Para Habermas existe una invasión del Estado en los ámbitos sociales y también un desplazamiento de la importancia del subsistema económico al político produciendo un aumento de las necesidades legitimatorias del Estado.

El origen de estas crisis legitimatorias está relacionado con la incapacidad Estatal para justificar racionalmente unas decisiones administrativas que no siempre parten de las instituciones de poder político sino de niveles superiores de las burocracias públicas y privadas. Esto conlleva que, paradójicamente, la debilidad y dependencia de los Estados actuales al tomar decisiones económicas, políticas... respecto a otro tipo de instituciones se manifieste como una pérdida de confianza por parte de los ciudadanos respecto a éste.