Educación física hoy: realidad y cambio curricular
Durante muchas décadas la Educación Física fue considerada un género menor dentro del amplio panorama de las cuestiones pedagógicas. La herencia del racionalismo moderno dio lugar a una concepción antropológica que escindió el ámbito intelectual y moral de la esfera corporal. Así se quebraba aquella filosofía clásica -asumida por los sabios humanistas del Renacimiento- que deseaba aunar el cuidado corporal con la cura del ánima, según un planteamiento sintético en el que convergía la tradición médico-hipocrática y la filosófico-socrática.
Aquella reivindicación de la sátira de Juvenal en la que se reclamaba mens sana in corpore sano quedaba definitivamente truncada debido también a la influencia de la tradición judeo-cristiana. Felizmente, en los últimos tiempos hemos asistido a una recuperación de la educación física y, por ende, de los discursos pedagógicos corporales. Ello ha sido posible gracias a la rehabilitación del cuerpo en la cultura occidental, proceso que se precipitó en el siglo XVIII con el naturalismo y el empirismo.
Tal recuperación se acentuó a lo largo de los siglos XIX y XX con la irrupción del ideario médico-higienista (baños de mar, colonias escolares), la difusión de la gimnasia con sus distintas escuelas y tendencias nacionales (alemana, sueca, francesa), el desarrollo del deporte moderno surgido en los establecimientos educativos anglosajones (Inglaterra. Estados Unidos) y las actividades físicas en la naturaleza promovidas por el romanticismo (excursionismo, alpinismo, depones de mar).