9.3.2. Efectos psicológicos del ruido
La principal consencia de los efects psicológicos del ruido es la sensación de desagrado, molestia y pérdida de concentración. Además, niveles altos de inmisión sonora pueden provocar trastornos en la salud mental como cefaleas (dolor de cabeza), inestabilidad emocional, irritabilidad, agresividad síntomas de ansiedad, etc. En definitiva, efectos asociados a situaciones de estrés ambiental Si recordamos el punto 4.4. del TEMA 8, aquello que puede provocar estrés ambiental no es tanto la variable física como la evaluación que se hace de la situación en la que esta variable se presenta. Esta es la idea que está en la base, por ejemplo, del modelo de estrés ambiental de Lazarus.
En general, una variable sumamente predictora de los efectos psicológicos asociados a situaciones de estrés es la actitud que la persona o grupo tienen ante la fuente productora de ruido. Si la actitud es negativa, es decir, si la fuente genera sentimientos negativos, es más probable que la situación sea vivida como molesta o estresante. Así, una determinada situación puede ser más facilmente evaluada como estresante.
- Si el ruido es percibido como innecesario
- Si el receptor concibe el ruido como perjudicial para su salud
- Si el ruido se asocia a situaciones emocionales negativas como miedo, pánico, ira, etc.
- Si existe sensibilidad o descontento con otros aspectos situacionales (ambientales o no) que son conceptualizados como estresantes.
Otras variables que contribuyen a incrementar los efectos psicológicos del ruido son la intermitencia y la imprevisibilidad. Glass y Singer (1972) estudiaron como los ruidos intermitentes suelen ser vividos como más agresivos que los continuados.
Por otro lado, el ruido suele molestar mucho más si la intermitencia es aperiódica, es decir- y aquí introducioms la segunda variable-, si es más difícil de predecir que no si la intermitencia es regular. Precisamente, el factor de imprevisibilidad es el más determinante de los efectos adversivos, y ello porque:
- Aumenta el estrés al ser evaluada la situación como amenazante
- Aumenta la atención sobre el ruido, restando capacidad de concentración para otras actividades
- Resulta más difícil adaptarse o acomodarse al ruido
Tanto es así que si un ruido pasa a ser predecible sin reducir la intensidad, muchos efectos disminuyen o desaparecen.
En cualquier caso, como en otras variables ambientales, la capacidad de afrontamiento ante una situación ambiental ruidosa será un factor determinante a la hora de explicar los efectos más o menos intensos que la persona puede sufrir, entre ellos, los derivados -como veíamos en el capítulo 8- de la capacidad de control conductual, cognitivo o emocional o de la aparición de efectos como los derivados del Síndrome de Indefensión Aprendida.
Si queréis, os invitamos a leer un relato corto en el que se ponen de manifiesto buena parte de las estrategias comentadas en el afrontamiento del ruido.