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16-06-2023

Las nuevas tecnologías revelan el impacto de la economía circular en especies amenazadas como el alimoche

El alimoche común, una especie amenazada

El alimoche común (Neophron percnopterus) es uno de los buitres de menor tamaño y es un ave rapaz amenazada en todo el planeta, incluida en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como especie en peligro. En la península Ibérica, está en regresión desde hace años, con la excepción de algunas áreas como Catalunya, donde se ha producido un aumento progresivo de sus poblaciones.

Esta especie migradora transahariana pasa el invierno en Mali, Senegal y Mauritania, y regresa a la península Ibérica durante la primavera y el verano para reproducirse. Suele alimentarse de pequeñas carroñas y animales muertos que encuentra en el campo, especialmente de cadáveres de ganadería extensiva, así como de fauna salvaje. Por lo tanto, es una especie indicadora del estado medioambiental y ayuda a eliminar restos orgánicos de los ecosistemas.

El equipo ha evaluado las posibles consecuencias del cierre de vertederos en los patrones de alimentación del alimoche común y cómo los cambios en la disponibilidad de recursos pueden afectar al comportamiento de las aves en libertad.

«Con la disminución de la ganadería extensiva —además de la intensificación ganadera y agrícola— el alimoche común empezó a utilizar los macrovertederos urbanos como alternativa donde obtener alimento. Esta estrategia tiene beneficios, como tener alimento abundante y predecible, pero también riesgos, como ingerir posibles tóxicos, así como la escasa adquisición de vitaminas naturales», detalla Joan Real, investigador principal del proyecto y miembro del Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la UB.

«Así pues, de manera gradual y según las áreas, esta especie depende de los desechos orgánicos urbanos. Sin embargo, en el marco de la Directiva Europea de Residuos y el Plan de acción de economía circular, que buscan la eliminación de los vertederos y la reducción drástica de la materia orgánica para evitar efectos negativos en la salud humana, se desconoce cómo pueden afectar estas medidas a las especies amenazadas y, en concreto, al alimoche», alerta Joan Real.

GPS y modelos de redes espaciales

Aplicando tecnologías sofisticadas como los emisores GPS, el equipo hizo un seguimiento de dieciséis ejemplares, durante tres años, para saber cómo utilizaban el espacio y los recursos alimentarios. También aplicaron técnicas analíticas innovadoras, mediante el uso de modelos basados en redes espaciales para evaluar la conectividad de los animales entre las fuentes de alimento clave, a partir de los patrones de movimiento de las aves marcadas.

«Las conclusiones revelan diferencias en las estrategias de alimentación entre los individuos no reproductores y los reproductores. En concreto, los individuos reproductores se ceñían a áreas concretas alrededor de sus nidos, a pesar de que podían hacer largos desplazamientos y explotar recursos tanto de ganadería extensiva como de vertederos. En cambio, los no reproductores se desplazaban por áreas enormes, pero su principal fuente de alimentación se limitaba a las zonas de vertederos», indica la investigadora Catuxa Cerecedo‑Iglesias (UB-IRBio), primera autora del estudio.

«Entre los aspectos más destacados, se descubrió que si se eliminaban los vertederos de las áreas centrales de alimentación los individuos no reproductores y reproductores eran vulnerables a la consecución de alternativas donde alimentarse», indica la investigadora.

«En un contexto marcado por la desaparición de los vertederos en el futuro —continúa— el estudio revela que los alimoches utilizarían los cadáveres de la ganadería extensiva como principal recurso trófico. En un escenario en el que se prevé una disminución importante de la ganadería extensiva de ovino, no se puede saber qué efecto puede tener esta medida en las poblaciones de alimoches», añade la investigadora.

Protección del alimoche en el marco de la economía circular

El estudio indica que las futuras políticas ambientales deberían incrementar aquellas áreas con recursos alimentarios procedentes de la ganadería extensiva, así como recuperar el ganado ovino, que está en gran regresión, de manera que se permita el abandono de los cadáveres de ganado en la naturaleza. «Esta estrategia no solo mitigará la falta de alimentos causada por el cierre de los vertederos, sino que también contribuirá a la conservación de especies en peligro de extinción y sería una forma de conservar la ganadería ovina y la cultura pastoril», apuntan los autores.

Sin embargo, en Cataluña solo está permitido aplicar estas medidas en algunas comarcas y a partir de los 1.400 metros de altitud, «una situación que deja desprovistas de alimentos la gran mayoría de áreas donde se distribuyen los alimoches». «Por ello es clave aumentar la superficie de dichas áreas a cotas más bajas y otras comarcas», alertan los autores.

Esta investigación la ha financiado el Ministerio de Ciencia e Innovación, la empresa Red Eléctrica de España, el Servicio de Gestión de la Diputación de Barcelona, la Fundación Catalunya-La Pedrera, el IRBio y los organizadores del Delta Birding Festival. Asimismo, cuenta con el apoyo del Ministerio de Transición Ecológica, Ferrovial, el Servicio de Biodiversidad de la Generalitat de Cataluña, el Grupo de Naturalistas de Osona (GNO), el Grupo de Anillamiento de Calldetenes-Osona (GACO), el Consorcio para la Gestión de Residuos Urbanos de Osona y una red de voluntarios.

 

Artículo de referencia:

Cerecedo-Iglesias, C.; Bartumeus, F.; Cortés-Avizanda, A.; Pretus, J.L.; Hernández-Matías, A.; Real, J. ««Resource predictability modulates spatial‑use networks in an endangered scavenger species»». Movement Ecology, abril de 2023. Doi: 10.1186/s40462-023-00383-4

Fuente: Comunicació UB