Representación
política y toma de decisiones
En 1996 la Unión Europea reconocía la necesidad
de hacer frente a la escasa representación de las mujeres en la toma de decisiones.
Los argumentos a favor de estas políticas son de orden político, económico y social.
De orden político por la necesidad de desarrollar una democracia auténticamente
paritaria; de orden económico porque una mejor utilización de los recursos humanos
sugiere que se aproveche al máximo el potencial de las mujeres; y por principios
de justicia social que reclama una igualdad real y no solo formal de acceso a
todos los recursos económicos y de poder disponibles. Estos principios obedecen
a la creencia de que los puntos de vista de hombres y mujeres sobre los problemas
políticos y sociales difieren al tiempo que se complementan y que así debería
reflejarse en todas las políticas que modelan la vida diaria de los ciudadanos.
En 1996 el Consejo invita a los Estados Miembros a desarrollar una estrategia
integrada para favorecer la participación equilibrada de hombres y mujeres en
todas las instancias de decisión. En 1999 la Comisión prepara un Informe sobre
la puesta en práctica de la recomendación
hecha por el Consejo en 1996. En 1997 la Comisión lanza entre su propio personal
el Tercer Programa de acción para la igualdad de oportunidades (1997-2000)
tratando de mejorar la representación de las mujeres en todos los niveles de decisión
de la institución y de desarrollar una cultura del trabajo que tenga en cuenta
la dimensión de género.
Ver La
participación de las mujeres en la política y en la toma de decisiones.