El Yacimento
La ciudad grecorromana de Oxirrinco era una ciudad amurallada. Se puede seguir bastante bien el trazado de la muralla, que era de adobe, por el lado oeste, que da al desierto. Aunque en los lados norte y sur el trazado se ha perdido, se puede adivinar bastante bien hasta dónde llegaba la ciudad. En el lado este, el elemento más destacable es una puerta monumental de piedra, de aspecto faraónico, que da al actual pueblo de El-Bahnasa y al Bahr Yussef. La extensión de la ciudad era de unos 2 km en sentido norte-sur y de 1,5 km en sentido este-oeste. La población estimada debía de ser de unos 30.000 habitantes.
En la época romana, cuando la ciudad alcanzó su máxima extensión, estaba formada por una serie de barrios situados a lo largo de la muralla y estructurado en torno a una gran necrópolis central, que hemos llamado Necrópolis Alta, en el centro de la cual se levantaba un gran templo, posiblemente dedicado a Serapis, y frente a él, un gran mercado. La ciudad tenía un gran eje viario norte-sur, la calle mayor, y dos ejes viarios transversales, la calle ancha del norte y la calle ancha del sur. La calle ancha del norte conectaba el mercado y el templo de la Necrópolis Alta con la calle mayor, y la calle ancha del sur conectaba el teatro con el Bahr Yussef, pasando por el tetrápilo de Tueris y la puerta monumental este. Alrededor del tetrápilo se extendía, probablemente, el casco antiguo de la población de época faraónica, y al sur había unas termas.
Fuera del recinto amurallado de la ciudad, al oeste, hay un Osireion del cual se ha conservado la parte subterránea y que data esencialmente de tiempos ptolemaicos. Entre el Osireion y la ciudad hay una necrópolis griega y romana.
En la época cristiano-bizantina, extramuros de la ciudad se fueron construyendo numerosos monasterios, tanto de monjes como de monjas. Esta información, que nos ha llegado a través de un texto anónimo griego contemporáneo, ha sido confirmada por los hallazgos de nuestras propias excavaciones: la gran villa fortificada al noroeste de la ciudad y el oratorio copto que hay cerca. También ha sido confirmada por las excavaciones de urgencia del Consejo Superior de Antigüedades al sur de la ciudad, con el descubrimiento de los restos de otro monasterio.
Los primeros trabajos consistieron en la continuación de la excavación de la necrópolis localizada en 1982 y en el estudio de todas las estructuras funerarias descubiertas hasta ese momento por la misión egipcia. Esta necrópolis ha sido llamada posteriormente Necrópolis Alta. Entre las estructuras funerarias estudiadas, la tumba n. 1 destaca por ser una tumba construida durante el Período Saíta y por estar prácticamente intacta. Es una tumba de planta compleja, construida con bloques de piedra blanca muy bien escuadrados y acoplados entre ellos. Sus cámaras están cubiertas por bóvedas de cañón. Se trata de una tumba familiar, que fue utilizada para enterrar, en sarcófagos antropomorfos de piedra cubiertos de inscripciones jeroglíficas, toda una familia de altos dignatarios sacerdotales, posiblemente entre los siglos VII y VI a. C. Posteriormente, la Misión ha encontrado y excavado otras tumbas del Período Saíta, entre las que destacan la 13 y la 14, que utilizan técnicas constructivas similares. La 14, aunque parcialmente destruida ya en la antigüedad, es la mayor que se ha localizado hasta ahora, y posiblemente fue ampliada en épocas posteriores. Una de las naves es probablemente la más ancha conocida hasta ahora en la arquitectura faraónica egipcia, cubierta por una bóveda de cañón. Las excavaciones han permitido recuperar todavía un importante ajuar funerario. Las inscripciones jeroglíficas encontradas hacen posible la identificación de hasta tres generaciones de cargos sacerdotales, con sus familias. Tanto las inscripciones de esta tumba como las de la núm. 1 documentan la existencia del culto a Tueris, el nombre faraónico de la ciudad Per-medyed, localizado por primera vez en Oxirrinco, y el nombre de un santuario llamado Per-jef, todo ello ya de época saíta.
Alrededor de las tumbas saítas se han encontrado muchas otras tumbas de época grecorromana. En general, son más pequeñas y están construidas con bloques de piedra escuadrada más pequeños, pero se aprecia que imitan la técnica constructiva de las tumbas de la época saíta, especialmente con estructuras más o menos complejas y cámaras cubiertas con bóveda de cañón. Aunque muchas habían sido saqueadas ya desde la antigüedad, se han descubierto todavía importantes ajuares funerarios y, sobre todo, una gran cantidad de momias cubiertas con cartonajes ricamente decorados. Algunas tumbas tienen breves inscripciones en griego incisas en las paredes, otras pinturas murales o relieves con escenas mitológicas y funerarias, entre los que destacan representaciones del pez oxirrinco, documentado también por primera vez en la ciudad que lleva su nombre.
