A lo largo de la Historia, la actividad humana ha ejercido un fuerte impacto sobre el territorio. La formación de villas y ciudades, el trazado de vías de comunicación, el acondicionamiento de tierras para su cultivo, o la construcción de un enclave militar constituyen acciones llevadas a cabo por las sociedades del pasado, desarrolladas en un tiempo y un espacio determinados, que a menudo han quedado fosilizadas en el territorio. En este sentido, y al igual que la documentación escrita y la arqueología, el territorio constituye una magnífica fuente de conocimiento sobre nuestro pasado.
Las trazas fosilizadas en el territorio no sólo nos aportan información sobre el horizonte económico, político y social de la época de la que proceden, si no que también constituyen una fuente de gran valor para el estudio del paisaje espiritual. La movilización de recursos para la construcción de una iglesia, la fundación de un convento o las estrategias de gestión de los bienes de un monasterio son actividades con un fuerte impacto sobre el medio que nos ayudan a conocer el horizonte espiritual de la sociedad medieval. Entendido de este modo, el territorio constituye una fuente de información fundamental para el estudio de la espiritualidad en la Edad Media.
Uno de los ejes de nuestro proyecto (conocido como Eje 2) se centra en el análisis del impacto territorial de las fundaciones monásticas. A través del uso de los Sistemas de Información Geográfica (GIS), pretendemos analizar las relaciones que se establecen entre los monasterios medievales –ya sean femeninos o masculinos– y su espacio circundante. En este eje de trabajo, denominado El monasterio y su entorno. Inserción, recursos e impacto, queremos analizar las relaciones de los centros monásticos medievales con el territorio rural o urbano en el que se fundaron. A través del estudio pormenorizado de la documentación de sus cartularios podremos georeferenciar los espacios de abastecimiento, las propiedades agrícolas, su relación con las vías de comunicación, la conexión con otros centros monásticos o la articulación de su ámbito de influencia.
En el entorno rural, nuestro trabajo ha empezado por analizar el caso de los monasterios benedictinos de Sant Daniel de Girona y Sant Cugat del Vallès, los cuales disponen de ricos fondos documentales acerca de su crecimiento patrimonial. El análisis del mismo y su georeferenciación sobre una base cartográfica digital nos ha permitido conocer la ubicación y sucesivo incremento de sus propiedades, así como la tipología de las mismas (tierras de cultivo, ganado, molinos, piscationes). Todo ello nos ha permitido avanzar en el conocimiento sobre el sustento económico de sendas comunidades e incluso, en el caso de Sant Cugat del Vallès, sobre la vocación económica de muchas de sus decisiones patrimoniales.
De igual manera, pretendemos analizar el impacto de las fundaciones monásticas en el entorno urbano. Tomando como base metodológica el estudio realizado sobre el modelo de implantación de los monasterios de clarisas en las villas y ciudades catalanas, queremos analizar el comportamiento de las fundaciones monásticas medievales en otras ciudades mediterráneas como Nápoles y Palermo. Para ello, el equipo catalán e italiano de nuestro proyecto trabajaran conjuntamente para analizar el papel de dichas fundaciones monásticas sobre el espacio urbano de ambas ciudades con el objetivo de poder establecer comparaciones con otros ámbitos urbanos de la Corona de Aragón.
Con todo ello, pretendemos acercarnos al fenómeno monástico a través del horizonte conceptual del paisaje, entendido como espacio de interacción de la complejidad de factores económicos, sociales, religiosos y territoriales que convergen en los monasterios rurales y urbanos de época medieval.