El 2013 registra los peores niveles de reproducción de la población catalana de águila perdicera

Un año más, el Equip de Biologia de la Conservació de la Universitat de Barcelona ha continuado con el seguimiento de la población catalana de águila perdicera durante el periodo reproductor (enero-julio) de 2013, hecho que ha permitido estimar los principales parámetros demográficos de esta especie amenazada. Al mismo tiempo, también ha continuado el marcaje de pollos, que consiste en equipar los pollos con una anilla metálica convencional en una pata, y una anilla de lectura a distancia en la otra. El re-avistamiento de individuos anillados o la detección de individuos anillados encontrados muertos permite estimar la supervivencia de esta especie y, de hecho, ya hemos empezado a obtener información de individuos marcados por el Equipo desde 2008, año en que se inició esta tarea.

Los resultados muestran que en promedio, las águilas territoriales en Cataluña tuvieron una productividad (mediana de pollos que vuelan por pareja en la población estudiada) de 0,71 pollos de mediana durante la temporada 2013 (n=52). Este valor es el más bajo registrado en Cataluña desde los años 80s, cuando se inició el seguimiento, y sitúa la población catalana de águilas con un valor próximo al de otras poblaciones del norte y del noroeste de la Península Ibérica que se encuentran muy amenazadas o al límite de la extinción. De hecho, durante los últimos 10 años se han dado 7 años con valores de productividad inferiores a 1 pollo por pareja, que se pueden considerar muy bajos, encontrándose la productividad promedio durante 1990-2013 en 1,02 pollos volados por pareja.

El empeoramiento observado en los parámetros reproductores en los últimos años sugiere que la población de Catalunya está sufriendo un empeoramiento de las condiciones ambientales. Si bien en años anteriores una parte importante de la baja productividad podía ser explicada por la elevada mortalidad adulta que hacía que muchos territorios fueran ocupados por individuos más jóvenes y con menor experiencia, la mayor supervivencia detectada en 2012 y 2013 sugieren que también existen factores ambientales que están perjudicando la reproducción de esta especie.

Foto: Carles Barés (Grup de Suport de Muntanya del Cos d'Agents Rurals)

En primer lugar, en los últimos años parece que existe una disminución generalizada en la abundancia de presas y especialmente de ésas en que las águilas obtienen más beneficio (como conejos y perdices) relacionada con cambios en los hábitats de los territorios de las águilas.

Por otro lado, en el caso concreto de 2013, los episodios continuados de lluvia y bajas temperaturas durante el período de incubación y de cría de los pollos parecen haber tenido un papel importante en acentuar la tendencia negativa ya observada en años anteriores. En este sentido, hay varios nidos donde habiendo nacido pollos y llegado a edades de más de 15 días, después de las lluvias de abril perdieron uno de los pollos (en nidos de dos pollos) o el único pollo que estaban criando. Este año, se llegó al extremo que una de la parejas que criaban en el Parque Natural del Garraf dejaron de cuidar uno de los pollos de pocos días durante varias horas en días repetidos, siendo un comportamiento anormal, y finalmente la hembra se comió el pollo aún vivo, probablemente como consecuencia de un intenso estrés trófico que había sufrido. También se detectó un pollo muerto en el valle del Ebro a causa de la tricomoniasis, un parásito habitualmente presente en colúmbidos y que puede afectar gravemente a las águilas.

En los últimos años cada vez es más frecuente el fracaso en la reproducción a causa de las molestias relacionadas con actividades de ocio (senderismo, escalada, carreras de bicicletas, etc.) y la construcción, arreglo y divulgación de caminos pedestres en las inmediaciones del nido. En este sentido, cabe remarcar el fracaso reproductor durante la incubación de una de las nuevas parejas instaladas en un risco donde havia instaladas varias vías de escalada y ferradas, y otra en un acantilado marino donde el tráfico de embarcaciones y submarinistas es frecuente.

Finalmente, por lo que respeta a la supervivencia de los individuos territoriales, cabe destacar que por segundo año consecutivo el valor de supervivencia del 2013 se encuentra por encima del umbral del 92,5% que permitiría que la población catalana fuera autosostenible.