Facultad de Biblioteconomía y Documentación
Universitat de Barcelona
Ebook 55+: los lectores mayores de 55 años y los libros electrónicos (2011). Territorio Ebook. Coordinador del proyecto Ebook 55+, Florencia Corrionero, María Antonia Moreno. Peñaranda de Bracamonte: Fundación Germán Sánchez Ruipérez. Centro de Desarrollo Sociocultural. 55 p. (La voz de los e-lectores). <http://www.territorioebook.com/recursos/vozelectores/55/Informe_lectores.... [Consulta: 13/07/2011].
La Fundación Germán Sánchez Ruipérez mantiene, entre sus líneas de trabajo, una línea llamada Territorio ebook, en el que se investiga sobre las relaciones entre diferentes segmentos de públicos y la lectura en soporte electrónico. Recientemente, Luis González, director general adjunto de la Fundación, ha explicado este proyecto en nuestra revista1.
Este informe que comentamos recoge los resultados de dos investigaciones realizadas en el marco de este proyecto Territorio ebook con lectores de edad superior a 55 años. Las dos investigaciones se hicieron utilizando los mismos grupos de muestra y de manera simultánea, pero con dos objetivos diferentes de estudio: una exploraba el uso del soporte digital para la lectura de una novela, otra analizaba la incidencia de los talleres de lectura en la comprensión lectora de esta misma novela.
Los participantes en esta doble investigación eran 40 lectores, entre 55 y 75 años, con una proporción de 55% mujeres y 45% hombres los cuales el 50% tenía estudios primarios, el 43% había realizado estudios secundarios y 14% tenía estudios superiores. Sólo el 3% no tenía estudios. Todos ellos, sin embargo, eran usuarios frecuentes de biblioteca (75% semanalmente) y el 70% declaraba leer diariamente. La muestra fue dividida en un grupo experimental y uno de Grupo de control, de los cuales el primero hacía la lectura de la novela en soporte electrónico y asistía a unos talleres de lectura y el segundo hacía el mismo proceso pero de manera autónoma, sin acompañamiento.
En cuanto al primer objeto de investigación -el uso de los aparatos lectores- el estudio concluyó que no se detectaban diferencias significativas entre los dos grupos, aunque los resultados eran más positivos en el grupo experimental. Otros resultados que se presentan son:
* Las personas mayores son receptivas a usar dispositivos digitales, lo que desmonta el prejuicio de la posible resistencia por la edad o por desconocimiento;
* Las personas que leían con un aparato, manifestaron que les costaba leer más de una hora y media seguida. El informe no lo recoge, pero es muy probable que la lectura en papel los comportara la misma dificultad;
* Respecto al aparato, no daban importancia al hecho de que dispusiera de otras funcionalidades (p.e. música) y exponían como una dificultad no saber, a primera vista, la extensión del libro;
* Todos, tanto los participantes en el grupo experimental como en el grupo de control, se mostraron favorables al uso y la adquisición de estos aparatos en un porcentaje entre el 90 y el 100%;
* En conjunto, abundaban más los comentarios sobre el aparato que sobre la lectura / libro.
La segunda investigación quiere mostrar el impacto de los talleres de lectura sobre la comprensión lectora. Como antes, pero aún más, las conclusiones nos parecen un poco demasiado obvias:
* Las personas que participaron en los talleres de lectura fueron capaces de hacer más inferencias se lo pasaron mejor con la lectura del libro;
* Las personas con estudios universitarios tenían una mejor comprensión, hubieran hecho o no los talleres;
* Se demuestra que la comprensión literaria está relacionada con la información previa que se tiene de la obra y no tiene que ver con el apoyo de lectura.
¿Qué nos aporta este informe? Con la primera investigación, podemos saber que las personas mayores -segmento de público que habría que estudiar subdividido por franjas de edad ya que, probablemente, no tendrá el mismo comportamiento una persona de 55 que una de 75- se muestran receptivas al uso de los aparatos lectores electrónicos. En la segunda investigación, las (pocas) conclusiones a las que llega nos aportan poco ya que la bondad de las prácticas comunitarias de lectura, y en concreto el aprendizaje basado en la conversación o el diálogo, está ampliamente estudiado y demostrado. Los conductores y participantes en los incontables "clubes de lectura" que hay en nuestras bibliotecas pueden dar fe.
Los instrumentos utilizados para la recogida de datos-cuestionarios, focus group, diario de campo-se incluyen en los anexos de la obra, junto con un resumen, breve y sucinto, de las conclusiones. A pesar de contar con unos equipos de trabajo solventes y unos planteamientos adecuados, el informe proporciona unos resultados más bien modestos y alejados de las expectativas.
[1]González, Luis (2011). «Llibre digital i biblioteca : la FGSR busca les claus per a la gestió de la lectura digital al servei bibliotecari». BiD: textos universitaris de biblioteconomia i documentació, juny, núm. 26. <http://www.ub.edu/bid/26/gonzalez3.htm> [Consulta: 23-06-2011].