ALMA UK (Archives, Libraries & Museums Alliance UK) (2010). Economic Impact Toolkits for Archives, Libraries and Museums: Final Report. Newcastle upon Tyne: ERS, UK. 100 p. <http://wales.gov.uk/docs/drah/research/110331almaukeconomicimpactresearchen.pdf>. [Consulta: 20/09/2012].
La pregunta que encabeza este escrito es más fácil de hacer que de responder, y aunque está relacionada, no es exactamente lo mismo que preguntar por la utilidad de este museo. La pregunta, tal como está formulada, lleva implícita la idea de hacer balance entre los recursos empleados y los resultados obtenidos. Además no sería lo mismo el que respondieran el director del museo, un artista, un urbanista, un hotelero, un turista, un vecino del barrio del Raval de Barcelona, o un político. En todo caso, la respuesta -salvo quizá la del director del museo- estaría fundamentada en algunos datos, pero sobre todo en percepciones, sensaciones, experiencias, ideas preconcebidas que muy probablemente no acabarían de ser una respuesta precisa a la pregunta.
Y sin embargo desde algunos sectores lo que se llama sector cultural, se han hecho y se hacen ensayos para dar una respuesta precisa, adecuada, fundamentada y elaborada en base a una metodología científica a preguntas como esta, tratando de medir el impacto que tienen determinadas instituciones culturales y traduciéndo las conclusiones a términos económicos.
El documento objeto de esta reseña es el informe previo al desarrollo de un proyecto que debería tener por objetivo la elaboración de un conjunto de recomendaciones y herramientas que permitan a los gestores culturales responder preguntas de la naturaleza de la del título. Este informe fue encargado por The Archives, Libraries and Museums Alliance del Reino Unido http://almauk.org/ que agrupa a los principales entes gestores y autoridades de archivos, bibliotecas y museos de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del norte. Esta alianza se constituyó como foro para el intercambio de experiencias y especialmente como referente para la apreciación del valor público de archivos, bibliotecas y museos.
El documento se estructura en tres grandes partes: el resumen ejecutivo, el cuerpo del documento y los apéndices. El cuerpo, a su vez, queda estructurado en: 1. Introducción, 2. Metodología, 3. Impacto económico: antecedentes y aproximaciones, 4. Requerimientos, necesidades, opinión y expectativas de las partes interesadas, 5. Revisión de las herramientas de evaluación de impacto, y 6. Recomendaciones metodológicas para la medición del impacto de archivos, bibliotecas y museos. Completan el documento cuatro apéndices que recogen los cuestionarios, las respuestas y las referencias de la documentación utilizada para su elaboración.
En la introducción y en la metodología exponen detalles tales como la oportunidad del documento y el despliegue metodológico llevado a cabo para elaborar el contenido que queda bien representado en los títulos de los apartados subsiguientes.
Para la elaboración del documento se realizó una revisión de 60 estudios sobre el impacto de archivos, bibliotecas y museos estableciendo y valorando la escala y la calidad de la información, la transferabilidad y complejidad de la metodología empleada y, la cantidad de recursos necesarios para compilar y analizar los datos. Las conclusiones de esta revisión constituyen el capítulo 3. A lo largo del documento se insiste en la idea, formulada como requerimiento por parte de los promotores, que las propuestas y las herramientas que pudieran derivarse deberían ser útiles, fáciles de usar y aplicables a escalas diversas. Las metodologías empleadas para medir el impacto económico de los servicios han sido clasificadas en cuatro grandes grupos: 1. Análisis múltiple, 2. Valoración contingente, 3. Retorno de la inversión y 4. Valoración económica. Para cada uno de estos cuatro enfoques metodológicos establece una aproximación conceptual, los pros y contras, y el o los ámbitos de aplicación que más les convienen.
El Análisis múltiple tiene en cuenta la escala y la distribución geográfica del gasto de los servicios culturales y aplica factores multiplicadores para lograr establecer los impactos que en términos económicos genera este gasto.
La metodología de la valoración contingente evalúa el valor otorgado por los usuarios y los no usuarios de los servicios mediante su eventual disposición a pagar para recibirlos o mediante la compensación que querrían obtener en caso de que los servicios se dejaran de dar.
El retorno de la inversión persigue establecer una proporción entre el beneficio que supone la disponibilidad del servicio y una combinación del valor otorgado por el usuario, y el derivado de otros tipos de análisis.
