Taylor apoya el origen social de todos los bienes que persiguen los individuos; cree que las concepciones del bien que tienen los individuos dependen de su comunidad lingüística y del lugar que ocupan.
En una sociedad hay diferentes tipos de bienes que pueden entrar en conflicto entre ellos, por lo cual todo individuo deberá establecer una jerarquia dentro de los diferentes tipos de bienes. Para Taylor, esta jerarquización entre los bienes llevará a distinguir unos bienes de orden superior que él llama hiperbienes. Para decidir la superioridad moral de un hiperbién respecto a otro, hay que contextualizar en un marco moral u otro. Toda sociedad tiene sus propios hiperbienes, un cambio en los hiperbienes supone un cambio en la cultura ética que representan. Todo sistema moral tiene una "valoración fuerte" (un conjunto de hiperbienes que la definen). Toda comunidad tiene esta valoración fuerte, aunque sea de una manera implícita. Según Taylor, el liberalismo tampoco puede prescindir de esta valoración fuerte.
Los hiperbienes son portadores de conflicto porque conllevan una actitud intolerante respecto a lo hiperbienes que relegan a un rango inferior. Los hiperbienes se implantan históricamente a base de reemplazarse unos a otros. Posteriormente son presentados como un avance hacia un conocimiento moral más elevado. Para Taylor, únicamente puede decidirse la superioridad moral de un bien concreto en un determinado marco moral.