"No te creas que tienes el monopolio de la transexualidad. También yo de niño soñaba como tú con ser una mujer [...] Es un tormento, un suplicio continuo. Llegó un momento en que solo tenía dos posibilidades ante mí: o me suicidaba o vivía de mujer."
Mejía, Norma
biografía
Norma Mejía nació en Bogotá en 1944. A los 19 años se mudó a París y más tarde a Barcelona, donde se estableció. Estudió cinematografía, derecho, y es doctora en antropología. Ha trabajado como realizadora, como redactora, como prostituta y como abogada, ejerciendo de esto último en el Colectivo de transexuales de Cataluña. En 2004, su única novela, Lorena, mi amor, fue finalista del I Premio Terenci Moix de la Fundación Arena, y en 2006 publicó su tesis doctoral Transgenerismos: una experiencia transexual desde la perspectiva antropológica. Es la primera mujer trans reseñada en Lletra de dona.
sinopsis
Carmen, una adolescente trans y lesbiana, viaja desde un pequeño pueblo de provincias hasta la Barcelona de los años de la Transición para huir del ambiente opresivo en el que vive. En la ciudad recorrerá un largo camino en el que descubrirá a otras mujeres cis o transgénero con las que intercambiará experiencias, aprendizaje o sexo. A lo largo de su proceso de madurez pasará por el alcoholismo, los estudios de secretariado, la prostitución en la calle y la cárcel. Finalmente conocerá a Lorena, el amor de su vida que resulta ser su prima, también prostituta y trans, que le ayudará a conocer su pasado y con quien acabará formando una familia.
reseña
Más allá del valor literario que se le pueda atribuir a Lorena mi amor, su trasfondo autorial es ya significativo, pues se trata probablemente de la primera novela escrita por una trans en España. El retrato que realiza del ambiente de prostitución transexual barcelonés en la segunda mitad del siglo XX resulta esclarecedor para ubicar, no solo el punto de enunciación de los personajes de la novela, sino el de la representación de toda una identidad discursiva trans y sus modelos de mundo. En este sentido, intenta establecer una genealogía interna en los referentes familiares de la protagonista que nos permite concebir la obra como una novela iniciática, «una novela de aprendizaje» como se refiere a ella la misma autora en Transgenerismos.
En la línea de los bildungsroman, Lorena mi amor propone una aventura de descubrimiento de la propia identidad, pero realizando un cortocircuito de «género» –tanto en su sentido sexual como literario. Podemos dividir de esta forma la novela en tres partes: La primera (cap. I-II) trataría el descubrimiento iniciático de la identidad por parte de la protagonista, dentro del entorno provinciano de opresión; la segunda (III-VI) se iniciaría con su llegada a Barcelona y expondría sus primeros encuentros sexuales, su alcoholismo, sus estudios y profesión de secretaria, así como su ingreso en prisión. Por último (VII-XI) la novela se centraría en su prostitución, la relación con Lorena y la catarsis respecto al descubrimiento de su genealogía familiar.
De este modo, la jornada heroica la protagoniza un sujeto no-hegemónico que recorre diferentes estratos sociales y tiene diferentes tutoras durante su aprendizaje. Si en la novela iniciática tradicional el niño se convierte en un hombre-héroe, en la obra de Mejía el niño se convierte en una mujer trans, lesbiana y prostituta. Como ocurre en el bidungsroman femenino, el contrato sexual se sitúa por encima del contrato social, excluyendo a estos sujetos de la categoría «ciudadano» y relegándolos a la prostitución en la calle (en el caso de las mujeres cis, a la reclusión en el hogar). Ante esta insistencia en retratar el mundo de la prostitución, cabe preguntarnos si el aprendizaje dela protagonista representaría una forma de indicar su lugar asignado como prostituta en la sociedad o si en cambio se trataría de una dignificación del devenir puta como un posible destino heroico.
No obstante, la novela habla también desde sus silencios: ¿dónde está el elemento del espectáculo (cabaret, imitadores de estrellas etc.) que tan frecuentemente aparece ligado al mundo trans español de la segunda mitad del siglo XX? La autora invisibiliza este espacio, no hay mención alguna de este mundo. La prostitución eclipsa cualquier otra narrativa ligada a lo trans salvo la de la operación de cambio de sexo. Significativo resulta el final de la novela, que deja al personaje de Lorena en la disyuntiva de pasar por el quirófano para realizarse una vaginoplastia y así obtener su documentación como mujer –operación necesaria en España a la altura de 2004 para conseguir el reconocimiento de la identidad de género.
autopoética
«No menciono a Lorena, mi amor y Lilí por hablar de mí ni por hacerles una aquí imposible publicidad. Lo hago porque intento demostrar que las transexuales somos personas normales, con sus inquietudes artísticas e intelectuales.»
Mejía, Norma (2006) Transgenerismos. Una experiencia transexual desde la perspectiva antropológica, Barcelona: Editorial Bellaterra: 304.
bibliografía
Mérida Jiménez, Rafael M. (2015), «Norma Mejía: Narrativas y memorias transgenéricas», Mérida Jiménez, Rafael M. y Peralta, Jorge Luis (eds.), Memorias, identidades y experiencias trans. (In)visibilidades entre Argentina y España, Buenos Aires, Editorial Biblos: 78-94.
Martínez Gil, Juan (2021), "Norma Mejía. Lorena, mi amor, Lletra de Dona in Centre de Recerca ADHUC—Teoria, Gènere, Sexualitat / Universitat de Barcelona, fecha de consulta