Luis Fernando Ramos-Simón
Departamento de Biblioteconomía y Documentación
Universidad Complutense de Madrid
Deloitte (2013). Market assessment of public sector information. Londres: Department for Business, Innovation and Skills: mayo 2013. 235 p. [Consulta 12/09/2013].<https://www.gov.uk/government/uploads/system/uploads/attachment_data/file/198905/bis-13-743-market-assessment-of-public-sector-information.pdf>
Este informe sobre el mercado de la información del sector público es modélico en sus planteamientos y resultados, aunque al lector no le interesase nada su contenido podría apreciar la estructura de un estudio impecable, compuesto de un amplio resumen, siete capítulos con una presentación excelente y nueve apéndices que incluyen un repertorio bibliográfico. Si además, ese lector quiere saber algunos aspectos básicos sobre cómo se está diseñando la estrategia de información pública para los próximos años en el país que seguramente es el líder mundial en la materia, ha llegado al sitio adecuado. De hecho, este informe cimenta la política del gobierno británico en materia de datos abiertos para los próximos años con el objetivo de hacer recomendaciones a los ministerios sobre cómo ampliar el acceso a la información del sector público y ofrecer oportunidades innovadoras para los datos abiertos.
Cronológicamente está a caballo de varios informes públicos sucesivos presentados de junio de 2012 a junio de 2013. El primero es el Open Data White Paper (junio 2012), a partir del cual el Gobierno encargó el informe independiente Shakespeare Review1, solicitado por el Gobierno al experto que le da nombre y que toma como base este informe de Deloitte (mayo 2013) que comentamos. Con posterioridad, ya en junio pasado, se publica la respuesta del Gobierno a estos análisis2 realizados sobre la información del sector público, del que destacaremos su orientación básica.
El mercado de información del sector público abarca los datos e información recopilados, reproducidos y difundidos por los organismos públicos procedentes de muy diversas áreas de actividad, tales como información social, económica, geográfica, meteorológica, geográfica, turística, empresarial y educativa. El informe muestra algunos ejemplos de la compleja naturaleza del mercado de la información, ya que es difícil identificar la forma en que actúa como input en el proceso productivo y su importancia en la generación de valor, a ello se suma la dificultad en saber cómo las empresas reutilizan la información. Uno de los estudios de caso muestra que el manejo de "apps" en las redes de transporte de Londres puede ahorrar a los usuarios tiempo por un valor estimado entre 15 y 58 millones de libras.
El informe ha calculado que el valor de esta información pública del Reino Unido para los consumidores, empresas y el propio sector público se cifraba en 2011 en torno a 1.800 millones de libras, aunque existe el convencimiento de que su valor es mucho mayor porque también es utilizada en áreas que no tienen un valor directo para el consumidor. De ahí que si se añade una estimación social del valor de la información pública alcanza un montante entre 6.200 y 7.200 millones de libras. Este valor aumentará en la medida que en los próximos años se combine la información pública y privada a través de los beneficios que proporcionan los datos enlazados (linked open data). También contribuirán a ello el aumento de la destreza en el manejo de la información e iniciativas innovadoras, como la posible creación de aplicaciones a nivel local en el comercio minorista.
No obstante, esta oportunidad de desarrollo de la información del sector público se ve limitada por algunas barreras que el informe subdivide en tres grupos: legislativas, económicas y de acceso. La percepción de que algunas normativas no favorecen la puesta a disposición de los datos reduciendo su utilización, los precios de algunos tipos de información y la accesibilidad de los datos para el gran público son las principales barreras que limitan el uso de la información pública. La licencia abierta para acceder a los datos del Gobierno (OGL) se percibe como un buen instrumento para mejorar la disponibilidad de los datos, igualmente, se consideraría positivo que en el caso de los datos de pago se estableciese una licencia homogénea. Es destacable que las barreras y sus implicaciones ocupan un capítulo completo del informe, en donde se analizan con detalle otros aspectos como la privacidad de los datos, su disponibilidad, los formatos, la política de tarifas que se aplican en algunas agencias estatales o la importancia del uso de los datos científicos.
