Josep M. Turiel
CRAI Biblioteca de Lletres
Universitat de Barcelona
National Endowment for the Humanities; Ithaka S+R (2012). Supporting the Changing Research Practices oh Historians. Roger C. Schonfeld; Jennifer Rutner. Washington DC; Nova York: National Endowment for the Humanities Ithaka S+R: desembre2012. 52 p. [Consulta el 15/10/2013]. <http://www.sr.ithaka.org/research-publications/supporting-changing-research-practices-historians>.
Escribe Nancy R. John en La ética del clic: los usuarios y la información digital en la era de Internet que no hay que perder de vista el objetivo, todavía hoy, de nuestro trabajo, la calidad objetiva de las fuentes de información y el reconocimiento de las necesidades de los investigadores, los usos de la información en cualquier soporte o sus carencias. John aclara: [...] Si es así, la próxima vez que utilicemos Internet nos preguntaremos si lo hacemos porque esta allí o si hay una fuente mejor para conseguir la información. Quizás no nos lo cuestionamos pero si lo hacemos, aunque sólo sea por un segundo, la revolución contra el uso de Internet de una manera mecánica y la creación de una comunidad de usuarios formados habrá empezado […].
En el pequeño párrafo anterior radica el eje y el alma del trabajo del que os hablaré: Supporting the Changing Research Practices of Historian, obra de dos autores de prestigio (Roger C. Schonfeld y Jennifer Rutner) y, claro, de las organizaciones que les han dado apoyo: National Endowment for the Humanities y Ithaka S+R. El informe presenta, cuestiona, aborda y analiza los resultados de un trabajo de campo llevado a cabo entre los años 2011-2012, ofreciendo —muy importante— conclusiones, buenas prácticas y argumentos para la reflexión en un ámbito siempre dificultoso como son las humanidades y, concretamente, la historia y su relación con las fuentes históricas (archivos). Como muchos estudios de este tipo, se basa en un número importante de encuestas realizadas especialmente a profesionales de la información y a investigadores del entorno académico, aunque finalmente también se incluyeron editores y/o proveedores de servicios.
Es cierto que en este resbaladizo y gigantesco ámbito de las ciencias humanas la serendipia, el trabajo individual y la soledad del investigador, la dispersión de los fondos, la tradición oral y una cierta endogamia académica han dibujado unos usos de la información a menudo bajos. Es por todo esto que hay que saber más: qué se utiliza, dónde, porqué, para quién y sobre todo cómo.
El estudio es del año 2012 lo que permite encontrar abundantes y serias reseñas en línea. En general destaca que el trabajo es instructivo, fácil de leer, que aporta buenas conclusiones y algunas muy buenas prácticas, pero que en algunos casos puede resultar demasiado obvio. Quizás hasta que alguien como Rutner y Schonfeld recojan 'las obviedades' en un trabajo y pasen a ser realidades contrastadas.
Os concreto algunos aspectos del informe que considero destacables:
- La estructura del estudio facilita la lectura, la comprensión del "problema" y las soluciones propuestas. El amplio resumen inicial es una declaración de principios y casi te ahorra la lectura de todo el trabajo si no está especialmente implicados en los ámbitos de las humanidades y más concretamente de la historia. Por cierto, hablamos de humanidades, en el texto se habla de ciencias sociales -nada, matices culturales.
- - Los autores se plantean claramente 5 preguntas: ¿Cómo han afectado los recursos digitales en las prácticas de investigación de los historiadores? ¿Qué herramientas de investigación necesitan pero no encuentran y qué hay que cambiar? ¿Hace falta un nuevo modelo de apoyo y de formación para los historiadores? Y, finalmente, ¿cómo les podemos ayudar?
- - Las conclusiones de las encuestas quizá no son, en general, demasiado reveladoras pero si necesarias: "[…] este proyecto se ha encontrado que los métodos de investigación subyacentes en muchos historiadores son bastante reconocibles, incluso con la introducción de nuevas herramientas y tecnologías, pero en el día a día las prácticas de búsqueda de todos los historiadores, esencialmente, han cambiado […]"
- - Importante: Pocos entrevistados declaran trabajar únicamente con fuentes primarias tangibles. La convivencia de las fuentes digitales y las tradicionales es de lo más natural.
