Las mujeres en
los Parlamentos y en los Gobiernos.
Aunque
la situación se ha visto mejorada en los últimos años las mujeres están muy poco
representadas en los puestos que implican la toma de las decisiones, incluidos
los de la esfera política.
La
participación media de las mujeres en los parlamentos
nacionales de los estados miembros aumentó desde el 17,1 % de 1997, al 23
% en 1999. Las diferencias de representación entre los estados miembros son aún
muy significativas. Los países nórdicos ya no son los únicos con un alto porcentaje
de participación femenina en sus Parlamentos, aunque la cifra más alta la continúe
representando Suecia, con un 43 %, seguida de Dinamarca, Finlandia, los Países
Bajos y Alemania, todos ellos con una participación que superaba en 1999 el 30
%.
En
un nivel inferior encontramos a países como Austria, Bélgica y España con una
cifra porcentual de participación entre el 20 y el 30%. Por último se sitúan seis
estados miembros cuyos porcentajes están entre el 10 y el 20 %: Reino Unido, Luxemburgo,
Portugal, Irlanda, Francia e Italia.
La
participación femenina en los parlamentos
regionales supera de forma significativa la representación en los parlamentos
nacionales. En 1997, la participación de mujeres, en el ámbito europeo, alcanzó
el 23,2 % en los gobiernos regionales, mientras que en 1999 era ya del 27 %. La
más alta representación femenina en dichos parlamentos la encabeza Suecia con
un 48 %, seguida de Alemania (31 %). En el resto de estados miembro la proporción
no supera nunca el 30 %, aunque tan sólo encontramos a tres países por debajo
del 10 % de representación: Italia, Portugal y Grecia.
Respecto
a la representación política a nivel
local, la situación no difiere en exceso. De nuevo encontramos a Suecia con
la más alta proporción, el 41 %. El resto de estados miembros se reparten de la
siguiente forma: sólo Finlandia supera la barrera del 30%, mientras que 5 países
se encuentran entre el 20 y el 30 %, y 5 más entre el 10 y el 20 %. Es importante
recordar que en las elecciones locales hay siete estados miembro que utilizan
"cuotas" en sus partidos políticos: Suecia, Dinamarca, Francia, Irlanda, Austria,
Alemania y Países Bajos.
La
representación de las mujeres en los gobiernos
es frecuentemente más alta que en las asambleas. Así, entre 1996 y 1997 aumentó
en un 2,5% (del 16,8 al 19,3 %); en 1999 la cifra había aumentado hasta el 24
%. De todos modos, en todos los países miembros, excepto Irlanda, el alto cargo
por excelencia del Gobierno, el Primer Ministro sigue siendo un hombre, indicativo
de un síntoma general: cuando más alta es la jerarquía, menos mujeres encontramos.
El
promedio europeo de mujeres ministras (24 %) es mucho más alto que el promedio
mundial (7 %), y el aumento resulta muy representativo si tenemos en cuenta que
a mediados de los años 90 tan sólo era del 16 %. Hay que indicar que este aumento
significativo ha colocado a un Estado miembro, Suecia, en una participación equilibrada
respecto a hombres y mujeres en su Gobierno (53 %), mientras que otro, Finlandia,
se encuentra en una situación muy cercana (44 %).
De
la misma forma, siete u ocho estados han conseguido un nivel de participación
femenina en los respectivos gobiernos (del 20 al 40 %) que resulta esperanzador
respecto a la composición democrática de los mismos. El número de estados miembro
en los que la presencia de mujeres en los Gobiernos supera el 20 % se ha doblado
en los últimos tres años. Como dato significativo indicar que en siete estados
miembro, es decir prácticamente la mitad, la proporción de mujeres en los Gobiernos
ha superado a la de los Parlamentos, lo que puede reflejar una nueva conciencia
igualitarista.
-