Marta Segarra reúne en Comunidades con acento (Icaria, 2021) ocho ensayos que constituyen un recorrido personal por una cierta concepción de la comunidad mediante el análisis de textos literarios, filosóficos, fílmicos y artísticos. Lejos de la definición tradicional, basada en la homogeneidad y la adhesión fusional al grupo, aquí la comunidad está formada por singularidades diversas e irreductibles, de manera que preserva una cierta distancia entre los sujetos que la integran. La imagen del acento sirve así para caracterizar esta noción de la comunidad fundamentada en la distancia y no en la proximidad, en la diferencia y no en la igualdad entendida como identidad. En el libro se reflexiona sobre cuestiones como la memoria y el colonialismo, la nación, la invisibilidad y estigmatización que sufren comunidades como la gitana, el vínculo entre comunidad y deseo, las nuevas formas de parentesco, la posthumanidad y las fronteras entre comunidad humana y animal. Entre otras, se estudian las aportaciones de Hélène Cixous, Jacques Derrida, Maria-Mercè Marçal y Virginie Despentes.