- - Se sugiere un pliego de mejoras que especialmente los archivos, pero también algunas bibliotecas, podrían implementar para satisfacer las diferentes necesidades de información de los investigadores. La naturaleza cambiante del material de archivo, las dimensiones de los fondos y los problemas de acceso se destacan como graves inconvenientes en la búsqueda. El uso de herramientas como las cámaras digitales y la difícil gestión de tal cantidad de imágenes complican el día a día de investigadores y archiveros.
- - La alternativa a los costosos viajes que deben hacer muchos historiadores en busca de fuentes primarias es la digitalización, el análisis y la descripción de los fondos archivísticos, por lo tanto, son básicos. Pero sin olvidar nunca los instrumentos de comunicación que permitan hacer consultas directas y rápidas, de académicos a archiveros, pero también al revés, si fuera necesario. Es lo que los autores denominan viajar de manera más estratégica. Se resume en estas frases: "[...] El uso de instrumentos de consulta en línea facilita en gran medida , y a veces desplaza, estas visitas . Con un buen instrumento de descripción que esté disponible en línea podría hacerse innecesaria una visita de exploración [...]".
- - El material no textual sigue siendo una fuente de conflictos para los historiadores y los profesionales de la información. Se necesitan alternativas para una gestión eficaz y para un buen análisis y descripción de estos documentos.
- - Los autores consideran básica la creación de bases de datos. Visto el problema que supone la localización de cada colección de manera independiente, sobre todo si tenemos presente cómo pueden ser de diferentes los archivos y sus fondos: "El proceso de identificación de archivos -en algunos casos pequeños, locales [pero también] internacionales pueden representar un desafío increíble para los investigadores". Apuestan, pues, por una búsqueda cruzada y normalizada entre archivos.
- - No sorprende demasiado que Google, a pesar de reconocer la encuesta el bajo uso de Google Scholar, sea la puerta de inicio de muchas búsquedas: "En general, los historiadores descubren los medios de localización a través de búsquedas en Google y sitios web de archivo." La posibilidad de navegar en los textos completos ha ganado adeptos.
- - Se menciona más de una vez la necesidad de mejorar el acceso a los datos, los documentos originales (siempre que no hayan restricciones legales) y a un 'tú a tú ' más directo y eficaz. Esta es la recomendación más clara de todo el trabajo: más proximidad, más identificación de las necesidades, más personalización.
- -Se incide en que hay una buena gestión de citas que permitan al investigador un control normalizado de la información con la que trabaja. También se destaca la necesidad de una mejora constante de los métodos de investigación digital.
- - La encuesta se dirigió a doctorandos: la respuesta más común es el desconocimiento total de las herramientas y la falta de apoyo en técnicas de investigación en general e historiográficas en particular. En este sentido: haced un vistazo la guía Guide to Using Archives for the Inexperienced elaborada por Archives Hub. Intentan solucionar esta carencia.
- - Sería necesario que los archiveros hicieran una lectura a fondo de las recomendaciones: en su opinión es básica. La realidad de cada archivo o de algunas bibliotecas y centros de documentación es muy variante y en un entorno como el nuestro las posibilidades reales de aplicar las recomendaciones que se describen pueden ser, sino imposibles, si muy dificultosas.
Resumiendo los ejes claves del trabajo diríamos que: se necesitan más instrumentos de descripción en línea, hay que multiplicar y normalizar el uso de escáneres y cámaras digitales, se necesitan más proyectos de digitalización, eliminar las barreras entre archivos y otras fuentes documentados con bases de datos que crucen su información (multibúsqueda); necesitan archiveros intrépidos (más aún) y esto sólo se consigue con más recursos y, finalmente, hay que incorporar políticas de comunicación fluidas entre historiadores y archivos que incluyan la formación metodológica de los estudiantes de doctorado.
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