8.1.5.1. Evaporación por aumento de la temperatura: calentamiento de soluciones
La evaporación se efectúa en recipientes poco hondos y con mucha superficie para facilitar el proceso. La disolución a evaporar se coloca en un vaso de precipitados que se calienta con la fuente de calor escogida según la naturaleza del líquido a evaporar.
Si la evaporación se efectúa a la temperatura de ebullición en un vaso de precipitados, es necesario adicionar al líquido algún trozo de porcelana porosa para evitar que la ebullición tenga lugar de forma violenta.
En todos los casos hay que tener en cuenta la posible peligrosidad del disolvente con el que se está trabajando y tomar las medidas de seguridad correspondientes.
8.1.5.2. Evaporación por disminución de la presión: el desecador de vacío
Para secar un sólido húmedo, se dispone el sólido en una cápsula de petri o en un vidrio de reloj cubierto con parafilm o papel de aluminio, al que se le ha realizado pequeños agujeros u orificios, dentro de un desecador de vacío.
Preparación y utilización de un desecador de vacío:
8.1.5.3. Evaporación por combinación de ambos efectos: aumento de la temperatura y disminución de la presión simultáneamente. El rotoevaporador
Utilización de un rotoevaporador:
La solución se coloca en un matraz de fondo redondo sin llenarlo completamente. Se recomienda no superar las tres cuartas partes del volumen total del recipiente. Se debe evitar un sobrecalentamiento de la mezcla tratada para su evaporación. Si existe la posibilidad de que se formen productos inestables (p. ej., peróxidos) no se debe llevar la mezcla a sequedad total. Este matraz se acopla al rotoevaporador de manera que exhiba un movimiento de rotación durante todo el proceso de evaporación. La rotación asegura una buena mezcla de tota la solución evitando procesos de proyección. Así mismo, proporciona una gran superficie para facilitar la evaporación del líquido.
Para calentar la solución a evaporar se utiliza un baño de agua termostatizado donde la temperatura normalmente no excede los 35-40 ºC, suficiente para la evaporación de los disolventes orgánicos más comunes.
El disolvente bajo estas condiciones destila al condensar los vapores en un refrigerante en espiral, recogiéndose en un matraz colector de fondo redondo.
La evaporación a presión reducida comporta un riesgo que es mejor evitar. Consultar el apartado de seguridad al final de este capítulo.