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Facultad de Ciencias de la Documentación
France. Ministère de l'enseignement supérieur et de la recherche. Inspection générale des bibliothèques. Quels emplois dans les bibliothèques ? État des lieux et perspectives (2013). Rapport IGB n° 2012-020, mars. <http://cache.media.enseignementsup-recherche.gouv.fr/file/2013/20/3/Quels_emplois_dans_les_bibliotheques_Etat_des_lieux_et_perspectives_247203.pdf>. [Consulta: 20 junio 2013].
Desde hace ya unos años en España y en el extranjero son frecuentes en nuestra profesión los debates en torno a nuestro perfil profesional y la naturaleza y la dirección futura de los servicios bibliotecarios y de información. Nos vemos inmersos en un cambio continuo con numerosas encrucijadas que, aunque nos provoquen inseguridades, nos pueden ofrecer también nuevas oportunidades. Esta necesidad de situarnos y de realizar prospectivas se da en colectivos profesionales de todo el mundo porque los elementos que nos afectan son comunes en nuestro mundo globalizado. Este hecho lo podemos constatar en la numerosa bibliografía que da cuenta de nuestra identidad y en el informe que recientemente se ha presentado en Francia y cuyos elementos más globales recogemos en esta breve reseña.
El Ministère de l'enseignement supérieur et de la recherche encargó a la Inspection générale des bibliothèques, un estudio interministerial sobre el análisis funcional de los empleos en las bibliotecas. Este informe de IGB se publicó el 3 de abril de este año, está firmado por Pierre Carbone, Joëlle Claud, Charles Micol, Dominique Arot y Benoit Lecoq y tiene el título: Quels emplois dans les bibliothèques? Etat des lieux et perspectives.
Como el título indica este documento presenta una panorámica completa del empleo público en las bibliotecas de Francia. Está estructurado en cuatro capítulos, además de unas conclusiones y unas propuestas de actuación. El capítulo primero recoge brevemente las tendencias actuales en la función pública francesa. Los siguientes capítulos, el segundo y tercero, son dos análisis, uno cuantitativo y otro cualitativo de los empleos en las bibliotecas. Por último el cuarto capítulo, más de prospectiva, presenta una serie de elementos que configuran las tendencias profesionales en los perfiles, en la contratación y en la formación de los bibliotecarios.
Tanto las cifras como el análisis que se presentan hacen referencia al ámbito de la función pública del Estado como al de la función pública territorial. Las funciones en las que se centra son las estrictamente bibliotecarias, no abordando otras funciones asociadas como pueden ser las administrativas o de gestión presupuestaria y contable.
De los datos exhaustivos que ofrece el informe, recogemos las cifras globales que indican que hay 55.000 bibliotecarios en Francia. Entre ellos, es destacable sobre todo la figura de profesores documentalistas tanto en la enseñanza superior, como en los colegios e institutos. De los primeros, que desarrollan sus actividades en las bibliotecas universitarias desde curso 1996-1997, el informe indica que lamentablemente hoy en día no se tienen datos exactos ni cuantitativos ni cualitativos. Unos realizan funciones de bibliotecarios y formador de usuarios y otros sólo de formadores. En cambio sí que se ofrecen cifras de los profesores documentalistas: alrededor de 8.100 en colegios, cerca de 4.000 en institutos generales y 1.400 en institutos profesionales.
La parte cualitativa comienza recogiendo los diferentes repertorios franceses que recogen perfiles bibliotecarios y sus competencias: Le Premier recensement des métiers des bibliothèques (1995), Bibliofil, Le Répertoire interministériel des métiers de l'Etat (RIME), Referens, Le Répertoire des métiers de l'éducation nationale et de l'enseignement supérieur et de la recherche (REME), Le référentiel des emplois et des compétences de la BnF y Le Répertoire des métiers territoriaux (CNFPT). Además en este capítulo se hace un análisis de las ofertas de empleo y de los perfiles de los puestos de trabajo en las bibliotecas universitarias, en las bibliotecas departamentales de préstamo y en las municipales.
El cuarto capítulo presenta toda una serie de elementos que conforma lo que puede ser el futuro de las bibliotecas francesas y que es extrapolable a cualquier parte del mundo. El punto de inflexión que identifica es el desarrollo digital como factor transformador de las colecciones y los servicios. Aunque no se suprimirá la necesidad de espacio físico las bibliotecas deberán mantener funciones más sociales y colaborativas, con una gestión más global de los recursos, centrados en los usuarios, con nuevos servicios y productos. Así: "nuevos perfiles se desarrollan, alrededor de la búsqueda y vigilancia, de la gestión de contenidos y del desarrollo sociocultural". Precisamente este último aspecto es considerado como un factor poderoso de cambio, ya que las bibliotecas deberán potenciar sus relaciones en redes como otras instituciones de la sociedad. Estas evoluciones conllevaran unos perfiles laborales mixtos, polivalentes y colaborativos.
La dualidad que el informe identifica entre el "front office" y el "back office", es decir colecciones y usuarios, se inclinará hacia los segundos, con una concepción de la biblioteca más abierta y con un personal que asumirán de forma más activa su papel de mediación y acompañamiento en los procesos de búsqueda, formación y aprendizaje de los usuarios. Esta transformación cultural y de mentalidad conllevará un abandono o una simplificación o una externalización de las tareas internas, y una sofisticación de otras tareas con un aumento de las relacionadas con la pedagogía. Las tareas clásicas de catalogación e indización descansaran en las bibliotecas que actúan como cabecera de las redes de bibliotecas, tal como la Biblioteca Nacional.
Todo ello supone una reorganización de los recursos humanos, con una mejor asignación de los tiempos de trabajo de los bibliotecarios y unas competencias que en gran medida son personales. Así los directores de biblioteca tendrán que innovar, tener imaginación, capacidad para mantener un diálogo social eficaz y una competencia científica.
Además de cierta especialización en los perfiles, también ésta deberá de estar acompañada de una polivalencia, sobre todo en las bibliotecas públicas donde, por ejemplo, un bibliotecario que trabaja en la sección de adultos deberá poder atender también en ocasiones la sección de juventud o poder realizar otros servicios.
También el informe recalca la importancia del reclutamiento y de la formación de los profesionales. Da cuenta de cómo en los últimos seis años los procesos de selección se han profesionalizado y se ha dado más peso a las competencias que luego se van a desarrollar, restando protagonismo a la "cultura general" y a las pruebas académicas. Así para la selección de facultativos y ayudantes (conservateurs y bibliothécaires) se ha incluido un ejercicio oral para reflejar la motivación profesional que mida las aptitudes de los candidatos.
La formación inicial y continua debe seguir siendo un pilar fundamental en el desarrollo bibliotecario. Se da cuenta como la formación que da la ENSSIB (École nationale supérieure des sciences de l'information et des bibliothèques), organismo que se ocupa de la formación de los funcionarios bibliotecarios, ha incorporado nuevos contenidos en torno a las políticas públicas, la gestión empresarial, la tecnología y, en general, con el nuevo posicionamiento estratégico de las bibliotecas. Además se sugiere que se debe reflexionar sobre una articulación entre la formación que imparten las universidades (diplomaturas y masters) y los procedimientos de reclutamiento.
La conclusión final a la que lleva el documento es que las bibliotecas están viviendo un cambio profundo pero lleno de futuro. Además se presentan unas propuestas sobre el rediseño de las categorías profesionales y de sus convocatorias de acceso en la función pública del Estado y en la función pública territorial.
