Capa pluvial de Ramon de Bellera, obispo de Vic, tejida con seda y terciopelo rojo. Bordado con sedas policromadas y oro. Contiene representaciones de figuras caracterizadas por un gran expresionismo basadas en la vida de Cristo y de los Santos. Dimensiones 132x324 cm.
La capa pluvial de Vic es anónima pero tenemos constancia de su existencia en el siglo XIV, aunque la capa no aparece en los inventarios de la catedral de Vic en el período que estuvo el obispo Ramón de Bellera (1352-1377). Gracias al necrológico es posible datarla y afirmar que la capa perteneció al obispo ya que hay constancia de que éste legó a la catedral 2 vestimentas, una de ellas de terciopelo (Nikkibarla & Jucker 2008, p. 84). Gracias a los inventarios de los bienes de la catedral del Archivo Episcopal hay constancia de la capa desde el siglo XV hasta el 1617, el último inventario en el que se la nombra (Martín 2008, p. 10). La descripción iconográfica de la capa debe ser dividida en dos ya que ésta tiene dos espacios claramente diferenciados, el central y el lateral. Esta distinción es necesaria, no solo en función de su iconografía diferenciada, sino también por la diferente función que cumple cada parte de la capa. En la zona central encontramos escenas como la Natividad, la Epifanía y la Coronación de la Madre de Dios (Martín 2008, pp. 21-25). En los laterales hay representaciones referentes a los apóstoles por una parte y los santos mártires por otra.
La representación de santos que aparece en la iconografía medieval es interpretada como un modelo de comportamiento y formas de espiritualidad a imitar por los cristianos (Palazzo 1999, p. 79). La Epifanía hace referencia a la representación de los tres Reyes Magos en el momento de adorar al Niño nacido en Belén y ofrecerle sus presentes. Según el evangelio de Mateo, éstos habían ido a visitar a Herodes quien les había indicado que el Mesías estaba en Belén y llegan siguiendo la estrella (Rodríguez 2012, p. 27). En la parte superior, debajo del arco aparece escrito EPIPHANIA DNI, (Epiphania Domini) (Martín 2008, p. 23). Es un detalle que no parece relevante a primera vista, pero en cierta manera representa como mínimo un elemento añadido para ayudar a la práctica contemplativa de los fieles.
La Natividad hace alusión al nacimiento de Cristo. Hay dos tipos de representaciones, la oriental-bizantina que se encuentra en una cueva y la occidental que es en un establo. Básicamente aparecen José, la Virgen, el Mesías, las parteras, el buey, la mula y los ángeles. (González 2010, pp. 41-44) En la capa pluvial además hay una inscripción superior que indica qué escena representa, NATIVITAS DNI (Nativitas Domini). (Martin 2008, p. 21)
¿Qué funcionalidad se le daba a la capa pluvial?
Uno de los usos litúrgicos principales que se le puede atribuir a la capa es que el celebrante de la misa la oficiaba de espaldas a los fieles para que estos pudieran contemplar mejor las escenas que se representaban (Martín 2008, p. 21). Su utilización se extendía a todo el clero y a los cantores en especial. Su uso no entraba dentro de las prácticas eucarísticas, era utilizada en los cantos del oficio en el coro, en las procesiones y los sacramentales que implicaban un desplazamiento por el templo (Pazos-López 2015, p. 13). Por lo tanto el uso de la capa pluvial estaba destinado a momentos en los que el obispo pudiera mostrar con mayor facilidad la capa de tal forma que el público pudiera contemplarla y comprender mejor el mensaje del oficiante de la misa a través del elemento iconográfico. Parece claro que por la forma que tenía el oficiante de usar la prenda, la parte central trasera de la pieza es la que quedaría más a la vista del público. Seguramente es por ello que las escenas más importantes representadas se encuentran ubicadas en esa parte central.
