Lluís Vicente
Responsable de transformació digital
RCD Advocats
II Informe nivel digital directivo en España 2017 (2018). [Barcelona: EADA Business School: RocaSalvatella]. Disponible a: <https://www.eada.edu/es/actualidad/prensa/informes/descargar/competencias-digitales-2017>. [Consulta: 22/09/2018].
La transformación digital es el concepto de moda en todo tipo de evento, foro, redes sociales o blogs sobre innovación. Más allá de métodos milagrosos, insights de gurús digitales o estrategias etéreas sin resultados claros, usar la tecnología para mejorar servicios u organizaciones, y superar ciertas barreras conceptuales en el entorno de trabajo es necesario y obligado. En este sentido, por encima de otros sectores económicos y culturales, las bibliotecas y centros de documentación llevan un largo recorrido en este campo. Cabe preguntarse asimismo si los profesionales están preparados para tecnologías que están generando nuevas disrupciones. El machine learning o los smart contracts serán conceptos que vamos a tener que integrar en nuestro día a día laboral, así como el trabajo en entornos virtuales, con más de un dispositivo, y en donde el usuario final tendrá prácticamente línea directa con los profesionales, a través de diversos canales. Así pues, ¿tenemos las habilidades para asumir estos cambios? ¿Ya estamos en ese camino?
Para arrojar un poco de luz sobre este ámbito y evaluar el nivel actual de los profesionales, se puede tomar como punto de partida el II Informe nivel digital directivo en España 2017 elaborado por la EADA Business School y la empresa de consultoría RocaSalvatella. El estudio plantea una metodología de evaluación de directivos que se podría adaptar al sector profesional de bibliotecas, centros de documentación, archivos y servicios de información de distinta índole.
Ya en los resultados del primer informe, de 2015, los directivos se mostraban hábiles en el uso de aplicaciones tecnológicas en su día a día personal, aunque no lo eran tanto en el momento de usarlas en su entorno de trabajo. Dos años después del primer informe, el estudio reseñado muestra que los directivos parecen ir un paso más allá: la nueva tendencia se traduce en un mayor liderazgo de estos en la transformación digital real de sus entornos laborales. Sin embargo, y aunque tienen mayores conocimientos en tecnología, aún se pone de relieve la necesidad de una aplicación profunda de esta en sus empresas y sigue siendo una asignatura pendiente la visión estratégica en el desarrollo de planes de transformación a medio-largo plazo. Por otro lado, entre las tecnologías utilizadas en el ámbito empresarial, no aparecen ni el Internet de las cosas, ni el blockchain ni la inteligencia artificial (IA). Tampoco aparece el seguimiento y empleo de indicadores de reputación digital de la empresa, ni se consideran indicadores de competencia y sector, y aún está lejos de considerarse esencial la monitorización de la actividad o las necesidades de los clientes en la red.
Los resultados se basan en el análisis de las habilidades de los directivos que podemos aplicar también a nuestro sector:
- Para empezar, debe analizarse si somos igual de hábiles en el uso de tecnología tanto en el plano personal como en el profesional. ¿Somos capaces de trabajar en entornos virtuales o aportando servicios digitales para nuestros usuarios? Seguramente responderemos que sí… ¿Y si lo comparamos con la destreza que tenemos para pedir comida en línea, hacer la declaración de la renta o comparando precios de paquetes vacacionales en Internet?
- Seguramente, gestionar y comunicar información en el ámbito digital es nuestro mayor valor, y estas son dos habilidades en las que somos fuertes en nuestro sector. Usar los contextos digitales para ello es parte de esa ventaja que tenemos frente a otros sectores. Los bibliotecarios ayudamos a nuestros usuarios a discernir lo que es relevante de lo que no lo es, no hay duda, aunque, ¿cómo nos comunicamos en el ámbito digital? Las redes sociales parecen un hito mayormente superado pero, ¿usamos otros canales? Aquí deberíamos autoevaluarnos.
- Otra habilidad en la que se han superado diversas dificultades es el trabajo en red. Entre centros, entre colegas, entre asociaciones, facultades… Pero, ¿estamos aplicando el uso de entornos colaborativos u otras herramientas para cooperar en el ámbito digital?
- La siguiente habilidad se centra en el aprendizaje continuo. A estas alturas, sabemos que el cambio vino para quedarse y el avance de la tecnología, además de protagonizarlo, lo acelera constantemente. Por ello, cualquier profesional sabe que esta habilidad es necesaria en nuestro entorno. En nuestro caso, no acabamos aquí, debemos fomentar ese aprendizaje continuo en nuestras comunidades. Ya sea como dinamizadores o como partes participantes, es un rol clave.
- La visión estratégica en la transformación digital no es la habilidad que destaca en ninguno de los directivos encuestados. ¿Nosotros contamos con ella? Sin visión estratégica, difícilmente seremos líderes en la red, difícilmente podremos coordinar equipos o crear espacios de valor para nuestras comunidades de usuarios.
- Por último, la orientación al cliente vuelve a ser capital, pero no basta con dictar soluciones en base a unos estándares. Aquí parece imponerse un aspecto capital para startups, los pivotes. Pivotar servicios a partir de la adaptación del consumidor de información sólo puede hacerse a partir de la empatía con él. Es decir, la orientación al usuario se define por la capacidad para entender, comprender, saber interactuar y satisfacer las necesidades de los nuevos clientes en contextos digitales.
La metodología de análisis se complementa en cuatro ámbitos de interacción de la economía digital: el propio profesional, el equipo de trabajo, la organización y los factores ambientales. En referencia al profesional, debemos evaluar habilidades centradas en la gestión del tiempo, en la comunicación personal, en la gestión del estrés y la implicación, entre otras. En cuanto al equipo, encontramos elementos de evaluación como la gestión de equipos de trabajo, motivación, organización de reuniones y liderazgo. Para saber si una organización cuenta con actividades centradas en la optimización de recursos, debe evaluarse la comunicación interna y la gestión del conocimiento corporativo. Finalmente, los factores ambientales corresponden a aquellas actividades que afectan a mi persona o a mi organización pero relacionadas con el entorno en el que están trabajando; dentro de estas habilidades a evaluar están la gestión de la influencia, la marca digital, la gestión del prestigio en las redes, etc. Combinan, sobre todo, elementos tácticos y estratégicos.
Los factores tratados en el estudio resultan útiles para analizar en qué punto exacto de transformación digital se encuentra la organización, aunque también pone en relevancia que, en realidad, lo que realmente cuenta en un proceso de transformación digital en la organización no es sólo la aplicación de las tecnologías, sino que hay que incorporar a las personas y a los procesos.
Sin embargo, para llevar a cabo un análisis en profundidad del nivel de transformación digital de la organización, contamos con otras alternativas metodológicas, como por ejemplo la propuesta por la consultora Digital Leadership y con la que también se puede evaluar el estado de madurez de nuestra organización.