Definición de privacidad

Como hemos podido observar, la idea de privacidad engloba diversas acepciones, pero en todas ellas se intuye un claro componente psicosocial: la privacidad se refiere a la manera que tenemos de relacionarnos con nuestros semejantes. Es pues uno de los conceptos más claramente psicosociales de los aquí tratados, aunque, como veremos, tiene también un fuerte componente ambiental.


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A pesar de que en términos genéricos podemos definir junto con Newell (1994) la privacidad com la "separación del dominio público", la definición más completa y aceptada desde la psicología es la ofrecida por Irwin Altman: la privacidad es “el control selectivo del acceso a uno mismo o al grupo al que uno pertenece” (Altman, 1975, p. 18).

Así, el autor captura en la definición los dos aspectos esenciales de la privacidad:

· el control selectivo de la interacción social y

· el control selectivo de la información ofrecida a los otros (sin que ello signifique necesariamente aislamiento y reserva respectivamente).

Ello implica controlar la interacción tanto al nivel de “entradas” como de “salidas”, es decir en un sentido bidireccional. Además, la definición entiende la privacidad referida bien a la persona o bien a un grupo determinado (desde una pareja hasta la familia o el grupo de amigos, por ejemplo).

Así pues, desde la Psicología Ambiental es necesario referirse a la privacidad como la capacidad de la persona o grupo de personas de regular o controlar selectivamente la cantidad e intensidad de contactos o interacciones sociales en un contexto socioambiental determinado, así como el flujo de información que se produce en tales interacciones, todo ello en función de las necesidades concretas de la persona o grupo de relacionarse con el mundo social en un momento y situación determinados.

 

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