Eric del Arco, aprendiz de librero
Llibreria Documenta
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Returns (2023). [Brussels]: RISE Bookselling: European and International Booksellers Federation (EIBF). 28 p. (Industry insights). Disponible a: <https://risebookselling.eu/wp-content/uploads/2023/05/RISE-Bookselling-Industry-Insights_Returns.pdf>. [Consulta: 26/07/2024].
Hace ya unos meses que circula entre los libreros un estudio realizado por la EIBF (European and International Booksellers Federation) que lleva por título Returns, dentro de la colección «Industry insights». Este estudio forma parte de un proyecto que intenta explicar el funcionamiento interno del sector librero en el mundo. Son, por tanto, herramientas muy interesantes para reconocer nuestro sector y realizar, mediante estudios corporativistas, propuestas de cambio y mejora en el propio mercado.
En el estudio que hoy comentamos, el de las devoluciones, se intenta explicar con cifras y también de forma descriptiva cómo dentro del ciclo de venta de un libro, este puede volver de la librería al editor cuando el libro no se ha vendido. Es lo que se llama «devolución» y que aunque existe en algunos sectores, en el nuestro es uno de los puntos importantes a la hora de gestionar la economía de una librería. Cuanta más capacidad tienes de devolver y que te lo acepten los distribuidores y editores, más capacidad tienes de capitalizarte en un momento determinado.
El estudio, que puede encontrarse en este enlace, nos muestra datos de siete países bien diferentes: Letonia, Luxemburgo, Países Bajos, Nueva Zelanda, Eslovaquia, España y Suecia. De cada país / mercado se dan unos datos comparativos que ayudan a situarnos: población total, títulos publicados en aquel territorio, número de librerías, número de distribuidores, número de editoriales y el porcentaje aproximado de devolución. Y después, con un espacio variable, de dos o tres páginas, se procede a explicar el funcionamiento de las devoluciones en aquel país, juntamente con algunas características propias.
Lo que nos encontramos es que cada uno de los mercados es casi un caso particular. Ciertamente, el estudio ha escogido o ha encontrado países muy diferentes. Tenemos que pensar que cada uno tiene una situación geográfica que lo define. Luxemburgo tiene datos propios muy escasos porque en realidad recibe los libros de Francia, Alemania y Bélgica, por ejemplo, y su población es muy pequeña. Nueva Zelanda está completamente aislada con una población parecida a Eslovaquia, pero tiene una única lengua, el inglés, mientras que en los Países Bajos o en Suecia hay un volumen importante de lectura en inglés. Y aunque tenemos países con un índice poblacional alto, como los Países Bajos (17 millones) o Suecia (10 millones), ambos están lejos de España, con casi 50 millones de habitantes. Además, cada país tiene unas tradiciones en la forma de comprar, tal y como se explica, que hace que mientras unos hacen las compras generalmente en firme (el distribuidor factura cuando sirve el libro) otros trabajan principalmente en depósito (el distribuidor solo factura lo vendido). Tenemos que pensar que para muchas distribuidoras en España, lo que se devuelve en depósito no consta como devolución. No queda claro esto en el estudio y podría afectar a los datos que se dan y a la manera de evaluarlos.
Y es que, centrándonos ya en nuestro mercado y comparando lo que se puede comparar, vemos ya indicadores muy interesantes. España se presenta como un mercado con 80.000 títulos publicados por año, 1.500 librerías, 50 distribuidores, 9.000 editores1 y un índice de devolución que va del 30 % al 35 %. Podemos confirmar estos datos desde cualquier librería. Lo vivimos a diario. Si ahora hacemos tres cálculos básicos, nos encontramos que:
- En España se publica anualmente un libro por cada 600 habitantes. La mediana del resto de mercados es de un libro por cada 1.250 habitantes en los países más grandes (Países Bajos y Suecia) y 1.700 en países pequeños... Eslovaquia es el más próximo, con un libro por cada 700 habitantes. Nos faltan los índices de lectura por cada mercado, pero diríamos que en España publicamos muchos libros.
- En cambio, España tiene una librería por cada 30.000 habitantes. Suecia tiene la misma densidad de librerías con un territorio que tiene un punto de similitud: territorio grande con unas poblaciones grandes y mucha zona de baja densidad. Luxemburgo tiene menos librerías por habitante, pero recordemos que es un país muy pequeño. En el resto, hay muchas más librerías por habitante.
- España destaca con el número de distribuidores. Debería compararse con mercados como Francia o Alemania o el Reino Unido para valorar realmente lo que se intuye aquí: 50 distribuidores frente a otros mercados con dos o tres distribuidores indica una fragmentación enorme.
- Esta fragmentación tan grande se ve también reflejada en el número de editoriales por habitante: en España hay una editorial censada por cada 5.200 habitantes. Es cierto que el mercado en castellano debe mirarse teniendo en cuenta América Latina, pero también es cierto que las barreras territoriales, aun compartiendo la misma lengua, existen y que no todo lo que se publica en España tiene salida en América Latina.
¿Con todos estos datos, podemos encontrar respuestas a la diferencia en el índice de devolución? Probablemente: muchos libros, muchos editores, muchos distribuidores luchando por el espacio limitado de las librerías, con menos librerías por habitante que el resto de los mercados analizados. Esto genera una alta rotación que hace que sean las novedades las más castigadas en todo este proceso: las librerías no tienen tiempo de digerirlas, que ya las están devolviendo. Es una rueda de hámster de difícil gestión. Y que genera una mayor huella ecológica y muy poca eficiencia en la gestión de todo el sector.
Acabamos comentando que hay que recordar que este estudio, en los diversos mercados, se basa en las impresiones y los datos obtenidos de algunos libreros y asociaciones. Esto quiere decir que algunos datos quizás no pueden ser del todo contrastados. Y que para hacer cooperativismo en profundidad, faltarían estudios de mercados de tamaño equivalente al español, aunque situaciones como son el hecho de tener lenguas cooficiales o sistemas educativos particulares para cada territorio autonómico siempre hará que este mercado nuestro sea bien particular. Y que fiestas como las de Sant Jordi hacen que dentro del mismo mercado existan dinámicas difíciles de acoplar en un estudio como este.
Y con todo, celebramos que asociaciones como la EIBF nos generen estas herramientas de debate que permiten situarnos, reflexionar y sacar conclusiones que nos permitan mejorar.
1 Estas cifras son las que facilita el informe, que no coinciden con otras fuentes.
Nota: Esta reseña se publica simultáneamente en el Blog de l’Escola de Llibreria.