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05-11-2024

La COP16 se concluye con un acuerdo crucial pero también con retos pendientes: ¿cuáles son las futuras perspectivas?

La COP16, celebrada en Cali, Colombia, ha terminado después de unas intensas jornadas de debate y negociación por parte de los países participantes para sentar las bases para un futuro sostenible y fortaleciendo los compromisos de adaptación, mitigación y financiación para afrontar los desafíos ambientales actuales. Pese a conseguir avances destacados, como la creación de un nuevo fondo global de biodiversidad y una mayor inclusión de las comunidades indígenas, la cumbre también ha dejado pendientes importantes desafíos para los próximos años.
 
Inclusión de las comunidades indígenas y fondos para recursos genéticos
 
Uno de los logros más notables de la COP16 ha sido el reconocimiento formal de las comunidades indígenas dentro del proceso de toma de decisiones de la ONU en materia de biodiversidad. Esta medida representa un paso importante para garantizar que estas comunidades puedan influir directamente en las políticas de conservación, respetando su ancestral conocimiento sobre la protección de los ecosistemas.
 
Además, se ha creado el fondo "Cali" para compartir los beneficios derivados del uso comercial de recursos genéticos. Este fondo aplicará un impuesto a las empresas que utilicen información de secuencias digitales de la naturaleza, como las utilizadas en la investigación farmacéutica. Se calcula que este fondo podría generar miles de millones para la conservación de la biodiversidad, y sus ingresos se destinarán, en parte, a comunidades indígenas y países en desarrollo.
 
La resiliente y creciente presencia de la sociedad civil
 
Según el testimonio de Guillem Rius, del IRBio-UB investigador del proyecto Unburned presente en la COP16, la sociedad civil ha tenido un papel clave en las discusiones de la cumbre. Colombia ha promovido la participación de jóvenes, comunidades locales y mujeres, poniendo especial énfasis en la visión feminista e intergeneracional de la biodiversidad. A pesar de esta inclusión, en la práctica la toma de decisiones está todavía en manos de los estados, y las perspectivas de las comunidades locales a menudo se ven desplazadas por la geopolítica y las visiones occidentales de conservación.
 
Una Financiación insuficiente
 
La falta de recursos ha sido uno de los puntos más críticos y decepcionantes de la COP16. Los compromisos de financiación establecidos en el Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal, que incluyen el objetivo de recaudar 200.000 millones de dólares anuales para la protección de la biodiversidad, no se han cumplido. Hasta ahora, sólo se han logrado 200 millones, una cantidad insuficiente para afrontar los retos globales de conservación.
 
Katherin Otalora, investigadora del IRBio-UB y representante de la Estación Biológica Andes, destaca la necesidad urgente de financiación directa y sin intermediarios hacia las comunidades locales. Esta reforma en la movilización de recursos se ha debatido con entidades comprometidas con la sostenibilidad, pero todavía queda un largo camino por garantizar los flujos de financiación necesarios.
 
Retos pendientes: seguimiento de los objetivos y protección integrada de la Biodiversidad y el Clima
 
Otro punto clave que quedó sin resolución es el sistema de seguimiento de los objetivos de biodiversidad fijados en la COP 15 para esta década. A pesar de los objetivos ambiciosos, entre los que conservar al menos el 30% de la biodiversidad y restaurar al menos el 30% de las áreas degradadas para 2030, sólo 44 de los 196 países han actualizado los planes nacionales de protección de la biodiversidad para incorporar los nuevos logros . La falta de un mecanismo claro de control es un obstáculo para garantizar la consecución de los 23 objetivos acordados en la COP15. Esta falta de alineación evidencia una brecha creciente entre la realidad actual y los compromisos adquiridos, pero todavía no existe consenso sobre los indicadores que se utilizarán para evaluar el estado de la biodiversidad, lo que complica el seguimiento y la implementación de medidas eficaces. Es urgente actuar con mayor contundencia para garantizar que estos planes se revisen y se implementen de forma coherente con los objetivos globales.
 
Por último, la COP16 ha destacado la interconexión esencial entre la biodiversidad y el cambio climático. La presidenta de la cumbre, Susana Muhamad, ha insistido en que proteger la biodiversidad y reducir las emisiones son dos caras de la misma moneda. Sin embargo, las negociaciones no han podido incluir compromisos concretos sobre la eliminación de los combustibles fósiles, uno de los mayores impulsores de la crisis climática.
 
La COP16 ha marcado avances significativos en la esfera diplomática y social, pero el camino para lograr una protección efectiva de la biodiversidad sigue lleno de retos. Las próximas conferencias serán claves para asegurar que los compromisos se traduzcan en acciones tangibles y un cambio real en la conservación global.