La asociación que agrupa las bibliotecas de investigación de USA y Canadá (ARL: Association of Research Libraries) publicó el pasado mes de agosto, los resultados de una encuesta y un estudio [2] entre sus miembros en donde recogen de que modo las bibliotecas contribuyen (o van contribuir) en los procesos de la e-ciencia.
Aparte de los resultados, consultables en el documento y en su resumen ejecutivo, cabe destacar que no existe un modelo único de como gestionar la e-ciencia en las universidades y/o centros de investigación y respecto al rol de las bibliotecas en su contribución a la e-ciencia tampoco es homogéneo: en algunos casos se dispone de personal altamente especializado, en otros se crean unidades específicamente para el soporte a la e-ciencia y en un porcentaje elevado básicamente labores referencia.
Lo que se deduce del estudio, es que gracias a la tecnología y naturalmente a la inversión, nos hallamos frente a un incremento de la actividad científica que aumenta exponencialmente, lo que implica una mayor complejidad en el análisis, interpretación y gestión de los datos que genera dicha actividad.
En paralelo, gracias a Internet y a las redes académicas, la colaboración a nivel nacional e internacional entre centros de investigación y/o universidades es una realidad y por extensión se generan un ingente volumen de recursos e información distribuidos y compartidos entre los diferentes grupos de investigación que requieren una gestión, un tratamiento, facilidad de recuperación y naturalmente su preservación.
También se evidencia una gran transversalidad: ya no estamos en un modelo de investigación personal/departamental en donde con un equipamiento específico, soporte tecnológico, soporte bibliográfico y poco mas, ya se avanzaba en la investigación. El modelo de e-ciencia transforma completamente esta dinámica de trabajo. El número de actores cada vez es mas complejo: los propios investigadores, su red de colaboración, gestores, vicerrectorados de investigación, estadísticos, empresa privada, centros de transferencia de tecnología, sistemas de información (informáticos), etc...y naturalmente las bibliotecas y centros de documentación.
Tradicionalmente, la actividad de los profesionales de la información respecto al soporte a la investigación, ha girado básicamente en el suministro de información bibliográfica, legislación, convocatorias,...y a lo que Ricard de la Vega del CESCA denomina la gestión y preservación de los "datos procesados y publicados": lo que entendemos como artículos, preprints, tesis, etc...Mas recientemente, también nos hemos implicado en la difusión y visibilidad de estos "datos procesados" y en los temas de acceso abierto a esta información. Y ante este nuevo modelo de investigación, deberemos complementar estas tareas tradicionales con nuevas funciones como:
● Integración de forma activa en estas estructuras interdisciplinares y que en muchos casos van más allá de nuestra propia organización
● Una mayor especialización en las áreas de investigación
● Tratamiento de esta nueva información que aparece fragmentada y "no procesada"
Respecto de esta información "no procesada", no enfrentamos al reto de una información que prolifera y se expande de modo aceleradado y descontrolado. Con unos datos cambiantes, agregados, interrelacionados, complejos, reusados,... Además, disponibles en formatos posiblemente "extraños" o no habituales para nosotros: conjuntos de datos (datasets), simulaciones, aplicaciones, etc...que también requieren un proceso de identificación (metadatos, descripciones,...), almacenaje, difusión y preservación.
De un modo interdisciplinar, deberíamos contribuir a desarrollar estrategias para superar la fragmentación de esta información y facilitar a estas comunidades investigadoras una mejor gestión, aplicación, compartición y preservación de los datos y tal como comentó Alicia López de la UNED que sean fácilmente accesibles por medio de plataformas de conocimientos compartidas a través de las redes y de fácil utilización.
A nivel del Estado Español, disponemos de la "Red Nacional de e-Ciencia" (http://www.e-ciencia.es/) cuyo objetivo es "coordinar e impulsar el desarrollo de la actividad científica en España mediante el uso colaborativo de recursos geográficamente distribuidos e interconectados mediante Internet" y "crear una Iniciativa de Grid Nacional [computación distribuida, sin control centralizado], impulsar la adopción de la Supercomputación y el Grid en la comunidad investigadora española, con el objetivo de mejorar su productividad científica, y gestionar el conocimiento para fomentar las sinergias y evitar duplicidades".
En el ámbito de las bibliotecas, desde REBIUN, la Red de Bibliotecas Universitarias Españolas, dentro de la línea 2 de su Plan Estratégico (ámbito de la investigación), presentó una propuesta a la red española de "e-ciencia" para la creación de un proyecto piloto de infraestructura de repositorios digitales para dar soporte a los procesos de la ciencia en red. Este acuerdo se formalizó en el segundo semestre del 2009, con la incorporación de un miembro de esta línea estratégica en el grupo de trabajo de "Repositorios de datos en la Red Española de e-Ciencia" que recomienda la creación de una quinta área de trabajo en el marco de la Red Española de e-Ciencia que incluya además a desarrolladores y gestores de los repositorios como herramientas necesarias para la e-ciencia. El objetivo de esta área sería conectar los datos y los procesos, atender a las prioridades de los grupos españoles, generar acciones colaborativas y tener en cuenta la interoperabilidad y genericidad de las soluciones y la internacionalidad de las actuaciones entre otras acciones.
Mientras el grupo de trabajo va desarrollando sus propuestas, por parte de las bibliotecas españolas ya existen algunas iniciativas. Un ejemplo y una línea a seguir tal como me indica Pablo de Castro (UC3M), se puede comprobar en Digital CSIC: en donde el Grupo de investigación "Erosión y evaluación de suelo y agua", http://www.eead.csic.es/index.php?id=113, publica sus datasets, los autores participan en la descripción de estos contenidos y en donde disponen de plena colaboración por parte del equipo gestor del repositorio http://digital.csic.es/handle/10261/23139.
En cualquier caso, se nos abre un nuevo frente que debemos afrontar y al que tenemos que adaptarnos. Será necesario integrarnos en estas infraestructuras de apoyo a los procesos científicos de la e-ciencia y continuar siendo los gestores de la información en nuestras organizaciones. Obviamente, esto exige nuevos planteamientos en nuestras organizaciones, en la tecnología, en los contenidos y en los servicios entre otros aspectos. Lamentablemente, no realizar esta transformación supondría que sean otros los que asuman funciones que tradicionalmente nos han correspondido a los profesionales de la información.
Naturalmente, para ver por dónde van los "tiros", recomendable la lectura de este informe de la ARL: Association of Research Libraries respecto a la e-ciencia, especialmente los seis estudios de caso.
[1] Grupo de Trabajo e-Ciencia. Libro blanco e-CIENCIA en España 2004. Madrid: FECYT, 2005
http://www.ratri.es/Subidas/DescargasPublicas/e-Ciencia%20en%20Espana%20... [Consulta 05/10/2010]
[2] Soehner, Catherine; Steeves, Catherine; Ward, Jennifer. E-Science and Data Support Services. A Study of ARL Member Institutions. August 2010. Washington : ARL: 2010 http://www.arl.org/bm~doc/escience_report2010.pdf [Consulta 05/10/2010]