"[...] vida de mi alma, como si no supieras que antes de la Virgen yo era puta ¿De qué mierdas te creés que vivimos las travestis, mi amor? ¿Vos te crees que van al aviso de secretaria que ponen en el diario y te dicen «bienvenida, señorita» ¿Viste a muchas trabajando en las empresas vos?"
Cabezón Cámara, Gabriela
biografía
Gabriela Cabezón Cámara nació en San Isidro, provincia de Buenos Aires, en 1968. Estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires y se ha dedicado gran parte de su vida al periodismo, labor en la cual destacan sus colaboraciones en el suplemento sobre diversidad sexual Soy del diario Página 12. Se la considera una de las escritoras argentinas actuales más valoradas por la crítica desde que en 2009 publicara La Virgen Cabeza, primera parte de su «trilogía oscura» junto a Le viste la cara a Dios (2012) y Romance de la Negra Rubia (2014). En 2013 fue becada como Resident Writer en la Universidad de California, Berkeley.
sinopsis
Una travesti villera de la periferia bonaerense, Cleopatra, después de ser violada y sufrir una paliza, es objeto de una aparición mariana que la salva y más adelante genera un culto religioso en torno a esta figura. De este modo, bajo el beneplácito de la Virgen Cabeza, consigue organizar la villa miseria de El Poso para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Qüity, una cronista de la ciudad, se interesa por el caso y se traslada a la villa para cubrir un reportaje. Finalmente acaba enamorándose de Cleopatra y formando una familia con ella tras la destrucción total de El Poso por parte de las fuerzas inmobiliarias, que desean especular con los terrenos.
reseña
La novela está dividida en veinticinco capítulos y un epílogo, y presenta dos narradoras: por un lado, la voz de Qüity narra veinte de ellos en un tono a mitad camino entre la crónica periodística y la novela criminal; por otro, la misma Cleopatra, en apenas cinco capítulos, presenta su propia visión de la historia a modo de contrapunto, donde explicita su propósito de discutir la autoridad de Qüity. Cleopatra nos ofrece su versión de la misma forma en la que aparecen sus intervenciones en el conjunto de la obra, usando el lenguaje de los «pibes chorros» de las villas miseria. No obstante, esto no le impedirá mezclar en su discurso también referencias cultas, llegando a citar partes enteras de la Odisea, poemas de Petrarca o incluso la denominación científica de una serie de plantas. La Virgen Cabeza aborda diferentes temas y estilos narrativos de manera que forma una especie de collage camp muy en la línea de lo que se conoce como el «neobarroso», acuñado por el también argentino Néstor Perlongher. En la novela se articulan una serie de discursos que heterogenizan, reconstruyen y superponen lenguajes y géneros a través de sus dos narradoras. Ambas visiones provocan un entramado textual de discursos que resulta en una forma muy particular y específica de escritura que también reconocemos en las siguientes novelas de la autora.
Del mismo modo sucede con los diferentes tipos de identidad sexual que construyen sus personajes, en especial Cleopatra, que representa lo «queer» en su acepción más teórica y explícita posible. La protagonista configura una no-identidad que huye de esencialismos, acumulando en la narración diferentes posiciones de género y sexualidad que se suceden y superponen: se afirmará como hombre, pero también como mujer; como puto, pero también como lesbiana; como travesti, pero también transexual. Ante tal amalgama de identidades, no se puede sino asumir que Cleopatra no representa de forma esencial ninguna de ellas, sino que las deviene en diferentes momentos o incluso al mismo tiempo. En este ejercicio de fagotización de identidades LGTB+ la autora evidencia que estas reflejan posiciones esencialistas y pone en relieve su carácter como construcciones.
En última instancia, el texto también va cargado de crítica social sobre el contexto argentino contemporáneo y explicita la necesidad de aquello que en los estudios de género se ha llamado «interseccionalidad». Cleopatra y el resto de trans de la periferia bonaerense sufren de la exclusión sexual y de género, pero también de la pobreza propia de las villas miseria y de su condición como «negras» o, dicho en jerga argentina, «cabeza». Frente a la desesperación de los sujetos subalternos, la novela propone un empoderamiento utópico de los oprimidos a través de la reapropiación del discurso religioso, bajando este a los códigos villeros para ser expresado de la forma más auténtica posible: con una virgen negra cuyo profeta es una travesti igual de negra, puta y pobre.
autopoética
«Entrevistadora: La mezcla de culturas en tu novela, ¿puede pensarse también como una apuesta queer?
Gabriela Cabezón Cámara: Sí. La diferencia entre la alta y la baja cultura está disuelta. Esto puede considerarse como una apuesta de lo que una quisiera que sucediera con las identidades en la sociedad. Que se mezcle la travesti con el presidente de la nación, no en una relación prostibularia sino en una igualitaria, en un ámbito público, por ejemplo. Que cada uno se mezcle con lo que le dé las ganas de mezclarse.»
Jiménez, Paula (2009) «Cabecita loca», Página 12, 14/09/2018
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/soy/1-861-2009-07-15.html
bibliografía
Maradei, Guadalupe (2018), «Ficciones postdictadura: la trilogía oscura de Gabriela Cabezón Cámara», Eventos del deseo: sexualidades minoritarias en las culturas-literaturas de España y Latinoamérica a fines del siglo XX, Ingenschay, Dieter (ed.), Madrid-Frankfurt, Iberoamericana-Vervuert: 123-140.
Martínez Gil, Juan (2021), "Gabriela Cabezón Cámara. La virgen cabeza", Lletra de Dona in Centre de Recerca ADHUC—Teoria, Gènere, Sexualitat / Universitat de Barcelona, fecha de consulta