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02-10-2024

Crónica de una muerte anunciada: las comunidades vegetales de neveros de los Pirineos como indicadores del cambio climático

Ecosistemas vulnerables bajo presión climática: las comunidades vegetales de las zonas de neveros de los Pirineos están sufriendo una transformación significativa debido al aumento de las temperaturas y competencia con otras especies.
Según la investigadora del Instituto de Investigación de la Biodiversidad, Estela Illa Bachs: "Las comunidades vegetales alpinas de los Pirineos son indicadores claros del cambio climático".
 
 
La vegetación de las zonas de nieve en los Pirineos: Un laboratorio natural para el cambio climático
 
Las comunidades vegetales que habitan las zonas de neveros, donde la nieve se acumula durante gran parte del año, han sido un refugio para especies alpinas y árticas desde el final de las glaciaciones. En estos ambientes, que en los Pirineos son de dimensiones reducidas y se encuentran dispersos por toda la cordillera, el principal factor limitante para las plantas es el corto período de crecimiento, y solo las especies de neveros son capaces de completar su ciclo reproductivo en tanto poco tiempo. Sin embargo, actualmente estas comunidades están sufriendo un cambio significativo debido a la presión del cambio climático y la competencia con las especies de los prados alpinos que las rodean. Nos lo explica la investigadora del grupo de investigación GEOVEG del IRBio Estela Illa Bachs, especializada en ecología de las comunidades vegetales alpinas, que ha dedicado más de 20 años a estudiar las plantas de las zonas de nieve de los Pirineos Catalanes.
 
Las comunidades vegetales de los neveros son especialmente vulnerables al cambio climático: su vegetación es dependiente de la duración de la cubierta de nieve, y muy sensible al aumento de las temperaturas y la disminución de las precipitaciones. "Las plantas de estas zonas son pequeñas y dependen mucho de la humedad; una fundición de la nieve más temprana y una reducción de las precipitaciones estivales puede afectar gravemente a estas especies", explica Estela.
 
Con el aumento de las temperaturas y la disminución de las precipitaciones invernales, la nieve se derrite antes, aumentando el tiempo disponible para el crecimiento de las plantas. Esto permite que plantas de los prados alpinos que rodean a los neveros colonicen estas zonas, desplazando las especies más débiles. Este proceso pone en riesgo la conservación de las comunidades vegetales de los neveros, aunque a título individual las especies pueden refugiarse en pequeños lugares fríos y sombríos, de condiciones favorables.
 
Los estudios de campo que se realizan tanto en el Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici, como también en toda la cordillera pirenaica, permiten monitorizar la distribución y composición de estas comunidades a lo largo del tiempo, indicando una reducción en algunos casos drástica de las especies adaptadas a estas condiciones extremas. Desde hace 20 años, equipos científicos han afincado parcelas permanentes en diversas zonas de los Pirineos para monitorizar el cambio en la vegetación. Los datos recogidos indican una clara tendencia a la fundición temprana de la nieve y una progresiva alteración en las comunidades vegetales. Este seguimiento constante permite cuantificar la velocidad del cambio climático y sus efectos en los ecosistemas de alta montaña.
 
Proyectos de conservación y retos futuros
 
Según Isla, urge una acción coordinada para conservar los ecosistemas y frenar la pérdida de la biodiversidad. Las comunidades vegetales de los neveros, pueden estar en un ecosistema modelo para saber cómo puede evolucionar la vegetación en zonas de montaña. "Pero no podemos hacer nada, lo único que podemos hacer es testimoniar y verificar la desaparición en buena parte de sus localidades", y alude al título del libro de Gabriel García Márquez: Crónica de una muerte anunciada. Aunque en las partes más elevadas y nivosas de la cordillera donde prácticamente no hay prados alpinos por el momento no parece que haya un riesgo a corto plazo, en el resto del territorio la fuerte competencia con las especies de los prados hace que estas comunidades vegetales corran el riesgo de desaparecer.
 
"El futuro de estos hábitats está en juego, y su seguimiento continuo nos ofrece datos clave para entender la velocidad y el alcance de los cambios que estamos viviendo", concluye la Dra. Illa.