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Parques y Gentes:
la convivencia entre el patrimonio
natural y el cultural
¿Cómo
enfocar la conservación? En Europa, esta pregunta parece
tener fácil respuesta, pero en otros lugares del planeta, como
Sudamérica, la labor se antoja un tanto más compleja. ¿Cómo
"proteger" territorios habitados? En un primer momento, en los
inicios de la conservación y la creación de los primeros Parques
Naturales, se optó por desocupar toda región que pasara a ser
"protegida", de manera que pueblos que habían habitado
tradicionalmente un lugar, se veían desplazados de sus hogares (entendiendo "hogar" en su vertiente más amplia). Esta es la
consecuencia de considerar "naturaleza" y "hombre" como dos
entes diferentes, de manera que el hombre sólo puede sacar
provecho de la naturaleza: destruirla o admirarla. De esta
manera, el conflicto se produce cuando se considera al hombre
como parte de un todo, y no como un elemento aparte. Y
aquí es donde entran los pueblos indígenas.
¿Qué
implica el patrimonio? ¿Se
posee o se es parte de él? Si, como decíamos, en un
primer momento se tomó la drástica medida de alejar a los
pueblos de sus hogares, con el tiempo se ha comprobado que esta
acción fue, cuanto menos, antinatural, ya que no ha sido posible
llegar a expulsarlos del todo, ni física ni psicológicamente.
Desafortunadamente, esta opción provocó perjuicios que aún
hoy perduran, y que son precisamente los que se están empezando a
arreglar con las nuevas técnicas de gestión.
¿Cómo
se resuelven estos temas para conseguir la conservación
ante entendimientos estructuralmente tan dispares? ¿A qué
principios debe responder una gestión eficaz? ¿Debemos optar por
la conservación en el sentido estricto de la naturaleza? ¿O
debemos armonizar la existencia de un patrimonio natural con la
de una sociedad tradicional? Para responder a estas preguntas,
podemos pensar en qué valor tenían los espacios que se
protegieron en las primeras etapas: su riqueza natural, su
importancia ecológica... y recordar que estos espacios ya
estaban habitados; es decir, que eran ricos en patrimonio
natural todo y soportando la existencia de una sociedad y sus
actividades. Esto se
daba precisamente porque la relación con el entorno de estas
comunidades se establece en términos de igualdad, de respeto y
de unidad. ¿Quizá era esto el desarrollo sostenible?
De esta manera, y cada vez más, se está
optando por una nueva opción: ligar a la gente con el Parque, "armar
el Parque con la gente". Un modelo actual de esta percepción
de la realidad se encuentra en las palabras del representante de Nigeria ante
la UNESCO, Lambert Messan: "En nuestros países, donde el
patrimonio es vivo, la conservación suele formar parte de la
vida de la gente". Esta afirmación marca el punto de partida
hacia la comprensión de una forma diferente de entender la
relación hombre-naturaleza. Una vez entendido esto, ¿quién mejor
para conservar el patrimonio? |
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La incorporación de comunidades indígenas en
la gestión de un área protegida es considerada en muchos lugares como una
práctica avanzada y como un objetivo especial de conservación. Es el caso del
Parque Nacional Ngorongoro en Tanzania, donde los massai desarrollan libremente
su forma de vida, lo que no impide que conserven los valores paisajísticos del
lugar. Otro ejemplo seria el del National Park Service de Estados Unidos, cuyas
políticas de uso de las áreas protegidas han incorporado a los pueblos indígenas
en la gestión de los recursos, considerando además a esta forma de preservación
como uno de los valores del Parque Nacional. Encontramos casos de co-gestión de
Parques entre la Administración y los pueblos indígenas en Bolivia, Nicaragua,
Belice, Canadá, Suecia, Australia, Rusia,...
¿Y qué pasa en Argentina?
En la actualidad no hay muchos casos de gestión participativa de áreas
protegidas de jurisdicción nacional, y la gestión se realiza siempre a cargo de
personal técnico de la APN. En los último tiempos, sin embargo, se está
produciendo una reversión de este modelo y hay nuevos enfoques comenzando, y de
ellos tratamos en los Casos que presentamos. Hemos elegido tres casos de
temática diferente, y todos referentes a áreas gestionadas por la APN.
La Administración de Parques Nacionales (APN)
gestiona los recursos culturales
de las áreas protegidas a su custodia a través de planes, programas y proyectos
orientados a su conservación, investigación y uso público. El "Manejo de
Recursos Culturales" está guiado por los principios de
valor, beneficio público, conocimiento, respeto e integridad. Los recursos
culturales son valorizados no sólo por sus cualidades físicas, sino más bien por
sus atributos asociativos y simbólicos, información que hace a su valor
histórico. El MRC en las áreas protegidas de la APN proporciona un acercamiento hacia
otras formas de vida y de relaciones con el ambiente, un aprendizaje sobre otras
culturas y la consecuente interrogación sobre nuestro propio comportamiento
ambiental. Bajo este entendimiento, el MRC es una parte sustancial a la gestión de
los ecosistemas e implica la indisociabilidad de los recursos naturales y
culturales.
En conclusión ... Hay que pensar
qué elementos han aportado y cuáles aportarían a generar
modelos de conservación en áreas protegidas en Argentina más inclusivos y con
participación de las comunidades locales. Es necesario integrar las antiguas estrategias top-down
(“de arriba hacia abajo”), en las cuales el gobierno y las agencias
internacionales implementan un plan de conservación, con programas bottom-up (“de abajo hacia arriba”), en los
que los
pobladores y otros grupos locales formulan y desarrollan sus propios objetivos
sociales y de conservación.
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