Presentación

Numerosas ciudades están inmersas en intensos procesos de renovación que afectan tanto a espacios centrales como periféricos relativamente obsoletos para las funciones que ejercían o “desgastados” por el uso residencial. Calificados como espacios de exclusión, son, sin embargo, “receptáculos” de muchas personas inmigradas con escasos recursos económicos o también habitados por personas de edad avanzada, asimismo con pocos medios económicos y asistenciales. Estos intersticios urbanos son espacios donde se trasgreden barreras socioculturales y se construyen dinámicas que crean nuevas bases socio-espaciales de la vida urbana, y, sin embargo, suelen ser objeto de intensas reformas mediante planes urbanísticos que aspiran a rentabilizarlos. La confluencia de exclusión social, innovación sociocultural y reforma urbanística los convierte en espacios de conflicto que dan lugar a creativas formas de participación y a nuevas dinámicas sociales.

En estos espacios las mujeres tienen un papel relevante. La fuerte participación femenina adquiere visibilidad a través de prácticas socio-urbanas. Su agencia en la construcción de creadoras relaciones de convivencia trasciende el ámbito familiar y se sitúa en el espacio público cotidiano y en los ámbitos laborales.

El antagonismo con la práctica urbanística basada en principios productivos, que parece conferir a la ciudad la cualidad de objeto y sujeto. En esta óptica, los habitantes se perciben más como obstáculo a la transformación que como esencia de lo urbano.