La valoración económica (análisis coste-beneficio) es una simplificación monetarizada de la metodología del retorno de la inversión y pretende establecer una proporción entre el valor de los servicios provistos y los recursos económicos movilizados y utilizados para proveerlos.
Los pros y contras de cada enfoque metodológico son analizados por los autores en unas tablas. En general, estas ventajas e inconvenientes están establecidos a partir de criterios que tienen en cuenta la naturaleza y características de los usuarios y del uso que hacen de los diversos servicios, de la cantidad de información requerida o de las dificultades de obtener y / o de capturar esta información, la escalabilidad de los eventuales resultados, o del tiempo necesario para llevarlos a cabo.
El documento aporta también un resumen de los resultados de un estudio realizado sobre las necesidades, expectativas y experiencias en relación a los estudios o a la medida del impacto económico de los responsables de archivos, bibliotecas y museos. En este sentido es de destacar, la gran desigualdad que existe entre los responsables de los museos, por un lado, y archivos y bibliotecas de otra: el sector de los museos británicos tiene una larga experiencia en estudios y evaluación del impacto económico mientras que esta experiencia es mucho menos frecuente entre bibliotecas y, sobre todo archivos. En el caso de las bibliotecas como mucho hay experiencias a nivel estatal, nacional, regional y más raramente local, a menudo como estudios asociados a otros proyectos de evaluación; otras cuestiones relevantes en opinión de los responsables de estas instituciones culturales a tener muy en cuenta son las dificultades que pueden surgir a la hora de obtener y tratar la información necesaria para las carencias de los sistemas de información operativos en estas organizaciones; el interés de acompañar estos estudios con una evaluación del impacto social centrada en los ámbitos de la cohesión social, la educación y la salud, y que las herramientas de medición del impacto económico o los eventuales estudios tengan un objetivo claro y una orientación definida bien hacia el apoyo a la gestión o bien hacia la defensa y promoción de los servicios.
Antes de las recomendaciones, el documento da razón de las conclusiones de la revisión de herramientas de evaluación de impacto, entre otros, la escasez de herramientas de apoyo a la medida del impacto económico con una orientación concreta y determinada a pesar de que hay bastantes modelos teóricos desarrollados. Las herramientas existentes son de dos tipos: guías con modelos y recomendaciones de aplicación, y herramientas de tipo formulario electrónico interactivo. Estas últimas, más o menos funcionan como una calculadora: introduciendo los valores de unas variables conocidas -dimensiones del equipamiento, presupuesto, número de usuarios, número de transacciones...- devuelven un valor referenciado bien al usuario o bien tomando de referencia alguna otra variable de tipo geográfico, institucional...
Finalmente, y a modo de conclusiones, el documento especifica unas recomendaciones algunas de genéricas para todas las clases de instituciones y después de otras específicas para museos y archivos, y bibliotecas. Las recomendaciones genéricas insisten, entre otros, en que hay un balance crítico entre la simplicidad metodológica y la consistencia del resultado que se obtenga, también en la necesidad de que el que eventualmente se pueda desarrollar sea flexible en cuanto a ámbito y escala de aplicación, que emplee al máximo datos ya recogidos para otros procesos y que haya documentación y sistemas de apoyo al uso de las herramientas.
Las recomendaciones específicas para museos, archivos y bibliotecas son sobre todo de enfoque metodológico y también se identifican algunos de los riesgos de cada opción. Para museos y archivos se recomienda utilizar la metodología del análisis múltiple, y la de la evaluación contingente o la del retorno de la inversión para las bibliotecas. Este capítulo también contiene una primera aproximación a una temporalización de los trabajos que deberían permitir llevar a cabo las conclusiones derivadas de las recomendaciones.
El interés del documento radica en su concisión y brevedad, tras leer el contenido uno se puede hacer una idea de las metodologías que se han utilizado para dar valor a los servicios culturales, y de la mayor o menor adecuación de car a los objetivos, a las circunstancias del contexto y los tipos de establecimientos. De otro modo, documentos como éste y los estudios que referencian hacen evidente la necesidad de dotar a los responsables de los equipamientos culturales a diferentes niveles de herramientas que les permitan hacer visibles, explícitos y en lenguaje comprensible -más allá del discurso cultural- las ventajas que supone para a la sociedad disponer de museos, archivos y bibliotecas.