Xavier Agenjo Bullón
Director de projectes
Fundación Ignacio Larramendi
Citation Capture: enhancing understanding of the use of unique and distinct collections within academic research and the research outputs produced as a result: final report. delivered in partnership with Research Libraries UK, The National Archives and Jisc (2018). The Research Base. 54 p. Disponible a: <https://www.rluk.ac.uk/wp-content/uploads/2018/11/Citation_Capture_Report_2018.pdf>. [Consulta: 08/04/2019].
A la hora de redactar una reseña sobre este proyecto que llevan a cabo las RLUK (Research Libraries UK), los TNA (The National Archives) y el JISC (Joint Information Systems Committee) me invade una cierta desazón porque después de un estudio muy prolijo, aunque no muy extensivo como ya dice el informe, al final se aboga por un nuevo modelo de cita para un tipo concreto de repositorios,1 los que contienen colecciones únicas y distintas (UDC). Uno teme, desde luego, que se trate de una nueva propuesta a añadir a la numerosa lista de formas de citas, pero hay que reconocer que el Informe final (en adelante el Informe) del proyecto Citation Capture afronta dos cuestiones: la ausencia de análisis de citas sobre los materiales conservados en archivos, bibliotecas y museos y, añadimos nosotros, la baja presencia de citas sobre los instrumentos de búsqueda y descripción de las instituciones culturales en publicaciones académicas y científicas.
Lo que ha llamado mi atención del proyecto Citation Capture no es tanto el problema de cómo se citan y analizan los fondos consultados de un archivo, sino en la posible extensión a la cita de cualquier tipo de repositorio, ya sean físicos y parangonables a archivos como en este informe, o repositorios en el sentido de bases de datos, catálogos u otros instrumentos de archivos, bibliotecas y museos. El Informe final de Citation Capture señala una cuestión muy importante para los archivos, bibliotecas, museos e instituciones culturales de todo tipo: cómo saber qué se cita, cuántas veces se les cita, quiénes les citan, y de qué medios pueden disponer para saber qué uso se hace de sus fondos.
Ya hemos señalado en otro sitio la extendida costumbre de los usuarios de estos instrumentos de no citarlos en absoluto o de citarlos muy por debajo de su uso. En su día, nos referíamos a cómo no es frecuente citar obras tan importantes como el Espasa, los catálogos bibliográficos, los instrumentos de descripción de los archivos, los repositorios institucionales o todo tipo de repertorios elaborados por archivos, bibliotecas y museos a lo largo de sus muchos años de existencia y en los que han participado centenares, si no miles, de bibliotecarios, archiveros o museólogos. Sic vos non vobis…, pero no tanto.
El interés del Informe radica no tanto en la propuesta que realiza sino en otra sugerencia que está implícita como es el hecho de considerar un modelo de cita para que los repositorios de archivos, bibliotecas y museos puedan ser citados en las publicaciones académicas y que, posteriormente, se puedan cuantificar, analizar y evaluar esas citas del mismo modo que se contabilizan las citas de artículos, comunicaciones, libros, revistas (u otro tipo de publicaciones) en el ámbito científico.
El Informe hace seis recomendaciones, siendo la primera, el modelo de cita, la más concreta, y por ello también la más cuestionable, mientras que las otras cinco descansan sobre todo en deseables y posibles futuras acciones conjuntas de varios actores que calculo que difícilmente se harán realidad.
El modelo de cita de Citation Capture
La mayor parte del Informe se extiende por los apéndices que describen los análisis realizados sobre las prácticas más habituales de cita de repertorios; una encuesta en línea sobre modelos en uso, herramientas, oportunidades y retos y sobre el posible apoyo a un modelo de cita normalizado, así como los factores más importantes que deberían tenerse en cuenta para el diseño e implementación de un estilo de cita;… y las discusiones de un workshop especializado.
Un gran aparato documental para finalizar en una propuesta que se debate entre utilizar un código de tres letras, un código de cuatro letras o los códigos ya establecidos por ARCHON.2 En el Informe no se mencionan otras posibilidades, suponemos que es el precio de centrarlo en el Reino Unido, como serían la MARC code list for organizations o la norma ISO 15511:2011 Information and documentation – International standard identifier for libraries and related organizations (ISIL).
