Hrotsvithae opera, ed. de Conrad Celtius. Nuremberg, 1501.
Hrotsvithae opera, ed. a cargo de Paul von Winterfeld. Berlín, 1902: reed. en Monumenta Germaniae Historica, Scriptores rerum germanicarum, in usum scholarum. Berlín, Weidmann, 1965.
Hrotsvithae opera, ed. de Karl Strecker. Leipzig, 1906.
Hrotsvithae opera, ed. y trad. alemana de Helene Homeyer. Munich, Paderborn y Viena, 1970.
Rosvita, Dialoghi drammatici, texto y trad. italiana de Ferruccio Bertini, introd. de Peter Dronke. Milán, Garzanti, 1986.
Hrotsvitha de Gandersheim, Los seis dramas, ed. y trad. castellana de Luis Astey. México, Fondo de Cultura Económica, 1990.
Hrotsvitha de Gandersheim, Obras dramáticas, trad. castellana de Julián Pemartín y Fidel Perrino. Barcelona, Montaner y Simón, 1959.
Rosvita de Gandersheim, Dramas, trad. de Andrés José Pociña López. Madrid, Akal, 2003.
Hrotsvitha, canonesa de Gandersheim, describe, en un diálogo entre el emperador romano Adriano y su consejero Antíoco, el peligro que puede suponer para el Estado –expresión máxima de lo público en Occidente- la llegada a la capital del imperio de una mujer cristiana –llamada Sapientia o Sabiduría- que, acompañada por sus tres hijas, predica a las mujeres que no coman con sus maridos ni se acuesten con ellos.
En la corte de Adriano en Roma
ANTÍOCO, ADRIANO, SABIDURÍA, FE, ESPERANZA, CARIDAD
ANTÍOCO: Puesto que anhelo de corazón, oh emperador Adriano, que el favorable sucederse de los acontecimientos acreciente, como deseas, tu poder, y que el estado de tu imperio siga feliz y sin perturbaciones, es mi deseo extirpar y eliminar lo antes posible todo lo que creo que puede perturbar al estado o vulnerar la tranquilidad de tu mente.
ADRIANO: Y no es injusticia; pues nuestra prosperidad hace tu fortuna, dado que no cesamos de elevarte, día tras día, a los más altos cargos.
ANTÍOCO: Doy gracias a tu serena majestad; por eso, cuando veo que surge algo que me parece reacio a tu poder, no te lo oculto sino que, sin dilación, lo pongo de manifiesto.
ADRIANO: Y haces bien; así no serás acusado de lesa majestad por ocultar lo que no debes ocultar.
ANTÍOCO: Es un delito en el que jamás he incurrido.
ADRIANO: Lo recuerdo; pero, si sabes algo nuevo, dímelo.
ANTÍOCO: Una mujer, una extranjera, ha llegado hace poco a esta ciudad de Roma, acompañada de tres criaturillas, frutos de su propio cuerpo.
ADRIANO: ¿De qué sexo son las criaturillas?
ANTÍOCO: Todas del femenino.
ADRIANO: ¿Y la llegada de unas cuantas mujercillas puede resultar peligrosa para el estado?
ANTÍOCO: Peligrosísima.
ADRIANO: ¿Cómo?
ANTÍOCO: Amenaza la paz.
ADRIANO: ¿De qué manera?
ANTÍOCO: ¿Hay algo que pueda romper la concordia de la paz civil más que la diversidad de cultos?
ADRIANO: Nada más grave, nada más pernicioso. Lo atestigua el orbe romano desde que lo ha infectado por todas partes la peste mortal de la suciedad cristiana.
ANTÍOCO: La mujer de la que te hablo, exhorta a las nuestras a abandonar los ritos ancestrales y a entregarse a la religión cristiana.
ADRIANO: ¿Y acaso prosperan sus exhortaciones?
ANTÍOCO: Mucho; pues nuestras esposas nos han cogido aversión y nos desprecian, hasta el punto de que se niegan a comer e, incluso, a dormir con nosotros.
ADRIANO: Reconozco el peligro.
ANTÍOCO: Te conviene tomar precauciones.
ADRIANO: Es lógico. Sea convocada y discútase en nuestra presencia si tiene intención de ceder.
ANTÍOCO: ¿Quieres que la convoque?
ADRIANO: Lo quiero, ciertamente.