El origen etimológico del nombre de capa pluvial proviene seguramente de uno de los usos que le daba el clero para resguardarse de la lluvia durante las procesiones que se hacían en el exterior. Aunque esto es algo que realmente no se conoce ya que no aparece reflejado en las fuentes (Pazos-López 2015, p. 13). De todas maneras, la capa se utilizaba solamente en festividades mayores, ya que servía para representar la inmortalidad del cuerpo, para celebrar la resurrección futura cuando los elegidos, desprovistos de su carne mortal, endosen las dos estolas de la paz del alma y de la glorificación de la carne. Por ello la capa está completamente abierta por delante y prácticamente no tiene costuras ya que los cuerpos han sido transformados espiritualmente y ya no serán afligidos por el sufrimiento (Pazos-López 2015, p. 13). Por lo tanto, pese a que el uso litúrgico y simbólico de la capa parece estar relacionado con la espalda y los costados del oficiante de la misa, también tiene un mensaje la parte delantera con el que el oficiante quiere transmitir una idea al público. Es decir, la performatividad de la capa pluvial de Vic no está sujeta a lo que es visible o material, sino que también tiene valor aquello que no puede ser contemplado porque tiene un motivo y un mensaje tras de sí.
En el caso concreto de la capa pluvial de Vic hay que analizar su conservación actual con cuidado ya que ha sido modificada durante el tiempo. Durante el siglo XVII la capa fue dividida para hacer dos dalmáticas, un trapo de atril y la encuadernación de un libro. Estas piezas se volvieron a unir en el 1899 cuando la capa fue reconstruida (Nikkibarla & Jucker 2008, p. 83). Para reconstruirla se usaron 45 fragmentos originales y 28 piezas de terciopelo rojo para completarla (Nikkibarla & Jucker 2008, p. 86). En este sentido, la capa, tal y como se conserva hoy en día, no puede ser analizada de la misma forma porque fue reconstruida. Pero más allá del proceso de reconstrucción encontramos una problemática respecto al uso y el simbolismo de la capa al que hemos hecho referencia ya que la capa de Vic, al ser una reconstrucción, tiene gran cantidad de costuras (Nikkibarla & Jucker, p. 87). Es por ello que existieron dos posiciones enfrentadas en relación a la conservación de la capa, pero al final se optó por restaurarla (Nikkibarla & Jucker 2008, pp. 90-91).
Tal y como se conserva actualmente la capa pluvial de Vic es como fue durante toda la Edad Media a excepción de un detalle, y es que hasta finales del siglo XII la capa tenía una capucha que derivó en una tela triangular en la parte inferior de la nuca conocida como capillo y que a su vez fue tomando forma de escudo paulatinamente siendo objeto de decoración mediante el añadido de borlas y flecos a partir del siglo XV (Pazos-López 2015, p. 14).
González, I. El nacimiento de Cristo. Revista digital de iconografía medieval, Vol. 2, Nº 4, 2010, pp. 41- 59.
Martín, R. Noves aportacions a la iconografía de la capa pluvial del bisbe Ramon de Bellera. Opus anglicanum s. xiv. Quaderns del Museu Episcopal de Vic, Nº 2, 2008.
Nikkibarla, C. & Jucker, A. Conservation of the cope of bishop Ramon de Bellera. Quaderns del Museu Episcopal de Vic, Nº 2, 2008.
Palazzo, E. L'Évêque et son image: l'illustration du pontifical au Moyen âge, 1999.
Pazos-López, A. Culto y vestimenta en la baja Edad Media: ornamentos clericales del rito romano. Revista digital de iconografía medieval, Vol. 7, Nº 14, 2015, pp. 1-26.
Rodríguez, L. La Epifanía. Revista digital de iconografía medieval, Vol. 4, Nº 8, 2012, pp. 27-44.
Capa Pluvial de Ramon de Bellera, Catedral de Vic, PAISAJES ESPIRITUALES, http://www.ub.edu/proyectopaisajes/index.php/es/item5-liturgia. Consultado el lunes 23 de diciembre del 2024 Repositori Digital de la Universitat de Barcelona URI: http://hdl.handle.net/2445/126067