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El alimoche: un buitre que regresa a la Cataluña oriental
Artículo
extraído de la revista informativa del Parc Natural del Cadí-Moixeró El
Picot negre, número 24, diciembre 2014. Autores: Joan Real (EBC-UB),
Helena Tauler (EBC-UB) y Jordi Baucells (Grup de Naturalistes d’Osona).
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El alimoche (Neophron percnopterus),
con una envergadura alar de 165 cm, es el más pequeño de los buitres
europeos. Es de color blanco con la cara y las patas amarillas, y en
vuele se puede diferenciar fácilmente por el contraste del blanco del
cuerpo y la cola con el negro de les rémiges.
Se trata de una especie necrófaga muy generalista, ya que es capaz de
aprovechar casi cualquier recurso que encuentra disponible. Prospecta
el territorio buscando restos de la ganadería, y también de animales
salvajes principalmente de mida mediana y pequeña, ya sean mamíferos,
aves o reptiles.
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Ejemplar de alimoche en vuelo. Foto: Ramon Faura Cunill
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El
alimoche es un migrador transahariano, es decir, pasa el invierno en
África al sur del Sahara entre los meses de setiembre y febrero. A
partir del mes de marzo, las parejas que crían en Cataluña llegan para
reproducirse, y, una vez vuelan los pollos, regresan a África. Cría en
acantilados y roquedos de montaña mediana aprovechando cuevas y repisas
naturales para cobijarse y hacer el nido. Acostumbra a situarse en
zonas cercanas a espacios abiertos y a asentamientos humanos, donde
busca alimento. Es territorial, así que los nidos de les diferentes
parejas suelen distar entre 1 y 5 km como mínimo.
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Se
distribuye desde Asia hasta Oriente Medio, así como en la región
circunmediterránea y algunas áreas del sur del Sáhara e islas
atlánticas como las Canarias. La población mundial está considerada per
la comunidad científica en la categoría de amenaza “En peligro” a causa
de que en gran parte de su área original de distribución la especie se
ha extinguido o ha disminuido drásticamente. La península Ibérica
concentra una de les poblaciones más numerosas del mundo, pero ha
disminuido un 25% entre los años 1987 y 2000. Por este motivo, en
España está clasificada “En peligro”, y además está incluida en el
anexo I de la Directiva europea de aves.
En Catalunya, el alimoche sufrió una fuerte disminución durante las
décadas de los 60 y 70 y en la Catalunya oriental prácticamente se
extinguió (Ripollès, Garrotxa, Berguedà). Esta tendencia cambió a
partir de los 80, cuando el alimoche empezó a recolonizar antiguos
territorios, cosa que ha incrementado el número de parejas
reproductoras. Este incremento de la especie en Catalunya se ha dodo en
un contexto reciente de cambios importantes en las actividades humanas,
como el incremento de residuos urbanos y ganaderos (vertederos),
cambios en los pasajes (ganadería semiextensiva, incendios), y cambios
sociales (incremento de la consciencia de conservación).
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Ejemplar adulto de alimoche. Foto: Ramon Faura Cunill
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Para estudiar el fenómeno de
expansión de esta especie amenazada, el Equip de Biologia de la
Conservació de la Universitat de Barcelona, el Grup de Naturalistes
d’Osona y naturalistas del Berguedà iniciaron un proyecto conjunto de
seguimiento del núcleo de alimoche en el Pirineo oriental y las
comarcas de la Cataluña central y oriental con el apoyo de los parques
naturales de Sant Llorenç del Munt, Montserrat, Zona Volcànica de la
Garrotxa y Cadí-Moixeró. El objetivo de este seguimiento es conocer el
estado de la población en esta área geográfica a fin de estudiar la
evolución de la población y los factores que inciden en la su expansión.
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tareas realizadas han consistido en el censo de los territorios
ocupados, el estudio de les tasas reproductoras de la población, el
anillamiento de los pollos y el estudio de las condiciones físicas de
los pollos y su dieta. El objetivo del censo era conocer la evolución
demográfica de esta población y su viabilidad a largo plazo, t también
los factores ambientales y ecológicos que determinen su expansión. El
análisis de la calidad de los pollos y su dieta permitirá conocer la
dependencia que tienen de las actividades humanas (ganadería,
vertederos, etc.) y su influencia en la supervivencia y el estado
sanitario de los individuos. Finalmente, el anillamiento de los pollos
servirá para dar información sobre sus movimientos y supervivencia y
sobre si regresas a las áreas donde han nacido, cosa que ayuda a
incrementar su población.
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Anillamiento de un pollo de alimoche. Foto: Kiku Parés
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En 2014, se llevó a cabo el
seguimiento de un total de 23 territorios, 19 de los cuales criaron con
éxito y hicieron volar pollos, mientras que 4 territorios no criaron o
fracasaron. De todos estos territorios, 7 estaban situados en el
Berguedà y hicieron volar un total de 5 pollos.
Entre las amenazas que se han detectado, algunas de les más relevantes
son las molestias en las áreas de cría, en algunos casos a causa
probablemente de la presencia de parapentes que es lanzaban cerca de
los nidos, en otros por la presencia de escaladores o construcciones
cercanas. En el caso de algunas parejas que fracasan reiteradamente, se
desconocen las causas. En el futuro, se plantea la continuidad del
seguimiento de les parejas para conocer la evolución de la población,
y, si la tendencia al aumento continua, su dependencia frente las
nuevas formas de usos territoriales (ganadería extensiva,
vertederos...); también para conocer en profundidad qué factores son
los que condicionen su conservación.
Las tareas de seguimiento de los territorios, anillamiento de los
pollos y toma de muestras han sido posibles gracias a la colaboración
de varios naturalistas, técnicos, guardas de parques y agentes rurales
como P. Aymerich, J. Bermejo, J. Fort, P. I. Isern, G. de Jesús, J.
Santandreu, J. Calaf, G. Lampreave, T. Mampel, A. Peris y J.
Montserrat. Agradecemos el apoyo del Parc Natural del Cadí-Moixeró, del
Parc Natural de Montserrat gestionado por el Patronat de la Muntanya de
Montserrat, del Parc de Sant Llorenç del Munt gestionado por la
Diputació de Barcelona, del Consorci dels Espais Naturals del Ripollès,
del Parc de la Zona Volcànica de la Garrotxa y dels Agents Rurals,
concretamente del Grup de Suport de Muntanya. El apoyo y las
autorizaciones del Servei de Biodiversitat de la Generalitat de
Catalunya han sido también importantes para las tareas de
investigación. Finalmente, agradecemos también al Institut Català
d’Ornitologia haber dodo apoyo al proyecto. Ha sido un ejemplo de cómo
la colaboración entre diversas entidades permite crear sinergias en
beneficio de una especie amenazada.
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