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15-11-2021

Las islas de la Macaronesia revelan información crucial para la ecología, la evolución y la conservación

Tajinastes ('Echium' sp.) cerca del Teide (Tenerife) / Ana Margarida Coelho dos Santos (UAM)

Un equipo internacional de 32 investigadores e investigadoras, entre ellos Dr. Miquel Arnedo miembro del IRBio y su equipo,  especialistas en biodiversidad insular, ha logrado sintetizar los descubrimientos más importantes que se han realizado hasta la fecha a nivel de ecología, evolución y conservación de la Macaronesia, una región ubicada en el Océano Atlántico que engloba los archipiélagos de origen volcánico de Canarias, Azores, Madeira, Salvajes y Cabo Verde.

Las islas macaronésicas han fascinado durante mucho tiempo a los biólogos. De hecho, muchos de los avances científicos relativos al funcionamiento de los sistemas insulares se derivan de estudios realizados en esta región oceánica.

Sin embargo, a pesar de su importancia, la información relativa a la ecología, evolución y conservación de estos archipiélagos se encontraba hasta ahora dispersa en la literatura, por lo que era urgente un trabajo de síntesis. Los resultados, publicados en la revista Frontiers in Ecology and Evolution, presentan una completa revisión de la literatura disponible.

“Hemos logrado compilar los avances más importantes que se han hecho en la biología de islas de la Macaronesia, tanto en lo que respecta a la biodiversidad terrestre como a la biodiversidad marina”, afirman Margarita Florencio y Ana M. C. Santos, directoras del estudio y profesoras del Departamento de Ecología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).

Origen y dispersión biológica

Algunos estudios indican que una parte importante de los organismos animales y vegetales que habitan la Macaronesia se originaron recientemente (son bastante jóvenes a nivel evolutivo), predominantemente de origen europeo, y que no descienden de linajes antiguos que usaron estas islas como refugio.

Además, otros estudios indican que la Macaronesia parece ser el punto de origen para la colonización de los continentes a ambos lados del Atlántico. La dispersión de organismos entre las islas, y de estas con el continente, implica que las especies tienen que recorrer distancias muy grandes (en algunas islas incluso más de 1.500 km).

De hecho, en estas islas se han encontrado ejemplos de mecanismos de dispersión poco conocidos, como es el caso de semillas que han sido ingeridas por distintas aves y reptiles frugívoros, que a su vez son comidos por aves depredadoras (dispersión secundaria), que luego transportan esas semillas a lo largo de grandes distancias.

Otras interacciones interesantes son las protagonizadas por distintas especies de reptiles y aves, que actúan como polinizadores y dispersores de semillas de distintas plantas, o de una especie de gecko gigante de Cabo Verde, que se alimenta de aves, todos comportamientos poco comunes en las zonas continentales.

Biodiversidad única amenazada

El trabajo presenta de forma actualizada una comparación del número de las especies de animales y plantas endémicas que hay en cada archipiélago, es decir, que sólo aparecen en algunos de estos archipiélagos, en algunos casos incluso en una sola isla.

Esta biodiversidad única, fruto de distintos procesos de diversificación, se encuentra amenazada en gran parte por la presencia de especies introducidas (accidentalmente o no) por los seres humanos, que fácilmente pueden invadir los sistemas insulares.

“Las especies introducidas, junto con los cambios en los usos del suelo, constituyen dos grandes amenazas para esta biodiversidad. Es de suma importancia que los esfuerzos realizados hasta el momento para obtener datos de biodiversidad continúen de forma intensa a corto y a largo plazo para poder conocer a fondo los ecosistemas insulares, así como las especies singulares que los habitan”, destacan las directoras del trabajo. 

“De esta forma —agregan—, podremos evaluar de forma rigurosa las amenazas a las que están sometidos, y elaborar planes de conservación que permitan salvaguardarlos”.

Según explican también las investigadoras, han sido esenciales las acciones que se han llevado cabo en algunos de los archipiélagos a nivel de concienciación y de toma de decisiones para la conservación, y las cuales han implicado a políticos, científicos y ciudadanos. “Por esta razón lo consideramos un ejemplo en el que se pueden fijar otras regiones para favorecer la conservación de la biodiversidad”.

“Además —concluyen— en el trabajo también hemos identificado los posibles estudios y aplicaciones futuras que podrán ser llevadas a cabo en la Macaronesia para contribuir de forma notable al avance del conocimiento de la biología de islas”.

El trabajo es fruto de una colaboración del Island Biology Interest Group-IBIG de la Asociación Española de Ecología Terrestre. Los autores lo dedican a la coautora Ana I. Neto, que falleció durante el desarrollo del mismo.

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Referencia bibliográfica:

Florencio, M., Patiño, J., Nogué, S., Traveset, A., Borges, P.A.V., Schaefer, H., Amorim, I.R., Arnedo, M., Ávila, S.P., Cardoso, P., de Nascimento, L., Fernández-Palacios, J.M., Gabriel, S.I., Gil, A., Gonçalves, V., Haroun, R., Illera, J.C., López-Darias, M., Martínez, A., Martins, G.M., Neto, A.I., Nogales, M., Oromí, P., Rando, J.C., Raposeiro, P.M., Rigal, F., Romeiras, M.M., Silva, L., Valido, A., Vanderpoorten, A., Vasconcelos, R., Santos, A.M.C. 2021. Macaronesia as a Fruitful Arena for Ecology, Evolution, and Conservation Biology. Frontiers in Ecology and Evolution 9:718169. doi: 10.3389/fevo.2021.718169

Fuente: UCCUAM