Diseñando la biblioteca de investigación del futuro

Versión para impresiónVersión para impresión

Ángel Borrego
Facultat de Biblioteconomia i Documentació
Universitat de Barcelona


Tancheva, Kornelia et al. (2016). A day in the life of a (serious) researcher: envisioning the future of the research library. Ithaka S+R. Disponible en: http://sr.ithaka.org/?p=277259 [Consulta: 05/04/2016]


¿Cómo sería una biblioteca de investigación que pudiéramos diseñar partiendo de cero? Esta es la ambiciosa pregunta que se plantearon un grupo de bibliotecarios de la Cornell University. Para darle respuesta llevaron a cabo, con la ayuda de la consultora Ithaka S+R, un estudio etnográfico estructurado en dos partes. En primer lugar, solicitaron a 21 usuarios, entre los que se incluían alumnos y profesores de diferentes disciplinas y con diversos grados de experiencia investigadora, que durante un día llevaran un registro de todas sus actividades relacionadas con la búsqueda de información. A continuación, entrevistaron individualmente a cada uno de ellos para comentar la información recogida.

El informe que presenta los resultados del estudio se divide en dos partes. La primera, la más extensa, describe los resultados obtenidos, mientras que la segunda ofrece algunas reflexiones sobre las implicaciones de estos resultados, si no para el diseño de una biblioteca de nueva planta, sí en la adaptación de los servicios bibliotecarios existentes a las necesidades de los investigadores.

Los resultados del trabajo de campo se estructuran en siete apartados relacionados con los comportamientos observados entre los investigadores: búsqueda de información, actividades académicas, trabajo intelectual, actividades relacionadas con las académicas, recursos bibliotecarios, espacios y gestión personal.

En el ámbito de la búsqueda de información, los datos aportados por los participantes ponen de manifiesto que la consulta de información, académica y no académica, es una constante en su vida cotidiana, ya sea como resultado de una acción deliberada para mantenerse al día, como un hábito adquirido o para llenar ratos libres a lo largo del día. La consulta del correo electrónico, redes sociales, noticias, información meteorológica, etc. es continua. En este punto, los autores destacan un aspecto que consideran especialmente relevante: el abandono inmediato de una tarea de búsqueda de información si los participantes encuentran dificultades y no son capaces de resolver la tarea sin tardanza.

El trabajo de investigación se articula en torno a tres actividades que los investigadores no suelen discriminar: escribir (ya sea un artículo, una clase, una propuesta de proyecto, etc.); tomar notas (a mano o en formato electrónico); y gestionar la información (organizar los artículos y libros consultados, las notas, etc.). La primera actividad, escribir, es la más importante y alrededor de la cual giran las otras dos. En este punto la conectividad es imperativa para poder trabajar en los diversos espacios, elegidos motu proprio o marcados por las circunstancias, donde desarrollan su actividad los investigadores.
Las entrevistas dieron lugar a múltiples referencias al trabajo intelectual desarrollado por los investigadores y a las estrategias empleadas para mantener o incrementar su productividad: reservar algunos días para determinadas actividades, planificar las semanas por adelantado, etc.

Al margen de la actividad estrictamente académica, los investigadores llevan a cabo una serie de tareas que no son estrictamente de investigación pero que incluyen la búsqueda y la difusión de información: los contactos con otros investigadores, ya sea de manera presencial o virtual en las redes sociales, la búsqueda de información sobre el copyright de sus trabajos, la localización de fondos para desarrollar su investigación, etc.

Por lo que hace a los servicios bibliotecarios, los investigadores prefieren, evidentemente, los recursos electrónicos. No obstante, muchos de ellos informan del uso intensivo de unos pocos o, incluso, de un único recurso que da respuesta a casi todas sus necesidades. A pesar de la preferencia por los recursos digitales, son muchos los investigadores que hacen referencia a la biblioteca como un refugio en el que trabajar tranquilo cuando la actividad a desarrollar requiere atención continuada y calma.

Finalmente, al hacer referencia a la gestión personal, los participantes describen las dificultades que encuentran para hacer frente a las distracciones, a menudo en forma de tentaciones propuestas por la tecnología, y a las estrategias que emplean para mantener centrada la atención. En este punto destaca la dependencia de herramientas analógicas, como calendarios y listas de tareas, incluso entre los tecnófilos más avezados.

En definitiva, los resultados del informe resultan limitados a la luz de la ambiciosa pregunta inicial y son similares a los obtenidos en trabajos previos sobre el comportamiento de los investigadores en sus hábitos de búsqueda y consumo de información. Las soluciones propuestas no difieren demasiado de las que muchos centros ya están implantando en la actualidad.