Desde hace tiempo se conocían gran número de estatuillas de bronce con la representación de un pez oxirrinco, y se sospechaba que procedían de la ciudad de Oxirrinco. Se creía erróneamente que el oxirrinco era el animal sagrado de Set, dado que el nomo oxirrinquita había sido consagrado a Set, que asesinó a su hermano Osiris, descuartizó su cuerpo y lo arrojó al río y un oxirrinco se comió su falo. Sin embargo, el hallazgo reciente de una de estas estatuillas de bronce con una dedicatoria a Tueris ha demostrado que el oxirrinco, que en lengua egipcia era un nombre femenino, es en realidad el animal sagrado de esta diosa, que es la divinidad primordial de Per-medjed. Esto ha sido demostrado por los hallazgos recientes, en tumbas grecorromanas de la Necrópolis Alta, de representaciones del pez oxirrinco y, por tanto, de la diosa Tueris.
La población griega de Oxirrinco, aunque conservó su lengua, adoptó los rituales funerarios y los dioses egipcios. El más importante de ellos era Serapis, un dios sanador formado a partir de Osiris-Apis pero con forma griega. Su templo, el Serapeo, se debía de encontrar en el centro de la ciudad. Recientemente, la Misión ha hallado, dentro del conjunto de la Necrópolis Alta, los restos de un gran templo, muy arrasado, de época clásica. Está todavía en curso de excavación, pero es muy probable que se trate precisamente del Serapeo. Esperamos que en próximas campañas de excavación se pueda confirmar o desmentir esta hipótesis.
Los habitantes de Oxirrinco se cristianizaron a lo largo del siglo IV, pero siguieron utilizando el emplazamiento de la Necrópolis Alta como lugar de enterramiento. Eso explica que la Misión haya encontrado importantes estructuras funerarias por encima de las ya existentes o reutilizando tumbas grecorromanas. Estas estructuras están hechas de adobe, pero a menudo contienen importantes pinturas e inscripciones murales en griego de carácter cristiano, y se han tenido que arrancar de su soporte para restaurar. Algunos de estos enterramientos son fosas individuales y otros, criptas colectivas.
La mayor parte de los restos urbanos de la ciudad están actualmente arrasados, y sólo quedan restos identificables de pocos monumentos. De modo que, antes de que nuestra Misión comenzara sus trabajos en 1992, prácticamente todo lo que se sabía de la ciudad era gracias a los papiros. Estos papiros proporcionaban informaciones de gran interés sobre la vida cotidiana de los oxirrinquitas, por lo que en este aspecto Oxirrinco era una de las ciudades mejor conocidas del ámbito de todo el imperio romano, pero nuestros conocimientos topográficos y urbanísticos eran muy escasos. Por ello, una de nuestras primeras actividades fue estudiar el urbanismo antiguo de la ciudad.
Para llevar a cabo este estudio hemos utilizado diferentes metodologías a nuestro alcance: prospecciones y sondeos arqueológicos; el radar; la fotografía aérea con cometa; las indicaciones topográficas de los papiros y la documentación de dibujos, planos y fotos del yacimiento a partir de Denon, en el siglo XIX. Así, parece probable que el casco antiguo (faraónico) de la ciudad se encontrara en el sureste, entre la puerta monumental ya mencionada y una columna honorífica que aún se mantiene en pie. Esta columna tenía una dedicatoria al emperador de Oriente Focas (602-610), a quien, por cierto, se le dedicó otra columna honorífica en Roma, el último monumento civil erigido en el Foro Romano. La columna de Oxirrinco, sin embargo, formaba parte de un tetrápilo, cruce monumental de calles, cerca del cual debía de estar situado el Tuereion, o templo de Tueris. Conocemos también el emplazamiento del teatro, al suroeste; de unas termas, al sur; y de un hipódromo, al norte. Pero poco queda visible de estos monumentos hoy en día. También conocemos la existencia de varios templos, actualmente difíciles de situar.
Hacia el centro de la mitad septentrional de la ciudad se encuentra el recinto de la Necrópolis Alta. Cuando esta necrópolis fue inaugurada en época saíta, se encontraba fuera de la ciudad a cierta distancia. El posterior crecimiento urbano la englobó dentro del recinto amurallado de la ciudad. Como ya hemos visto, el lugar continuó siendo utilizado como necrópolis en tiempos grecorromanos y cristianos. También en época grecorromana se erigió un gran templo, quizás el Serapeo.