El código de tres letras permitiría a los académicos citar de forma natural, estaría más acorde con la práctica actual y no necesitaría la consulta de listados, directorios, registros u otros para establecer ese código. Debe tenerse en cuenta que el 67 % de los entrevistados en la encuesta dicen que no utilizan ninguna aplicación para gestionar sus citas. Así, The National Archives se abreviaría como TNA. Obviamente, un código de este tipo tendría la ventaja de su sencillez y la facilidad de aplicación llamaría a su rápida extensión, pero presenta la gran desventaja de la duplicidad de siglas, ya que como se dice en el mismo informe Bath Record Office, Berkshire Record Office y Bristol Record Office estarían representados por el mismo código de tres letras BRO, dentro del mismo Reino Unido. En un ámbito internacional esta propuesta sería simplemente inviable.
El código de cuatro letras tendría la ventaja de disminuir el número de duplicidades, pero la desventaja de que no se utiliza mucho en la práctica habitual de cita de los académicos, de lo que se deduce que no se utilizaría ampliamente y no serviría para las contabilizaciones posteriores.
El código ARCHON (UK National Register of Archives), análogo al Censo-Guía de Archivos Españoles e Iberoamericanos, si bien es único y lo mantiene The National Archives, requiere un instrumento de consulta (directorio, registro, base de datos, etc.) y su utilización en el marco de un texto no es natural. En consecuencia, también tendría un menor uso. Presenta, además, el problema de que ARCHON no recoge los repositorios de instituciones con material impreso por lo que en un futuro no sería extensible a estos materiales.
Aunque el Informe analiza otras formas de cita como URL, que cada vez estarán más extendidas, no termina abogando por ellas, aun sabiendo que en un futuro próximo se deberá modificar el modelo de cita propuesto para dar cabida a los dominios, URL y URI de las instituciones de memoria.
Las recomendaciones de cita de los propios archivos nos dan una idea de la dificultad de plantear un análisis de citas posterior:
- Archivo General de Simancas, Registro del Sello de Corte, Sign. RGS,LEG,149310,6. 1493, octubre, 24. Barcelona. Acceso en línea en http://pares.mcu.es (DD/MM/AAAA).3
- The National Archives (TNA): C 139 Chancery: Inquisitions Post Mortem, Series 1, Henry VI.4
Desde luego, los autores son conscientes de los puntos flacos de las opciones, por lo que el intento de racionalizar un modelo de cita de archivos hay que verlo en el interés que tiene la misma propuesta, pero las concreciones parecen muy poco convenientes, especialmente si tenemos en cuenta la parte del mundo que no es el Reino Unido. De todos los requisitos, el más valorado en el Informe es la facilidad de su uso, pues se considera que el riesgo más grave para una propuesta de este estilo será el grado de su aplicación. De poco valdrá cualquier código si para quienes tienen que utilizarlo es una complicación añadida a la tarea de escribir. De sobra sabemos que un gran porcentaje del tiempo que se lleva un artículo o una comunicación está en citar conforme al modelo Chicago, al MLA, al de Harvard o a cualquier otro.
Limitaciones de la propuesta
El Informe final no esconde otras restricciones o limitaciones de la propuesta. La primera es que se centra en las «colecciones únicas y distintas», lo cual es una forma de acotar el problema a resolver, empezando por una parte muy concreta de los repositorios, aunque con un enorme volumen de información, los que contienen colecciones únicas y distintas (léase mayoritariamente archivos). Como se ha mencionado, la cita de repositorios que contengan materiales reproducidos, como es el caso de las colecciones bibliográficas o de los archivos con agrupaciones de materiales impresos, plantearía el problema de que la cita no sería unívoca. Es decir, referirse a un catálogo bibliográfico para citar un material reproducido en una edición con una tirada de miles de ejemplares y susceptible de estar presente en numerosas colecciones no podría dar lugar a un análisis claro del uso de ese repositorio sino, todo lo más, el de un documento o material concreto. Obviamente, se reduce la amplitud del problema, en un intento de darle una solución viable, acotándolo a las colecciones con documentos únicos y distintos.
Tampoco plantea el Informe la forma de cita que debería usarse para documentos digitales o digitalizados que se han consultado a través de un servicio de agregación de metadatos. Este es el caso de documentos únicos que pueden estar presentes en distintas plataformas como Europeana o el Portal de Archivos Europeo. O, por seguir con el foco en el Reino Unido, The Archives Hub o data.gov.uk.
