biografía

Rosi Braidotti nació en Latisana (Italia) en 1954 y creció en Australia, donde se graduó en Filosofía en el año 1977 con honores. Posteriormente se dirigió a la universidad parisina de la Sorbonne, donde terminó su tesis doctoral en 1981. En 1988 empezó a impartir clases en la Universidad de Utrecht, donde también se encargó de fundar los estudios de la mujer dentro del Departamento de Humanidades y donde continúa ejerciendo en la actualidad. Algunas de sus publicaciones más celebradas, como Sujetos Nómades (1994) o Metamorfosis. Hacia una teoría materialista del devenir (2005), son consideradas fundamentales en la filosofía contemporánea. También imparte conferencias a nivel internacional, en las que presenta y reflexiona sobre sus principales teorías.

sinopsis

Lo Posthumano es una obra filosófica comprendida dentro de un marco de género, relaciones humanas en contextos globalizados y el avance de la tecnología, que reclama la creación de nuevos esquemas tanto sociales como éticos y discursivos con el fin de confrontar una época de cambios en un mundo que trajina a velocidades vertiginosas. La finalidad de la proyección de dichos esquemas se basa en volver a pensar la ahora obsoleta subjetividad antropocéntrica del humanismo nacida en la Europa de la Ilustración. Además de desarrollar una nueva subjetividad posthumana, Braidotti indaga en la búsqueda de una renovada política afirmativa y una ética posthumana con la intención de encontrar prosperidad en el futuro de las interacciones sociales y las relaciones que van más allá del individuo y de lo humano.

reseña

En Lo Posthumano, Braidotti recupera discursos inspirados en la crítica y la teoría feminista de autoras como Donna Haraway, así como en la filosofía protoecologista de Baruch Spinoza, con el fin de reivindicar la necesidad de declaración de un nuevo orden discursivo en oposición a aquel en el que se fundamenta las sociedades occidentales actuales. Sugiere que es necesario derribar la concepción de la subjetividad antropocéntrica eurocentrista, blanca, masculina, y con recursos económicos implantada por el humanismo, junto con su disertación universalista, con el fin de romper con las tendencias más antidemocráticas que se han llegado a manifestar en el mundo occidental en forma de exclusiones sociales. Además, alude al impasse en que se encuentra el humanismo en una actualidad radicalmente distinta al tiempo que vio nacer el término, siendo el presente un mundo avanza desbocado hacia un futuro tecnológico panhumano, donde las revoluciones científicas van encabezadas por la biogenética o donde la agenda antropocéntrica es cada vez más vigente, y requieren de nuevos sistemas de pensamiento con una base antiindividualista y holística para crear, de este modo, unas éticas renovadas y políticas sostenibles.

Partiendo de esta base, Braidotti, apegada a la filosofía antihumanista, propone la revisión de la obsoleta subjetividad humanista para encontrar amparo en una compleja subjetividad posthumana adaptada a la realidad actual y a su historicidad y que, además, es capaz de inscribir al sujeto en una ecofilosofía que lo define en su multiplicidad y compromiso, basados en un firme sentido de la colectividad orquestada en la comunidad y las relaciones. De este modo, nos plantea un sólido sentimiento en relación a la complejidad y al devenir de todos los sistemas, ya sean pertenecientes o no al zoe, que recuerdan a su célebre teoría de la subjetividad nómade.

Asimismo, Lo Posthumano expone la necesidad de hallar una nueva forma de pensar en la ética, solo defendible desde una subjetividad posthumanista y postantropocéntrica con el objetivo de crear profundos vínculos colectivos que nos ayuden a prosperar en relación a un organismo colectivista zoe-centrado y que pueda adaptar la vorágine de tecnologías de vanguardia que desdibujan la cada vez más delgada línea de realidad y ficción. Según Braidotti, tanto una nueva concepción de la ética como de la política ligadas al posthumanismo tienen base en una primordial creatividad y positivismo o afirmación; creatividad que a su vez es explotada por el sistema capitalista avanzado de forma voraz, desviando, de este modo, el sentido colectivista que demanda la condición posthumana. Esto implica que el sujeto posthumano interviene de forma positiva en relación con un mundo en fase de metamorfosis al cual se debe acompasar para adscribirse a él de forma exitosa. Así pues, la afectividad, la imaginación o la historicidad son claves en la reconceptualización y el replanteamiento profundo del sujeto, la ética y la política de un mundo en que los sujetos posthumanos tienen en su mano el poder de decidir cuál será su devenir como habitantes del planeta.