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Usar y evaluar la información en la era digital. ¿Cómo lo hacen los estudiantes universitarios?

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Maria Parras
Biblioteca
Universidad Pompeu Fabra
 

Head, Alison J.; Eisenberg, Michael B. (2010). How college students evaluate and use information in the digital age. Seattle (Washington): The Information School, University of Washington. Project Information Literacy Progress Report: "Truth Be Told". <http://projectinfolit.org/pdfs/PIL_Fall2010_Survey_FullReport1.pdf>. [Consulta: 01/04/2011].

¿Cómo buscan la información los estudiantes universitarios? ¿Qué preferencias tienen en cuanto a fuentes de información? ¿Cómo evalúan y utilizan la información?

La respuesta a estas tres preguntas la podemos encontrar en el Project Information Literady (PIL), un estudio nacional llevado a cabo por la University of Washington Information School con el objetivo de estudiar cómo hacen investigación y buscan información los estudiantes universitarios.

El estudio es fruto de los datos recogidos entre una muestra de 8.353 estudiantes de grado matriculados en 25 universidades de Estados Unidos y realizado durante la primavera de 2010.

Consta de 3 partes. La primera parte es un análisis comparativo sobre cómo llevan a cabo el proceso de búsqueda de información los estudiantes entre los datos del año anterior (2009) y los de éste (2010). Del análisis se extraen las siguientes conclusiones: 1) utilizan las mismas fuentes de información (independientemente de las asignaturas y del curso), 2) se dirigen en primera instancia a las lecturas recomendadas de las asignaturas de buscar en la web (Google por ejemplo), 3) los estudiantes de las diferentes muestras parecen tener las mismas preferencias en cuanto a las fuentes de información utilizadas habitualmente; 4) pocas veces se dirigen a los bibliotecarios.

En la segunda parte, se refleja como los estudiantes evalúan la información tanto para usos académicos como personales. La evaluación de la información encontrada es un paso esencial en el proceso de búsqueda que requiere un pensamiento crítico para validar si la información encontrada es pertinente y adecuada, en relación a las necesidades de información de cada individuo. El estudio "investiga" las rutinas y técnicas de los estudiantes durante la selección de la información para sus asignaturas.

¿Como evalúan los estudiantes la información encontrada en Internet? Basándose en 3 criterios: la actualización y la autoría, el dominio de la URL (así como los enlaces externos) y la intuición (recomendaciones de amigos y familiares). Los datos muestran que habitualmente los estudiantes evalúan la información encontrada en Internet y que el 77% de los estudiantes de la muestra se fijan en la actualización de los contenidos y la autoría para determinar la calidad de la información encontrada. Sólo el 25% de los encuestados tienen en cuenta los recursos de información recomendados por los bibliotecarios.

La tercera parte, muestra las dificultades con las que se encuentran los estudiantes durante el proceso de búsqueda de información. En la era digital el proceso de búsqueda y evaluación de la información es más difícil de gestionar. Pero el problema principal con el que se encuentran los estudiantes (84%) es la definición del tema del trabajo o bien la determinación de la necesidad de información. Posteriormente se plantean otros problemas como el grado de satisfacción hacia el proceso de búsqueda y los resultados obtenidos (46%), determinar la fiabilidad de la información (41%), como citar (41%), redactar el trabajo (38%) y evitar el plagio (35%).

¿Por qué es tan complicado definir su necesidad de información? Principalmente, les preocupa que su elección cumpla las expectativas de los profesores, así como puedan manejar el tema de su trabajo como hayan empezado y no verse desbordados por la cantidad de información disponible.

¿Qué es lo que realmente les preocupa? Aprobar la asignatura (99%), terminar el trabajo (97%) y sacar una buena nota (97%).

La conclusión del estudio es que existen una gran cantidad de huecos en el ámbito de las universidades de los EEUU a pesar de los esfuerzos para llenarlos. Existe una falta de visibilidad y de confianza hacia las bibliotecas y su personal, así como de la gran cantidad de información que los profesionales ponen al alcance de los estudiantes. Se detecta también un gran vacío en cuanto la formación que los estudiantes reciben por parte de bibliotecarios y profesores y el manejo que éstos hacen de la información.

Además, el estudio concluye con una serie de recomendaciones para afrontar los problemas relacionados con la formación en competencias informacionales a los estudiantes. Identifican dos tipos de competencias: las de primer orden, aquellas que involucran el pensamiento crítico (evaluación, interpretación y síntesis de la información) y las de segundo orden, el conjunto de técnicas y rutinas para afrontar el proceso de búsqueda de información. Ambas son esenciales para cualquier individuo a lo largo de sus vidas y los resultados del estudio revelan que los estudiantes no son conscientes de la importancia de tener estas competencias a la hora de realizar el proceso de búsqueda de información.

Las recomendaciones del estudio son pues las siguientes: 1) integrar la formación en competencias informacionales al currículo de los estudiantes (para que identifiquen la búsqueda de información como un proceso intelectual), 2) redireccionar la formación que hemos hecho hasta ahora (es importante que los estudiantes aprendan a desarrollar y perfeccionar las estrategias de búsqueda), 3) hacer partícipes y responsables a los estudiantes de todo el proceso de búsqueda (es necesario que los profesores trabajen más con la definición del tema del trabajo); 4) evaluar cómo se están preparando los estudiantes del siglo XXI para sus puestos de trabajo.

Aparte de las recomendaciones que nos hace el PIL, los bibliotecarios que impartimos formación podríamos enumerar otras recomendaciones y aspectos a tener en cuenta a la hora de preparar las sesiones de formación. Es esencial que haya una implicación institucional para hacer posible la integración de las competencias informacionales e informáticas en el currículo de los estudiantes y que éstos tomen conciencia de la importancia de formarse en esta área.