La brecha digital es la imagen de la brecha social: el nivel económico de las personas determina el acceso tecnológico de los ciudadanos de Barcelona

Versió per a imprimirVersió per a imprimir

Dídac Martínez
Director del Servei de Biblioteques, Publicacions i Arxius SBPA
Universitat Politècnica de Catalunya. UPC


Mobile World Capital Barcelona, Roca Salvatella. L’escletxa digital a la ciutat de Barcelona [en línea]. Febrer de 2016. Estudio de la MWCapital encargado por el Ajuntament de Barcelona. Disponible en: http://mobileworldcapital.com/escletxa-digital/download/escletxa-digital... [Consulta: 8 marzo 2016]


Os comento brevemente el informe elaborado por el Mobile World Capital Barcelona sobre la brecha digital de la ciudad de Barcelona.

Como todos los informes de este tipo está basado en encuestas realizadas a los ciudadanos sobre el comportamiento ante las TIC. ¿Qué hacen los ciudadanos que disponen de ordenadores o teléfonos móviles con acceso a Internet? ¿Cuántas veces se conectan? ¿Qué consultan? ¿Dónde acceden? etc. Si todas las respuestas las organizamos por edades, género, barrios etc. nos da un mapa de la ciudad de Barcelona en relación a las TIC y en relación, también, a la brecha digital.

Los que, como los bibliotecarios, hace tiempo que estamos trabajando en contra de las nuevas formas de analfabetismo funcional ya sabemos qué significa “brecha digital”. Este informe la define de la siguiente manera: “La brecha digital hace referencia a la desigualdad entre las personas que pueden tener acceso o conocimiento en relación a las nuevas tecnologías y las que no. Este término también hace referencia a las diferencias entre grupos según su capacidad para utilizar las TIC de manera eficaz.”  

El informe habla también de la Agenda Digital Europea, su seguimiento en Barcelona y los datos recogidos que se ordenan a partir del marco metodológico de la Unión Europea llamado “Digital Economy and Society Index (DESI)”. Esta metodología es importante dado que permite compararnos con otros países y ciudades europeas.

¿Qué nos dice este informe y qué mapa de Barcelona nos muestra?

El informe es muy interesante y completo porque incluye muchos datos y unas conclusiones que no son extrañas para los que, como los bibliotecarios, hace tiempo que están fomentando el uso de Internet: a) que la mayoría de usuarios usan las tecnologías para los correos electrónicos o para comunicarse en las redes sociales, b) que las personas mayores tiene dificultades para acceder y usar Internet, por lo tanto, necesitan una alfabetización tecnológica, c) que la e-administración no acaba de arrancar, d) que la mayoría de ciudadanos usan más de una tecnología, y e) posiblemente la más esencial, que el nivel educativo y económico está ligado al uso de estas tecnologías y, por lo tanto, influye en la profundidad de la brecha digital.

Llevándolo al extremo y para simplificarlo: si tienes un nivel económico alto, vives en un barrio “rico” y tienes una educación superior, entonces utilizas habitualmente las TIC para tu desarrollo personal, económico y social. Si, en cambio, vives en un barrio “pobre”, no tienes ingresos económicos para sobrevivir y no tienes ni los estudios básicos, no tienes acceso a las TIC ni a sus beneficios, y la brecha digital es más profunda. No obstante, el informe indica que, globalmente, la ciudad de Barcelona está avanzando hacia una sociedad con una integración de las tecnologías y el acceso a la información, sin excesivas diferencias, como puede pasar en otros lugares del planeta.   

El informe muestra tablas y gráficos con conclusiones relacionadas con el género, personas, barrios, niveles, información, redes, infraestructuras, etc. lo que permite entender mejor la ciudad de Barcelona y la progresiva extensión del uso de las TIC. No profundiza, en cambio, en las políticas necesarias que es preciso implementar para que esta brecha digital no sea cada vez mayor, o las consecuencias negativas de una sociedad y de una ciudad plenamente “TICficada” con aspectos, que empiezan a ser importantes, como el uso y la privacidad de los datos, la dependencia de los grandes sistemas de información comerciales y de las multinacionales de la energía, la transformación de los hábitos de lectura y, por tanto, del nivel cultural de las personas, etc. A pesar de ello, el mapa de la brecha digital de la ciudad de Barcelona nos aporta toda una serie de datos y conclusiones evolutivas que son muy interesantes para los bibliotecarios.
 
Es por eso que os aconsejo que leáis habitualmente este tipo de informes ya que permiten analizar con datos de dónde vienen y dónde están los problemas. Este informe, por ejemplo, es de especial interés para las bibliotecas públicas que están inseridas en los barrios y están alineando sus actividades y objetivos en relación a la brecha digital de sus usuarios. Es verdad que las bibliotecas ya estamos haciendo muchas acciones cada día para solucionar todos estos problemas en la medida que podemos y con los recursos que nos dan, pero no debemos desfallecer nunca en este objetivo respecto a las TIC. Sabemos por experiencia de siglos que si los ciudadanos no tienen acceso a la información no progresan. Es verdad que la nueva economía dirigida por las grandes compañías tecnológicas comporta grandes oportunidades para los ciudadanos y las ciudades, pero no para todos. Las bibliotecas debemos ayudar a que no quede excluido ningún ciudadano y que todos puedan subir al carro de estas anunciadas oportunidades. Por desgracia, esto ahora mismo no está pasando y la brecha digital es, todavía, la imagen de la brecha social.