Clara Serra (ADHUC-Universitat de Barcelona) aborda en El sentido de consentir (Anagrama, 2024) la espesura y la ambivalencia que recorre el concepto de consentimiento. Cuestionando las promesas de claridad, transparencia y univocidad que acompañan al consentimiento según algunos discursos actuales, Serra plantea el carácter intrínsecamente problemático de una noción vinculada al contractualismo liberal e imprescindible para la esfera jurídica pero que, no obstante, ha sido problematizado desde el psicoanálisis o incluso impugnado por parte de algunas de las principales corrientes de la teoría feminista contemporánea. El libro se opone tanto a la invalidación del consentimiento a la que conducen posiciones feministas como la de Catharine MacKinnon -según las cuales el consentimiento sería algo imposible- como a la idealización del consentimiento, convertido hoy según la autora en una suerte de receta mágica -en algo facilísimo- para abordar todo posible problema en el encuentro sexual. Frente a ambas vías, El sentido de consentir defiende el carácter necesario del consentimiento, pero, a la vez, su extrema dificultad. La tesis filosófica de fondo es que, habitado por la doblez entre el deseo y la voluntad, el consentimiento es tan irrenunciable para el terreno jurídico, como es precario e imperfecto para contener el deseo. El reto, por tanto, es que el feminismo sepa defender el consentimiento pero, al mismo tiempo, no ignorar sus límites, lo que para la autora exige separarse críticamente de la fórmula paradigmática con la que nuestra sociedad actual habla hoy del consentimiento -el “sólo sí es sí”- y preguntarse qué horizontes emancipadores podríamos estar perdiendo de vista en el actual abandono del lema “no es no”.