Simplificar el problema, limitando su ámbito es una forma de aproximarse a su resolución, sin embargo, en mi opinión, deja tantas cuestiones fuera que pienso que será difícil que esta propuesta llegue a buen fin.
Así pues, la primera limitación del modelo de cita que se plantea es su uso para colecciones con materiales únicos, léase mayoritariamente archivos. La segunda limitación es que el modelo de cita tendrá que ser utilizado voluntariamente por los investigadores de una forma sencilla que no requiera la consulta adicional de directorios, repertorios o listados donde consultar los códigos a utilizar para estas citas. Por ello, el código para citar debería ser fácil de construir sin necesidad de utilizar ningún repertorio, listado, relación, etc., y debería ocupar poco para que no se extralimitaran los límites de espacio que habitualmente marcan los editores.
En algún momento el Informe hace un análisis de las herramientas de Google Scholar y las de JSTOR para investigadores para proponer el desarrollo de una herramienta de captura de citas.
Como he dicho antes, tengo también cierto escepticismo de que esta nueva herramienta que se propone desarrollar sea capaz de mejorar lo que ya está disponible en Google Scholar y JSTOR. Yo habría abogado, en lugar de hacer una cosa nueva, por proponer mejoras a las herramientas que ya están desarrolladas. Seguramente, eso es porque yo soy un reformista y no un revolucionario.
Citation Capture: Recomendaciones
En cualquier caso, hay que fijarse en las otras recomendaciones de este Informe dirigidas a los socios del proyecto y que tienen que ver con la puesta en práctica del modelo de cita que finalmente se proponga:
- Una página web amigable con una guía centralizada del uso del modelo de cita para archiveros y académicos que contribuya a consolidar su uso.
- Periodo de consulta para valorar hasta qué punto los equipos profesionales de los repositorios tienen el conocimiento y la pericia necesaria para mejorar las prácticas de cita y de captura de citas. No puedo resistirme a copiar este párrafo que transmite de forma inmejorable el estilo de todo el Informe: «This consultation process would focus on identifying clear strategies to successfully embed best practice within these institutions».
- Aumentar el conocimiento y la conciencia por medio de una amplia campaña pública entre los usuarios potenciales del modelo de cita: académicos, investigadores, editores, instituciones educativas y asociaciones profesionales.
Por resumir, a la campaña de publicidad se le deben añadir una serie de guías de buenas prácticas sobre cómo adoptar el modelo en los distintos repositorios y relacionarlos con otras guías de buenas prácticas nacionales. Por otro lado, hay que proporcionar al personal de los repositorios las herramientas y la formación para la actualización de su pericia. El Informe dice que eso es clave, y tiene razón, que no es fácil asegurar que los repositorios pequeños vayan a tener capacidad técnica para proporcionar esas guías de usuario, así como reunir y analizar datos de citas capturadas.
El Informe tiene también toda la razón en otro punto, cuando se menciona el interés de los plug-ins de software de referencias como EndNote u otros para esa minoría, pero significativa, de académicos que utilizan esas plataformas. Y lo que me parece ya casi un brindis al sol es concitar el apoyo de los editores. Como muy bien dice el Informe es un punto crucial para determinar las prácticas de cita dentro de las publicaciones académicas. Lo que no queda nada claro es cómo se va a convencer a esos editores que están muy acostumbrados a sus rutinas (a no ser, claro, que se les pague).
La última recomendación agranda mi escepticismo puesto que se propone hacer una extensa campaña de publicidad para hacer hincapié en la utilidad del proyecto de Citation Capture. Es decir, hablando en cristiano, hay que convencer a los posibles usuarios, es decir, a los académicos, a los editores y a los repositorios de las bondades del modelo y del proyecto, cosa que me parece muy difícil. A pesar de todo, creo que es en este punto, en crear un modelo de cita normalizado que permita el análisis de citas de los repositorios, utilizado en su más amplio sentido, donde está el interés del Informe final y del proyecto Citation Capture.
1. Debe tenerse en cuenta que en el contexto de este Informe el término repositorio tiene el significado de archivo como entidad que conserva documentación, aunque puede adoptar otros significados a lo largo del documento según el contexto.
2. El ARCHON directory lo publican The National Archives, recoge los archivos del Reino Unido y algunos internacionales.
3. Notas de PARES 12: Solicitar copias de imágenes y Citar documentos. 3 de febrero de 2014 a las 0:59.
4. Citing documents in The National Archives.