En el Reino Unido, la información pública es accesible a través de unos 37.500 conjuntos de datos (datasets) procedentes de 750 editores (de ellos, a esta fecha, más 10.000 datasets a través del portal de datos del gobierno3. Más de la mitad de los datos accesibles en este portal provienen de los diez principales proveedores de información, los tres más importantes son la oficina de Estadística (12%), el departamento encargado de asuntos territoriales y locales (11%) y el centro de información de la salud y servicios sociales (9%). Estos datos sólo muestran el número de los enlaces de descarga, no el flujo de información, ya que, por ejemplo, el servicio meteorológico que no está en esa lista, envía al portal 200 Mb de datos diarios. Las descargas realizadas desde el portal superaban los 2,5 millones en octubre de 2012.
Un aspecto muy importante para quienes nos dedicamos a la gestión de la información es su formato de los datos. El informe muestra que el 40% de los dataset se presentan en formatos "csv" y el 27% en "xls", frente a sólo el 10% en "pdf" y el 8% en "html". Sin embargo, si observamos estos datos desde la clasificación de las "cinco estrellas" usada en el portal, resulta que el 56% no tiene ninguna estrella, en este aspecto sólo es significativo que el 22% de los datos tienen asignadas tres estrellas porque están estructurados en formatos abiertos no propietarios. Como se sabe, este mecanismo de las estrellas4 fue sugerido por Tim Berners-Lee para medir el grado de apertura de los datos, en el nivel inferior, una estrella indica que el dataset está disponible en la Web en cualquier formato bajo una licencia abierta, más estrellas suponen mayor apertura de datos, hasta cinco que se corresponde con los datos abiertos vinculados (linked open data), lo que permite la agregación de datos de distintos proveedores.
El informe distingue entre dos tipos de usuarios de la información pública. Por un lado, quienes emplean la información con el propósito de informar en el contexto en el que la información fue producida, por ejemplo, para la difusión de la información económica en su propio sector. Por el contrario, la reutilización alude al uso de los datasets con un propósito distinto para el que fueron creados, cita como ejemplo la correlación de datos atmosféricos y medioambientales para determinar el rendimiento escolar de los niños. Aunque el informe reconoce que la distinción entre ambos aprovechamientos de los datos no es sencilla.
Muy interesante para saber cómo se usan esos datos es analizar las aplicaciones para móviles disponibles en el portal del gobierno. Destacan las "apps" dedicadas al transporte (47), muy por delante de las dedicadas a justicia, gasto público o información geográfica en las que hay una veintena en cada grupo y que también tienen un alto nivel de interés. Asimismo, la información pública de transporte es claramente la más popular en términos de páginas vistas y número de "apps" desarrolladas, también es el sector en el que más descargas se realizan. En términos del editor que recibe más visitas a sus páginas, la oficina de Estadística es con mucho la más interesante para los usuarios. Por otra parte, un estudio muestral revela que la categoría de dataset más solicitada corresponde a datos geoespaciales, de igual modo, los datos medioambientales, de transportes, salud y sociedad también reciben un elevado número de peticiones.
Para finalizar, solamente indicar que la respuesta central del Gobierno al informe "Shakespeare Review" muestra la determinación de llevar los datos abiertos al siguiente nivel ([...]la fase dos de la revolución digital5[...]), mediante un plan integrado en el que la puesta a disposición de los datos públicos impulse el crecimiento económico, es decir, una estrategia nacional que maximice la explotación de datos y que la vez tenga en cuenta la protección de la privacidad. Asimismo, el Gobierno se propone asegurar que el Reino Unido mantenga el liderazgo mundial en datos abiertos, mejorar la organización de los datos públicos orientados al sector empresarial y así mejorar su rendimiento económico ¿Hay algún país que se haya planteado llegar más lejos?