Facultat de Biblioteconomia i Documentació
Universitat de Barcelona
United States. President's Council of Advisors on Science and Technology (2010). Designing a digital future: federally funded research and development in networking and information technology: report to the President and Congress. December 2010. (http://www.whitehouse.gov/sites/default/files/microsites/ostp/pcast-nitr...)
Si alguien nos pide ejemplos de innovadores en TIC es probable que se nos ocurran enseguida los nombres de Paul Allen y Bill Gates (Microsoft), Steve Jobs y Stephen Wozniak (Apple) o Larry Page y Sergey Brin (Google). Es también probable que los tengamos asociados con la imagen romántica de unos chicos brillantes que construyeron los cimientos de tres grandes empresas en el garaje de su casa.
Si analizamos con un poco de detalle estas evocaciones, podemos constatar dos cosas. En primer lugar, todos ellos son estadounidenses. En segundo lugar, todos ellos partieron de unas bases de investigación previas, como nos lo muestra el análisis del caso de Google que se hace en el informe analizado (p. 133). Dos de las piezas fundamentales para el éxito de este buscador fueron el sistema de ordenación de los resultados y, por otra parte, la escalabilidad de su infraestructura informática. El PageRank fue un producto de investigación de la época en que Page y Brin trabajaban en la Digital Library Initiative (uno de los grandes programas de investigación en TIC de los EE.UU.) y la escalabilidad se basa en el algoritmo de Paxos, desarrollado durante la década de 1990. La clave, como se ve, es disponer de unas bases en investigación sobre las que construir productos y servicios de éxito.
Estas también son las dos ideas fundamentales que nos transmite el informe "Designing a digital future": los EEUU son líderes en TIC e invertir en investigación básica es fundamental para crear empresas e iniciativas innovadoras que permitan mantener este liderazgo. El documento ha sido elaborado por una comisión asesora del presidente Obama (PCAST, President's Council of Advisors on Science and Technology) (http://www.whitehouse.gov/administration/eop/ostp/pcast), que fue creada en 2001 para asesorar al presidente en materia de ciencia y tecnología.
El informe tiene por objetivo la evaluación del programa de investigación en TIC de los EEUU, llamado NITRD (Networking an Information Technology Research and Development Program), que se inició a principios de 1990 y que está financiado por más de una docena de agencias federales y a la vez también quiere señalar nuevos ámbitos hacia los cuales debe orientarse la investigación en TIC.
En cuanto a la evaluación del programa NITRD, el informe pone de manifiesto que una buena parte del presupuesto de la investigación en TIC se invierte en infraestructuras tecnológicas de otros ámbitos de investigación (biotecnología, etc.) pero no en investigación TIC, con lo que los EEUU invierten menos en investigación TIC de lo que piensan. Para llevar a cabo las recomendaciones del informe, los autores estiman que harían falta unos 100.000 millones de dólares anuales. Para dar una referencia, el presupuesto de I+D total de España es de unos 10.000 millones de euros (pero para todos los ámbitos científicos, no sólo para TIC). También destacan el enorme potencial de la inversión privada en I+D aunque, en estos casos, se incida más en el desarrollo (D) que en la investigación (I).
Los capítulos 2 y 3 ponen de relieve el alto impacto que la investigación en TIC ha tenido en el desarrollo de la industria estadounidense de productos y servicios tecnológicos, llevando a este país a liderar con notable ventaja este ámbito.
Las secciones centrales, capítulos 4 a 7, presentan las seis áreas actualmente en funcionamiento en las que las TIC pueden tener un papel relevante: salud, energía y transporte, seguridad nacional, avances en ciencia y tecnología, educación, y democracia digital. Como no basta con seguir los programas actuales, también se señalan nuevas líneas o nuevos espacios de investigación, lo que llaman ámbitos fronterizos de la investigación en tecnologías: TIC y población, TIC y mundo físico, análisis de datos a gran escala, sistemas fiables de ciberseguridad, sistemas escalables, mejora de las intertícies persona-ordenador y computación de alto rendimiento (high performance computing), entre otros. En estos capítulos se describen con detalle líneas más específicas y también se incluyen recomendaciones.
Finalmente, también se dedica un apartado a analizar las infraestructuras de investigación, tanto las tecnológicas como, especialmente, las humanas. En este ámbito se pide, entre otras cosas, la mejora de la formación básica en conocimientos de informática reclamándose cambios en el currículo académico desde la enseñanza primaria.
En cualquier caso, y para responder la pregunta del título, lo que queda más claro en este informe, tal y como se decía al principio, es que la innovación no es un estado de gracia que ha tocado a algunas personas sino que se fundamenta en la inversión pública y privada en investigación básica. Por otra parte, el informe también insiste en trabajar a medio y largo plazo y financiar líneas de investigación que no tienen (o deben tener) resultados inmediatos.