En el mercado existen una gran cantidad de reactivos gaseosos que se encuentran en botellas metálicas especiales. Las botellas contienen gases de diferente naturaleza para utilizarles como reactivos en diferentes reacciones químicas, como pueden ser el ozono (O3), el dióxido o monóxido de carbono (CO2 y CO), el cloro (Cl2) o el amoníaco (NH3); o bien para su uso como medio portador o reactivo de análisis en diferentes técnicas analíticas, como por ejemplo en la técnica de cromatografía de gases, donde se utilizan fundamentalmente H2, aire y He.