La radiación electromagnética es una combinación de campos eléctricos y magnéticos oscilantes, que se propagan a través del espacio transportando energía de un lugar a otro. La energía que lleva puede ser transmitida cuando interactúa con la materia. Esta energía es inversamente proporcional a la longitud de onda de la radiación y en consecuencia directamente proporcional a la frecuencia. El conjunto de estos valores dan lugar al espectro electromagnético donde encontramos desde zonas de alta energía, nocivas para los sistemas biológicos (radiaciones gama, rayos X), hasta zonas de baja energía (microondas, ondas de radio, radar) pasando por zonas de energía intermedia (ultravioleta, visible, infrarrojo) que se aprovechan para desarrollar técnicas espectroscópicas.