Bibliotecas académicas: el relato del cambio

Se trata de un patrón de evaluación estadística, que el Comité de Evaluación y Estadística de la Asociación de Bibliotecas de Investigación (the Statistics and Assessment Committee of Association of Research Libraries), en colaboración con otros componentes de ARL, ha desarrollado entre 2007 y 2008, con la idea de exponer de manera más flexible programas, oferta documental y de servicios, modelos y experiencias de cooperación de estas bibliotecas, recogidas en un período de profunda transformación de su presencia y sus objetivos. Una vez listo, se utilizó el modelo para una encuesta que registró la participación de 86 estructuras pertenecientes a la ARL, casi todas bibliotecas académicas (7 pertenecientes a instituciones canadienses, 53 a universidades públicas de Estados Unidos y 22 a privadas). Temas e ideas contenidos en los perfiles institucionales enviados por las bibliotecas han sido identificados, analizados y evaluados con la ayuda del software ATLAS.ti .

El informe toma en consideración las respuestas de las 82 bibliotecas académicas, de las cuales ofrece una visión inicial de conjunto, al asimilar a seis categorías principales:

● gestión y autoevaluación
● colaboración con socios externos
● colaboración con socios internos
● servicios bibliotecarios
● secciones destacadas
● colecciones

Están surgiendo ya algunos indicios importantes, tales como:

● un llamamiento a los métodos cualitativos de autoevaluación todavía limitado;
● una amplia cooperación interbibliotecaria en materia de comunicación científica, préstamo y proyectos bibliográficos;
● una colaboración todavía más amplia con las escuelas y departamentos de las universidades a las que pertenece;
● una importante contribución al resultado de las actividades del cuerpo docente y a los procesos de aprendizaje de los estudiantes;
● la promoción difundida del libre acceso a los recursos del conocimiento;
● una fuerte orientación hacia la innovación del servicio y la extensión del papel de las bibliotecas;
● una dificuldad, sin embargo, para evaluar la eficacia de los servicios, a pesar del uso de la instrumentación LibQUAL + ®;
● la necesidad de medir las secciones destacadas y sus colecciones especiales en términos de valor específico y retorno de la inversión (ROI);
● una práctica generalizada en la preparación de las colecciones digitales.

En su segunda parte, el informe se fundamenta analíticamente en cuatro categorías de metadatos (evaluación y gestión; servicios; colaboración; colecciones), luego reproducidas esquemáticamente en el apéndice.

Crece, mientras tanto, una nueva visión de la totalidad del sector: muchos tienden a posicionar las bibliotecas académicas en una red global interrelacionada de recursos, acceso y servicios, sin renunciar a construir una oferta centrada en satisfacer las necesidades de conocimiento de los propios usuarios. Contextualmente, la necessidad de acompañar el cambio con modelos de gestión sostenible continua existiendo y con la búsqueda de fuentes alternativas de financiación, una etapa marcada por los significativos recortes presupuestarios. Cambia también el rol de los bibliotecarios, llamados a adquirir nuevas competenias en áreas clave de las aplicaciones tecnológicas, de la comunicación científica y de la evaluación. Esta última, en un futuro immediato, no podrá limitarse al análisis de datos cuantitativos y tendrá que abarcar nuevos campos de actividad, examinando el impacto de los servicios de bibliotecarios en la enseñanza, en el aprendizaje y en la investigación, tanto a nivel de las realidades individuales universitarias como a nivel internacional.

La satisfacción de los usuarios, que también se persigue mediante formas personalizadas de servicio, sigue siendo un objetivo fundamental. Los espacios bibliotecarios de los campus se constituyen como lugares equipados, cómodos, abiertos a múltiples necesidades de uso, diseñados pensando en la multifuncionalidad de aprendizaje colaborativo y uso de las tecnologías. La oferta tradicional de servicios (bibliotecario de referencia local, suministro de documentos, suministro de estaciones de trabajo conectadas) se integra con soluciones avanzadas para el acceso remoto, en particular a través de la Web, reforzada con el soporte que dan los innovadores sistemas catalográficos y las interfaces de búsqueda personalizadas. Además, las bibliotecas académicas no son capaces de comunicar los beneficios para su comunicación y el márqueting ofrecidos por las redes sociales (como Facebook y Twitter) y comparten contenidos e intercambios de información gracias a las otras expresiones de la Web 2.0.

