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Las bibliotecas públicas promueven la salud y el bienestar en Escocia: buenas intenciones con pocos recursos

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Aurora Vall
Facultat de Biblioteconomia i Documentació
Universitat de Barcelona


Public library improvement fund: evaluation of health-related projects: final report (2017). Blake Stevenson. April. [Glasgow]: Scottish Library and Information Council. 34 p. Disponible en: <https://scottishlibraries.org/media/1619/slic-plif-evaluation-final-report.pdf>. [Consulta: 28/08/2018].


Es de justicia empezar con una advertencia. Este informe es un documento sencillo en todos los sentidos, sin datos cuantitativos que avalen los resultados y con limitaciones metodológicas reconocidas por los propios autores. Con todo, es interesante porque, por una parte, es un intento de incorporar la cultura de la evaluación también a los proyectos (modestos) desarrollados en las bibliotecas públicas y, por otra, porque corrobora la necesidad de dar a conocer a los organismos sanitarios el potencial de la biblioteca pública en relación con la salud y el bienestar de la población.

En 2015, el Scottish Libraries and Information Council (SLIC)1 publicó A strategy for public libraries in Scotland, 2015-20202 que fijaba unos objetivos estratégicos para potenciar el trabajo en red y hacer más eficientes los servicios bibliotecarios, a la vez que promovía la evaluación de su impacto. Uno de los objetivos estratégicos giraba en torno al bienestar social y tenía en cuenta cuestiones como el aislamiento social, las desigualdades y los problemas de salud. Para poder llevar a cabo actuaciones concretas, el Public Library Improvement Fund (PLIF)3 financió, entre julio de 2014 y abril de 2017, diez proyectos centrados en el envejecimiento de la población y que promovían la salud y el bienestar. El informe que aquí reseñamos es el resultado de la evaluación de estos proyectos que el SLIC encargó a Blake Stevenson, con el objetivo de conocer, entre otros, su impacto en el entorno bibliotecario, en la comunidad y en el resto de agentes implicados, su viabilidad y la transferibilidad de la experiencia en otras bibliotecas.

Algunas de las características que definen la mayoría de los diez proyectos evaluados son que se trata de servicios proporcionados por la biblioteca pública, vinculados a las administraciones locales, alcanzan áreas geográficas de naturaleza diversa (zonas rurales aisladas, áreas urbanas con una población más concentrada y zonas mixtas), trabajan cooperativamente con otras entidades (por ejemplo, el National Health Service) y tienen un presupuesto modesto (2.230 £ el que menos y 26.000 £ el que más). Los centros de interés giran, especialmente, alrededor de los recursos informativos sobre salud que la biblioteca pública puede proporcionar4; la salud mental con especial atención a la demencia; las actividades que se llevan a cabo dentro de la biblioteca pública (entendida como tercer espacio) dirigidas tanto a personas con demencia como a cuidadores, familiares o profesionales que deben tratarlas o, incluso, formación para que los profesionales de la salud y los asistentes sociales incorporen la biblioteca pública y sus recursos en su día a día profesional.

Destacamos los resultados siguientes:

- Impacto en los usuarios
La biblioteca pública llega a personas que nunca antes habían ido y se convierten en usuarias; y, las que ya lo eran, se enteran de servicios y recursos que desconocían. A raíz de la creación o rediseño de nuevos espacios, los trabajadores sociales descubren la biblioteca como un espacio neutral valioso.

- Impacto en el personal bibliotecario
Gracias a la formación específica recibida, adquieren conocimientos sobre salud y bienestar a la vez que aprenden competencias comunicativas específicas para relacionarse mejor con los usuarios (enfermos mentales, familiares, cuidadores) y saber satisfacer sus necesidades. La naturaleza de los proyectos también ha potenciado su capacidad para trabajar estableciendo redes de contactos.

- La financiación
A pesar de su modestia, ha permitido que las bibliotecas sean más emprendedoras y se arriesguen a explorar nuevas formas de servicio, aparte de obligar a rendir cuentas de la inversión realizada potenciando así la cultura de la evaluación. Por desgracia, la intervención de la administración local en algún procedimiento (contratación, compra) ha sido un lastre importante.

- Impacto en la comunidad
Este debería ser un punto clave pero, por desgracia, se reconoce en el informe que tan solo tienen percepciones y nada más (¡eso sí, todas muy positivas!).

- El trabajo con entidades externas
Cuando se trabaja con organizaciones con las que ya existía una relación previa y se contaba con el aval de su dirección, los resultados son muy positivos. En general, cuesta implicar agentes del ámbito de la salud y el bienestar porque hay un gran desconocimiento del potencial que la biblioteca pública puede tener respecto a sus intereses. Es especialmente difícil la relación con el NHS (National Health Service) a causa de sus grandes dimensiones (cuesta identificar con quién hay que contactar), una rotación excesiva del personal, poca implicación por parte de los médicos de cabecera, pocos recursos, etc.

Por lo que respecta a los retos que se plantean resaltamos:

- Mejorar las relaciones con el NHS y conseguir trabajar juntos pero reconocen que sin una implicación política clara será difícil.

- Crear una red sólida de organizaciones con la que colaborar desde la biblioteca (más allá de proyectos concretos) aunque hace falta tiempo y personal para conseguirlo.

- Compartir conocimientos y buenas prácticas y replicar los proyectos en otras bibliotecas del territorio, adaptándolos, siempre que sea posible.

- Proporcionar más tiempo para la formación del personal bibliotecario implicado y también para poder aplicar los conocimientos y llevar a cabo los proyectos en los que participan. Repensar el papel de los voluntarios porque se presentan pocos y no siempre se les puede proporcionar la formación necesaria. Reconocen, no obstante, la dificultad que significa no contar con los recursos humanos deseables.

- Planificar  la evaluación del impacto de los diferentes proyectos ofreciendo los instrumentos necesarios.

- Y, finalmente, mantener los proyectos una vez finalizada la financiación que los ha impulsado. Proponen, en este sentido, fondos de financiación alternativos pero sin concretar.

Tan solo hay que allá donde pone Escocia pongamos Cataluña y centro de atención primaria o Servei Català de la Salut por National Health Service (NHS), y comprobaremos que estamos ahí mismo, con la (gran) diferencia que aquí todavía no nos hemos puesto manos a la obra más allá de intentos aislados por parte de algunas bibliotecas públicas y de la propia Sanitat.


1  Órgano consultivo independiente del Gobierno escocés que vela por los asuntos relacionados con las bibliotecas y la información en Escocia.
2  https://scottishlibraries.org/media/1133/ambition-opportunity-scotlands-..., reseñado en el Blok de BiD.
3  Fondos del Gobierno escocés administrados por el SLIC que financian proyectos pioneros, creativos e innovadores.
4  Entendidos en un sentido amplio. Por ejemplo, se incluye la promoción del proyecto Reading Well Books on Prescription, reseñado en el Blok de BiD.