Si del templo erigido en la Necrópolis Alta nos desplazamos en línea recta en dirección al oeste, llegaremos a un enigmático templo construido sobre una pequeña elevación del terreno, a 1,5 km de distancia aproximadamente. Se trata de un Osireion, o templo dedicado a Osiris, subterráneo. El templo consta de una serie de galerías o catacumbas excavadas en la roca, a las que se accede por una puerta principal y dos puertas secundarias. En una de estas galerías se encuentra una estatua yacente de Osiris, de más de tres metros de altura. En algunas de estas galerías hay construidos, a ambos lados, una serie de nichos donde cada año se enterraba una estatuilla de barro de Osiris que había sido el objeto principal del ritual mistérico de la resurrección del dios del año anterior. Sabemos que este tipo de templos existían en otros lugares de Egipto, pero actualmente el Osireion de Oxirrinco es un monumento único porque es el mejor conservado.
En el dintel de los nichos hay una serie de inscripciones hieráticas que indican las fechas correlativas del entierro de cada estatuilla, y que van del reinado de Ptolomeo VI Filométor al reinado conjunto de Ptolomeo X Sóter II y de Cleopatra III. En cualquier caso, todas las fechas corresponden a la segunda mitad del siglo II a. C. Además, estas mismas inscripciones nos proporcionan el nombre del templo, Per-jef. Gracias a las inscripciones jeroglíficas de las tumbas saítas de la Necrópolis Alta sabemos que este templo Per-jef ya existía durante el Período Saíta.
La parte exterior del templo ha sido totalmente desmantelada, aunque se conserva el trazado del témenos que rodeaba el recinto sagrado, de planta rectangular. Cuando la Misión descubrió e hizo los primeros trabajos en el Osireion, en los años 2000 y 2001, se comprobó que su nombre, Per-jef, se encontraba ya en unos bloques de piedra aparecidos en el mercado de antigüedades en los años cincuenta. Algunos de estos bloques se conservan actualmente en los museos de Leiden (Holanda) y Besançon (Francia), y otros, la mayoría, en colecciones privadas suizas. Los relieves de estos bloques representan tríadas divinas donde vemos a Tueris, en forma de mujer, como divinidad paredro de Osiris. Las inscripciones contienen el nombre del templo, Per-jef, y el de los reyes Alejandro IV de Macedonia, hijo de Alejandro Magno; Ptolomeo I Sóter y Ptolomeo II Filadelfo. Queda claro, pues, que el Osireion de Oxirrinco fue objeto de trabajos de reconstrucción en tiempos de los primeros Ptolomeos. Parece que también queda claro que la superestructura del templo fue desmantelada por excavadores clandestinos que pusieron en circulación sus bloques en el mercado de antigüedades.
Las sorpresas no han acabado aquí, ya que cuando la Misión excavó en una gran villa fortificada de época bizantina y árabe, no muy lejos del Osireion, se encontraron numerosos bloques de piedra reutilizados con decoración de tipo copto, pero que ostentan también en el dorso fragmentos de inscripciones y relieves similares a los procedentes del Per-jef. Así pues, es probable que la superestructura del Per-jef ya comenzara a ser desmantelada en época bizantina.
Esta gran villa fortificada tiene una serie de dependencias relacionadas con el culto cristiano, lo que hace pensar que, en algún momento, se convirtió en un monasterio de monjes, de los muchos que se erigieron alrededor de Oxirrinco durante la época copta. En todo caso, este recinto estuvo ocupado hasta después de la conquista árabe, ya que se ha encontrado una inscripción árabe del siglo VII, así como una lápida sepulcral con una inscripción de la era del emperador Diocleciano, en la que consta una fecha también de finales del siglo VII.
Cerca de esta villa o monasterio, situado al noroeste de la ciudad, hemos localizado también un eremitorio con importantes inscripciones coptas, un tesorillo de más de 600 monedas de los siglos IV y V, un altar votivo, de hacia el siglo I a. C., que podría estar relacionado con el camino terrestre que de la ciudad llevaba hacia el norte, así como una necrópolis de pájaros y una cantera subterránea. El resto del terreno, entre la muralla oeste y el Osireion, está ocupado por una extensa necrópolis de época griega y romana.
Por último, al sur de la ciudad, durante trabajos de urgencia realizados por el Consejo Superior de Antigüedades, se han encontrado los restos de otro monasterio.