Interpretada por La Bruja de Texcoco, Solange es un personaje muxe de la serie de Alberto Barrera: El secreto del río (2024). Concretamente, su vestimenta folclórica similar a la de la mujer tehuana la sitúa como un ejemplo de la figura que Rodríguez denomina “muxe kistch” (230). En este drama televisivo, la trama de Solange refleja con precisión el ambivalente trato social que reciben aquellos individuos de la cultura zapoteca que, pese a tener un cuerpo asignado varón al nacer, se identifican como un tercer género distinto al hombre o la mujer.

En tanto que tránsfuga de género, la existencia de Solange representa la posibilidad de rehuir la concepción binaria y esencialista del género (Segarra 23). Esta subversión del sistema sexo-genérico resulta intrigante para Manuel, un niño recién llegado al Istmo que nunca había visto a unx muxe.  Rechazado por sus compañeros a causa de su expresión afeminada, Manuel encuentra a través de Solange una comunidad muxe que lo acompaña en su búsqueda identitaria. Así, Solange enseña a Manuel sobre el valor de la amistad, a defenderse de los abusones, y le explica su experiencia sintiéndose diferente hasta que consiguió afirmarse en su muxeidad.

Si bien es cierto que la relación de Solange con Manuel sirve de ejemplo del potencial empoderante de la muxeidad, el papel de Solange como mentora podría interpretarse también como una forma de idealización del paria, cuya marginalidad y cercanía a la naturaleza le otorgarían una mayor sabiduría (Varikas 85). Esto es especialmente visible en las escenas del segundo y cuarto capítulo, cuando Solange lleva a Manuel y su amigo Erik al mar; lugar donde ayuda a Manuel a lidiar con sus sentimientos de soledad, así como con la pérdida de su madre. Además, aunque Solange simboliza una alternativa sexo-genérica para Manuel, ella le aconseja que se vaya lejos del Istmo para poder tener un destino más libre al de lxs muxes. Por lo tanto, a pesar de que Solange haya encontrado su lugar como muxe, ella es consciente de la dificultad que supone escapar la condición de paria. Así pues, mientras que el reivindicarse como muxe libera relativamente a Solange del esquema genérico dicotómico, esto no la exime completamente de la estigmatización social.

Citando a Segarra, “el tránsfuga (…) siempre se queda en una posición intermedia o liminar, pues ya ha dejado el mundo en que nació y se crió, pero nunca acaba de ser aceptado en aquel al que ha conseguido acceder” (18). En el caso de Solange, por más que ella se identifique como tercer género, algunos miembros de su región siguen leyendo su cuerpo como el de un hombre y rechazan su subjetividad sexo-genérica. Por ejemplo, Jacinto, el padre de Erik, se enfrenta a Solange diciéndole que “si te vuelves a acercar a mi hijo o tratas de que se junte con ese chamaco te voy a partir toda tu pinche madre, Raúl” (El secreto del río, cap. 2). Del mismo modo, cuando Solange fallece por causas naturales y se organiza su funeral, sus familiares le cortan en pelo y la visten de hombre para que se vaya del mundo “tal como llegó”. Tanto en la escena en la que Jacinto llama a Solange por su antiguo nombre, como en el funeral, estos personajes muestran un incumplimiento deliberado de los deseos de Solange, negándose así a reconocer su muxeidad.  

Considerando todo lo expuesto, se puede concluir que el personaje de Solange ilustra la precaria situación social en la que se encuentran algunxs muxes cuya subjetividad de género no logra ser plenamente admitida socialmente. Con todo, tal como se refleja en su vínculo con Manuel, la muxeidad de Solange también le otorga la capacidad de disentir del binarismo sexo-genérico occidental y de encontrar su lugar en una comunidad.