente de desarrollo socioeconómico que favorece el surgimiento de comunidades digitales inclusivas.

¿Podemos extrapolar las conclusiones del estudio a nuestra realidad?, ¿son y serán nuestras bibliotecas garantes de comunidades digitales inclusivas? Tenemos un ejemplo cercano, dado a conocer en el VII Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas, que invita al optimismo: el proyecto de inclusión digital5 de la ciudad de Huesca liderado por las bibliotecas de la ciudad. Gracias a fondos europeos han puesto en práctica un modelo de “Itinerario de inclusión digital” con acciones formativas y medidas de acompañamiento para los colectivos más vulnerables de la sociedad (inmigrantes, adultos con baja cualificación, desempleados y personas mayores). Lo relevante del modelo oscense es que se ha financiado con una iniciativa URBAN (cuyo objetivo es favorecer el desarrollo sostenible de las ciudades y barrios en crisis de la Unión Europea) y no con una iniciativa de bibliotecas públicas como los programas PULMAN, CALIMERA y PuLLS. Todo ello anima a pensar que es previsible que las bibliotecas, también las nuestras, seguirán actuando no sólo como antídoto de la exclusión digital sino también como garantes de comunidades digitalmente incluidas. Eso sí, como pone de manifiesto la 2014 Digital Inclusion Survey, necesitamos las herramientas adecuadas para medirlo y demostrarlo.


1http://travesia.mcu.es/portalnb/jspui/bitstream/10421/724/1/comunicaci%f...  
2http://travesia.mcu.es/portalnb/jspui/bitstream/10421/615/1/com_83.pdf  
3http://www.mecd.gob.es/cultura-mecd/areas-cultura/bibliotecas/mc/consejo...  
4http://www.diba.cat/documents/16060163/22275360/valor_social_biblioteque...
5https://www.youtube.com/watch?v=O-nz3ZaYCsg