8.3.1. Sobrecarga ambiental

La aproximación de la sobrecarga ambiental (overload) parte de las siguientes cuatro premisas

1. Los seres humanos tenemos una capacidad limitada para procesar estímulos ambientales y podemos prestar atención a un número limitado de estímulos simultaneamente.

2. Cuando la cantidad de información del entorno excede la capacidad de la persona para procesar todo quello que se considera relevante, entonces se produce sobrecarga de información. La reacción normal en estos casos es una especie de "visión en tunel" por la cual ignoramos lo que no nos parece relevante y prestamos suma atención a lo que nos parece relevante. Incluso desarrollamos acciones para organizar el entorno de manera que evitemos que lo menos relevante nos distraiga.

 

3. Cuando aparece un estimulo ante el cual debemos dar una respuesta (o cuando pensamos que una determinada situación estimular va a ocurrir) evaluamos lo significativo y tomamos decisiones para afrontar la situación convenientemente. Así, cuanto más intenso, impredecible o incontrolable es un estímulo mayor es su significatividad y más atención tendemos a dedicarle. Además, cuanta más incertidumbre se genera acerca de la necesidad de una respuesta adaptativa a la situación más capacidad de atención le asignamos.

4. La cantidad de atención disponible de una persona no es una variable constante y puede reducirse temporalmente tras demandas de atención prolongadas. Tras estos episodios, la capacidad total de atención sufre una sobrecarga.

Por ejemplo, no os ocurre que tras estudiar unas cuantas horas seguidas e intentar hacer otra cosa nos es difícil concentrarnos en otra actividad y se agradece hacer cosas que te distraigan pero que no requieran mucha concentración.

Pero, ¿Cómo nos comportamos cuando nos enfrentamos a una situación de sobrecarga ambiental?

De hecho, la respuesta dependerá de a qué estímulos prestamos atención y cuáles ignoramos. Generalmente al estímulo más importante para la tarea que tenemos entre manos le prestamos tanta atención como se merece, mientras que los estímulos menos importantes son ignorados. Si estos estímulos menos importantes interferían en la tarea, entonces, al ignorarlos, mejora la ejecución. Sin embargo, si una tarea requiere mucha atención, como cuando pretendemos hacer dos cosas a la vez, la ejecución de una de las tareas, en especial la que consideramos menos importante, se deteriorará.

Por ejemplo, la distracción del volante por actividades simultáneas es uno de las principales causas de los accidentes de tráfico.

 

De acuerdo con el modelo de la sobrecarga, una vez la capacidad de atención se ha visto reducida por causa de una demanda prolongada, incluso pequeñas tareas que requieren bajos niveles de atención pueden desembocar en una sobrecarga. Por otra parte, una vez ha cesado la exposición a un estímulo molesto o excesivo pueden acontecer "artefactos comportamentales", es decir, efectos sobre el comportamiento como descenso de la tolerancia a la frustración, errores en el funcionamiento mental o menor frecuencia de comportamientos altruistas. El modelo de la sobrecarga atribuye estos efectos a la capacidad reducida de la persona para atender a claves estimulares relevantes.

Una forma de recuperarse de una situación de sobrecarga ambiental es hacerlo a través de los llamados "entornos restauradores".

 

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