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Los penitentes o nieves penitentes, son unas curiosas formaciones de nieve, que aparecen a grandes altitudes y que semejan a los penitentes o nazarenos. Toman la forma de delgadas y altas cuchillas de nieve o hielo endurecido, muy próximas entre sí y con las aspas orientadas a la dirección general del sol. Varían en tamaño desde unos pocos centímetros a más de cinco metros. Estos pináculos de nieve o hielo crecen sobre todas las áreas cubiertas por glaciares y nieve en los Andes Secos, por encima de los 4.000 metros. Los hielos penitentes se encuentran alineados en sentido E-O e inclinados hacia el N (en el hemisferio S), siempre apuntando hacia el sol, por lo que curiosamente no proyectan sombra. Las investigaciones de Lliboutry, indican que los penitentes se originarían por una combinación de factores ambientales y meteorológicos, que son comunes en los Andes Centrales y Desérticos de Argentina y Chile y de otras pocas regiones montañosas del planeta. Las condiciones necesarias para que puedan formarse penitentes son: - Existencia de nieve fresca de cierto espesor. - Elevada radiación solar durante largos periodos despejados y sin precipitaciones. - Bajas temperaturas, por debajo de 0ºC. - Baja humedad relativa ambiente. Los penitentes fueron descritos por primera vez por Charles Darwin en 1839. El 22 de marzo de 1835 atravesó los campos de nieve cubiertos de penitentes cerca del paso Piuquenes, en el camino desde Santiago de Chile a la ciudad argentina de Mendoza. Informó de la creencia local que se formaron por los fuertes vientos de los Andes. Lliboutry, L.: 1954a, «Le Massif du Nevado Juncal ses penitentes et ses glaciers», Revue de Géographie Alpine 42, pag. 465-95. Lliboutry, L.: 1998, «Glaciers of the Dry Andes», en R. S. J. Williams y J. G. Ferrigno (eds), Satellite Image Atlas of Glaciers of the World SOUTH AMERICA, United States Geological Survey Professional Paper 1386-I.