ANTIOCHUS, ADRIANUS, SAPIENTIA, FIDES, SPES, KARITAS
ANTIOCHUS: Tuum igitur esse, o imperator Adriane, prosperis ad vota successionibus pollere tuique statum imperii feliciter absque perturbatione exoptans vigere, quicquid rempublicam confundere, quicquid tranquillum mentis reor vulnerare posse, quantocius divelli penitusque cupio labefactari.
ADRIANUS: Nec iniuria; nam nostri prosperitas tui est felicitas, cum summos dignitatis gradus in dies tibi augere non desistimus.
ANTIOCHUS: Congratulor tuae almitati; unde, si quid experior emergere, quod tuo potentatui videtur contraluctari, non occulo, sed impatiens morae profero.
ADRIANUS: Et merito, ne reus maiestatis esse arguaris, si non celanda celaveris.
ANTIOCHUS: Huismodi commisso reatus numquam fui obnoxius.
ADRIANUS: Memini; sed profer, si quid scias novi.
ANTIOCHUS: Quaedam advena mulier hanc urbem Romam nuper intravit, comitata proprii faetus pusiolis tribus.
ADRIANUS: Cuius sexus sunt pusioli?
ANTIOCHUS: Omnes feminei.
ADRIANUS: Numquid tantillarum adventus muliercularum aliquid rei publicae adducere poterit detrimentum?
ANTIOCHUS: Permagnum.
ADRIANUS: Quod?
ANTIOCHUS: Pacis defectum.
ADRIANUS: Quo pacto?
ANTIOCHUS: Et quod maius potest rumpere civilis concordiam pacis, quam dissonantia observationis?
ADRIANUS: Nihil gravius, nihil deterius; quod testatur orbis Romanus, quid undiquesecus christianae caedis sorde est infectus.
ANTIOCHUS: Haec igitur femina, cuius mentionem facio, hortatur nostrates, avitos ritus deserere et christianae religioni se dedere.
ADRIANUS: Num praevalet hortamentum?
ANTIOCHUS: Nimium; nam nostrae coniuges fastidiendo nos contempnunt adeo, ut dedignantur nobiscum comedere, quanto minus dormire.
ADRIANUS: Fateor, periculum.
ANTIOCHUS: Decet tui personam praecavere.
ADRIANUS: Consequens est. Advocetur et in nostri praesentia, an velit cedere, discutiatur.
ANTIOCHUS: Vin me illam advocare?
ADRIANUS: Volo percerte.
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Dirección científica: Maria Milagros Rivera Garretas
Agradecimientos: La investigación para esta obra ha sido financiada por el Proyecto de Investigación del Instituto de la Mujer I + D titulado: "Entre la historia social y la historia humana: un recurso informático para redefinir la investigación y la docencia" (I+D+I 73/01).
Han contribuido a su elaboración y producción el Institut Català de la Dona de la Generalitat de Catalunya y la Agrupació de Recerca en Humanitats de la Universitat de Barcelona (22655).
Dirección técnica del proyecto: Dr. Óscar Adán
Producción ejecutiva: Dr. Sonia Prieto
Edición: Marta García
Correción: Gemma Gabarrò
Traducción al alemán: Doris Leibetseder
Traducción al catalán: David Madueño
Traducción al inglés: Caroline Wilson
Traducción al italiano: Clara Jourdan
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Hrotsvitha nació hacia el 935, en una familia noble de Sajonia (Alemania), emparentada quizá con la casa real de Sajonia. Recibió una excelente educación. Fue canonesa en la abadía benedictina de Gandersheim, de cuya biblioteca, extraordinariamente rica, disfrutó. Es la primera autora y el primer autor de teatro en Europa. Conservamos de ella un ciclo de seis comedias -audaces y divertidas-, un ciclo de ocho leyendas -ambos ciclos de protagonismo sobre todo femenino- y dos obras de historia: una biografía del emperador Otón I y una historia de los orígenes de Gandersheim, todo ello escrito en latín. Murió después del 973. Durante los últimos años de su vida o poco después de su muerte, fue copiado el único manuscrito de sus obras que parece completo, en la abadía femenina de San Emmeram, en Regensburg / Ratisbona. El teatro de Hrotsvitha se copió y tradujo pronto a otras lenguas, y se sigue representando en la actualidad.