Las llaves que se adaptan a los matraces de Schlenk pueden ser llaves de paso de vidrio o teflón o llaves de punta de teflón. Las llaves de paso de teflón presentan el problema que como el teflón tiene un coeficiente de dilatación considerable, a alta temperatura se traban (aprox. 100 ºC) y a baja temperatura se contraen y no cierran bien, por lo que entra el aire al bajar la presión dentro del matraz por enfriamiento, por ejemplo dentro del frigorífico. Además, el macho de teflón se puede rayar fácilmente con cualquier sólido que quede entre él y la pared interna de la llave, con la pérdida de estanqueidad correspondiente. (Fig 5.21a).
Fig 5.21a Llave de paso de teflón Fig 5.21b Llave de punta de teflón
El interés de las llaves de punta radica en la ventaja de no utilizar grasa. Existen diferentes diseños pero todos ellos se basan en un émbolo de teflón que va roscado a la parte externa de la llave y el cierre se realiza por la parte frontal del émbolo (Fig 5.21b). A diferencia de las llaves de metal, que para cerrarlas las giramos hasta encontrar un tope y después añadimos un pequeño giro final forzado, con las llaves de punta de teflón en ningún caso se debe aplicar este último giro forzado debido a que se puede romper el vidrio del cuerpo de la llave. Por el contrario, si miramos la punta de teflón, ésta nos indicará que hay un buen cierre en el momento que se forma un círculo blanco a su alrededor.