Junto a los servicios de información, las bibliotecas académicas ponen a disposición de los estudiosos una asidua asistencia en varios frentes: búsqueda de financiación, suministro de revistas de acceso abierto y repositorios institucionales, sugerencias para el depósito de artículos en archivos digitales externos. Se difunden modalidades "embedded" del ejercicio de la profesión bibliotecaria, más cerca a las sedes, a los temas y a las exigencias cuotidianas de investigación universitaria (pero similar asistencia, "móvil" y presencial, es garantida también a los estudiantes).

Las bibliotecas actuan como colaboradores de los docentes también en los procesos formativos, seleccionando materiales para los cursos a distancia, brindando apoyo tecnológico, organizando módulos "team-teach" de alfabetización informacinal y metodología de la investigación documental, ayudando a integrar estas actividades en los itinerarios curriculares de los estudiantes.

Es pues muy estrecha la colaboración con los departamentos IT, a menudo participantes en el diseño y realización de los sistemas de "e-learning" y "data curation", en el desarrollo de repositorios institucionales y de software de catalogación, búsqueda y administración de sitios web, en el estudio de la "cloud computing", en iniciativas de digitalización.

La cooperación entre bibliotecas, a su vez, hace referencia a proyectos de digitalización, pero también al desarrollo de software y al desarrollo de las colecciones. Quedan, además, activos el préstamo interbibliotecario, la entrega de documentos y las prácticas consorciadas para la disminución de los costes y el enriquecimiento de las oportunidades de acceso a los recursos electrónicos.

De gran ayuda son los servicios prestados en beneficio de las comunidades locales y de la sociedad en general: considerados parte esencial de su misión, las bibliotecas académicas realizan muchas actividades de interés público. Colaboran con las escuelas y las bibliotecas públicas en temas de alfabetización informacional ("information literacy"), acondicionan archivos históricos y de documentación pública, garantizan acceso libre a muchos recursos, entre otros.

Las políticas de desarrollo de las colecciones, por último, favorecen la adquisición de recursos electrónicos y la digitalización del patrimonio documental, con el apoyo de procesos de catalogación, atribución de metadatos y acciones de conservación con tal de facilitar la recuperación, a corto y largo plazo, de contenidos digitales externos (revistas, bases de datos, etc.), internos (materiales digitalizados o nacidos digitales) y de colecciones de libros y revistas electrónicas.

La lectura del informe ofrece varias razones de interés. Se toma en consideración, sobre todo, el gran esfuerzo que pusieron las bibliotecas automatizadas en la identificación de respuestas eficaces a los retos, no sólo en terminos tecnologícos, de estos últimos años, en los que se ha manifestado una demanda de servicios de trato a menudo inédito y complejo, en los que se han hecho oír los contragolpes de la crisis económica.

Sabiamente, a los riesgos de inestabilidad se han enfrentado comportamientos proactivos y estrategias diseñadas con el objetivo de producir innovación (organizativa, profesional, tecnológica y de servicio): algunas de las soluciones adoptadas parecen prudentes, otras experimentales, aunque ninguna ignora las oportunidades y de riesgos que la contemporaneidad y los escenarios de un futuro muy próximo presentan a las bibliotecas académicas.

Otro terreno fértil de reflexión es acerca de la nueva metodología de investigación ARL. No cabe duda de que, en el ámbito internacional, se vayan afirmando criterios de evaluación centrados en el valor que los "stakeholders", la comunidad y la colectividad conceden a las bibliotecas, en el impacto social y económico de su acción y en los beneficios para los usuarios. Se quiere, en esta dirección, documentar de manera más persuasiva la función de las bibliotecas y contrastar fenómenos y posiciones que pueden debilitar y deslegitimarla. Esta opción acarrea consigo la exigencia de dar apoyo, a las estadísticas y a los indicadores de "performance", con la necesidad de otras pruebas. Por un lado se hacen pruebas con modelos de evaluación económica (evaluación contingente, ROI etc.), por otro lado tiene una mayor propensión, en comparación con el pasado, para los estudios cualitativos y, en particular, para aquellos estudios hechos para obtener elementos de testimoniaje y del relato de historias y experiencias (de los usuarios, de los bibliotecarios, etc.). El informe ARL profile cae dentro de esta corriente, que representa una de las primeras, útiles aplicaciones de amplia gama. Por supuesto, se tendrá que volver con los necesarios puntos de vista sobre las potencialidades y la validez de este enfoque.