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Construyendo colecciones juntos

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Ángel Borrego
Facultat de Biblioteconomia i Documentació
Universitat de Barcelona
 

Dempsey, L.; Lavoie, B; Malpas, C. Understanding the Collective Collection: Towards a System-wide Perspective on Library Print collections. Dublin, OH: OCLC Research, 2013. http://oclc.org/research/publications/library/2013/2013-09r.html

Igual que ha ocurrido con las suscripciones a revistas científicas, la tecnología también ha afectado al desarrollo de las colecciones de monografías impresas, dando lugar a la creación de "colecciones colectivas", es decir, el diseño de estrategias cooperativas de gestión de la colección en un sistema como puede ser un consorcio, una región o un país.

En la introducción al documento que reseñamos, Lorcan Dempsey identifica cinco motivaciones detrás de este interés por la creación de colecciones colectivas de libros: el proyecto Google Books, que hace una década inició la digitalización de los fondos de cinco grandes bibliotecas universitarias y de investigación; el cambio en los hábitos de consumo de información, que ha virado hacia la consulta de información digital; la necesidad de dedicar los espacios a actividades más valiosas que el almacenamiento de materiales; el acceso cada vez más eficiente a los documentos impresos; y, en general, un creciente interés por la colaboración.

La creación de colecciones colectivas o cooperativas también plantea retos: las decisiones se han de tomar pensado en global, no en local; hay que dedicar más esfuerzo a la promoción de las colecciones porque el descubrimiento de los materiales ya no depende de la redundancia de copias impresas; los actores han de asumir responsabilidades diferentes; y hay que afrontar cuestiones como la propiedad de los fondos.

Estas reflexiones que acabamos de sintetizar son las que expone Lorcan Dempsey en su introducción a un compendio de ocho artículos e informes publicados por OCLC Research entre 2005 y 2012 en el ámbito de la gestión de monografías impresas y la creación de colecciones colectivas. Resumiremos a continuación las aportaciones que conforman el informe.

El primer trabajo, un artículo de Lavoie y Schonfeld, presenta los resultados de un análisis de los 32 millones de monografías impresas catalogadas en WorldCat en enero de 2005. Al margen de las grandes cifras relativas a la lengua o el año de publicación de los documentos, los autores llaman la atención sobre el bajo porcentaje (un 18%) que representan los libros en el dominio público dentro de las colecciones analizadas y remarcan la necesidad de explorar en mayor profundidad los fondos de reserva para establecer políticas de preservación: fijar prioridades de digitalización; determinar el número de copias a conservar; etc.

El segundo trabajo, de Dempsey, aborda las implicaciones del fenómeno de la larga cola (long tail) en las bibliotecas universitarias. Para explotar las posibilidades de este fenómeno, tal como han hecho Amazon, Ebay o Google en el terreno comercial, el autor insiste en la necesidad de mejorar las herramientas de descubrimiento, unificando los diversos sistemas disponibles para diferentes tipos de materiales, haciéndolos presentes en otros entornos (buscadores, sindicación de contenidos, etc.) Se trata de agregar la oferta (haciendo más fácil que el usuario encuentre y acceda a aquello que le pueda interesar) y la demanda (exponiendo los materiales a grandes grupos de usuarios para que estos tengan más posibilidades de encontrar algo de su interés).

El tercer artículo, de Lavoine, Connaway y Dempsey, aborda el análisis de los 18 millones de registros de las cinco primeras bibliotecas que participaron en el proyecto Google Books (las de las universidades de Harvard, Michigan, Stanford y Oxford y la pública de Nueva York). Quizá uno de los resultados más llamativos es que el 60% de los fondos no estaban duplicados. En otras palabras, sólo el 40% de los documentos estaba en dos o más de las cinco bibliotecas. Las obras estaban en más de 430 lenguas, con el inglés representando cerca de la mitad de los fondos, y más del 80% aún tenían derechos de propiedad intelectual vigentes.

El cuarto trabajo, de Lavoie y Dempsey, profundiza en el análisis de los libros sujetos a derechos de propiedad intelectual disponibles en WorldCat, analizando las características de los libros impresos desde 1923, 80 años antes del anuncio del proyecto Google Books en 2004. El estudio muestra la dificultad de determinar de manera automática los derechos de los documentos a partir de la información bibliográfica disponible sobre ellos.

El siguiente trabajo adopta una orientación más tecnológica, abordando cómo los servicios bibliotecarios en nube pueden mejorar la gestión de colecciones de libros impresos. Se trata de estudio que ya fue reseñado en su día en este mismo Blok por Santi Balagué (http://www.ub.edu/blokdebid/es/content/cloud-computing-en-las-bibliotecas-los-servicios-bibliotecarios-en-nube-podr%C3%ADan-optimizar-la).

En sexto lugar, Lavoie y Waibel describen las colecciones de NYARC, un consorcio de cuatro bibliotecas de museos de arte neoyorquinos.

Finalmente, Lavoie, Malpas y Shipengrover amplían algunos de los trabajos anteriores analizando el solapamiento de las colecciones de monografías impresas en bibliotecas universitarias norteamericanas y en los crecientes repositorios de libros digitalizados, especialmente HathiTrust. Los resultados ponen de manifiesto que el porcentaje de cobertura de HathiTrust había crecido desde el 19% en junio de 2009 hasta el 36% en junio de 2011. El informe aborda el análisis por grandes regiones geográficas de Estados Unidos para explorar las posibilidades de gestión cooperativa de las colecciones.

El documento, en definitiva, compila un amplio número de trabajos sobre un tema, el de la gestión de colecciones de monografías impresas, que parece no estar de moda, pero que se revela de importancia a la luz de la elevada producción bibliográfica surgida de OCLC.